Hasta ahora la forma normal para contratar a un torero era que la empresa se arreglara con el apoderado en ganado, cartel, fechas y, sobre todo, en dinero. Si la corrida se iba a retransmitir por televisión el dinero era más grande, lógicamente.
Los toreros se habían venido quejando últimamente, y con razón, de que ellos toreaban una corrida televisada por la que se llevaban su dinero, pero después esta corrida se repetía hasta la saciedad, sin ningún control por su parte. Es el problema que tiene la cesión de los derechos de imagen. El único torero que no consiente que se televisen sus corridas es José Tomás, y según he oído a su apoderado, es por una cuestión de principios. No quiere estar en un canal donde se ninguneen los Toros hasta el punto de no dar información en sus telediarios si nos es por cogidas, tragedias o escándalos.
La semana pasada muchos de los toreros, todos los integrantes del llamado grupo G10, han cedido sus derechos audiovisuales a la empresa All Sports Media, que según publica en su página web, dentro del grupo de cultura, menos mal, tiene estos derechos, entre otros, de los diestros (después de lo de Quito a algunos no se les puede llamar ya matadores): Cayetano, El Cid, El Fandi, El Juli, Manzanares, Morante, Perera, Ponce y Talavante, derechos tanto nacionales como internacionales. Esta empresa no ha perdido tiempo en ponerse en contacto con la plataforma de Digital Plus que tiene contratadas las ferias más importantes de España para su canal temático de toros, para plantear el nuevo escenario. Manuel Molés, en su programa radiofónico ha dicho, entre otras cuestiones, indicando que ellos contratan con la empresa sin imponer nombres, pero que si ahora ni la empresa ni el apoderado van a tener los poderes para contratar tendrán que decirles cómo hacerlo, «al final esta casa está a la espera de acontecimientos, porque se compran ferias pero no toreros específicos y se respeta la figura del empresario”.
Recientemente el empresario de Sevilla indicó que ferias como las de Abril o San Isidro serían insostenibles sin la televisión, de forma que esto habrá de solucionarse de una manera o de otra. Es posible que las empresas ante la crisis esta, que nos tiene al borde del colapso financiero, hayan empezado a apretar los dineros y los toreros, visto amenazados sus ingresos hayan intentado incrementarlos por otra parte.
Sea lo que sea, me parece que todos tienen sus derechos, toreros, empresas y operadores. Desde luego los toreros tienen que negociar con sus derechos audiovisuales, que son cada vez más importantes en esta actual sociedad donde todo se ve al momento por Internet. Los futbolistas, sin ir más lejos, cobran infinitamente más por sus derechos audiovisuales que por las fichas federativas, además aquellos se pueden derivar a sociedades y enjugar los costes fiscales.
Como no teníamos ya bastantes problemas en el Toro, apunten otro más.