La única noticia buena de la tarde de esta primera de San Miguel ha sido el lleno que presentaba la plaza. No sé si fue de “no hay billetes”, pero los asientos de grada de detrás del reloj estaban ocupados; alegría para la empresa. Y no era para menos, porque si me dan a elegir un cartel para hoy, hubiera firmado este mano a mano entre Morante y Castella sin dudarlo. Era el cartel para el que tenía entradas en San Sebastián, que finalmente no pudo ser por la cornada de Morante de agosto en El Puerto. La profundidad de Morante contra la quietud de Castella.
Pero el encierro de Parladé ha hecho fracasar la tarde, toros sin raza, defendiéndose siempre, sin casta ni poder. Lo que no entiendo es que unos simples aficionados sepan que este hierro hace tiempo que no va y los profesionales se empeñen en traerlos, y los matadores en pedirlo. Supongo que esperarán que les salga ese “toro artista” para hacer la faena de su vida, pero ese toro, si existe, sale uno de cada no sé cuántos, y nosotros preferimos tres faenas buenas por tarde que ver la faena de su vida, una vez en la vida.
Hemos visto muy poco, nada, de Morante y una oreja pueblerina para Castella que la cortó sin torear, sólo arrimándose, y con una estocada caída. Lo mejor un par de banderillas Curro Molina al sexto.
Mención aparte merece la música, que como banda es extraordinaria, pero no pueden empezar a tocar en típica apertura de faena de Castella con los pases cambiados por la espalda, sin saber cómo iba a ir después la faena, que se sabía que no iba a ir para música. En el anterior de Castella también arrancó la música cuando el toro metió la cara dos veces, y a la siguiente tanda la tuvo que parar. ¡Señores más criterio!
La Unión Taurina de Abonados y Aficionados de Sevilla, ha repartido por los bares de alrededores de la plaza y a la entrada de la misma un manifiesto de protesta que se puede leer en su página Web: uta-sevilla.org, y que es asumible por cualquier aficionado.