Días pasados la Empresa Pagés anunció en su página Web, que había llegado a un acuerdo para que El Cid y Morante de la Puebla, lidiasen la corrida de Victorino Martín, el jueves de preferia. Enseguida los medios de comunicación se hicieron eco de la noticia, que corrió de boca en boca entre los aficionados como la corrida de más expectación del próximo abono.
Desde aquí mi felicitación a la Empresa que ha conseguido que se hable de toros en estas fechas, y ha creado expectación a varios meses vista.
Pero todo tiene sus pros y sus contras. Como bien explicaba mi capitán durante la «mili» cuando nos decía: «ventajas y desventajas del ataque nocturno; ventajas: el enemigo no te ve; desventajas: tú no ves al enemigo». Con esta corrida pasa igual; ventajas: El Cid va a torear tres victorinos; desventajas: los otros tres los torea Morante.
Y no es que tenga nada contra Morante, que me gusta como torero, pero creo que no le va este encaste que tan bien entiende El Cid. A estos toros hay que consentirles mucho, miran, miden, no se les puede dudar, en definitiva no son ni claros ni de carril. Pero cuando los entienden, los pueden y los traen toreados, son de lo más agradecidos, porque van largos por abajo y transmiten una barbaridad.
El mayor miedo que he pasado en una plaza de toros en los últimos años, fue en Las Ventas viendo cómo El Cid se la jugaba ante un victorino, que no hacía más que medirle, pero al que a base de darle el pecho, de no dudarle, de traerlo muy toreado y de mucho Temple, le cuajó una faena de escándalo. Pero a pesar de los años transcurridos, recuerdo la angustia que vivimos, y eso que estaba en la grada de Las Ventas a mucha distancia del toro; No me puedo ni imaginar lo que tuvo que pasar el torero.
Pero lo de Morante es distinto, que tiene valor como los demás lo ha demostrado, pero su ánimo es otro. Ojalá me equivoque, pero sus condiciones no son las de sacarle partido a estos toros, no lo veo pisando los terrenos que piden estos toros. Este encaste no es del típico «como me embista uno«, «como uno me ayude«, a este encaste hay que hacerlo embestir para que te ayude. Ya digo, ojalá me equivoque y me trague estas letras en abril, y mientras tanto esperaremos ilusionados los tres toros de El Cid.