Cuando mis hijas tenían esa edad cantaban unas coplillas muy lacias que decían: “oso soso, osa sosa, oso y osa soso y sosa”. Ayer me acordé de esto a la vista de la sosería con que transcurrió casi toda la tarde. La mejor noticia, la plaza llena en tarde de farolillos y público llegado del Real muy en querencia de pasarlo bien.
Los toros de Jandilla han sido nobles pero han dicho muy poco y se han apagado pronto. El único que ha durado un poco más ha sido al que casi no han picado, el primero de Talavante. Visto lo visto, en la tauromaquia moderna el tercio de varas empieza a estar de más. En este toro, una voz del tendido gritó “¡No le des más!” antes de que el toro entrara al caballo. Este el mejor resumen de los tercios de varas que estamos viendo en esta feria.
Talavante ha cortado una oreja por una tanda de naturales y una gran estocada, pero una oreja con muy poquita fuerza, sin entusiasmar. Más merecida nos hubiera parecido dársela a Fandiño el día anterior.
Es absolutamente injustificable que los abonados hayamos tenido que aguantar a Castella, día sí día no, para ver lo mismo, es decir, nada. Y digo bien, sábado 21, lunes 23 y miércoles 25. Si hoy es día impar torea Castella. Torea es un decir, se anuncia. Seis toros para nada de nada. Los abonados, después de esto debemos tener 300 días de indulgencia. Los toros de El Cid han sido, igualmente sosos y parados y sólo ha destacado Alcalareño en dos buenos pares.
Ayer estábamos en vísperas, hoy es el gran día. Vuelve Manzanares después de las cuatro orejas del viernes. Ya no hay entradas y los rezagados intentan mover todas sus influencias para conseguir ver lo que se presume otro gran triunfo. Eso esperamos.