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Esta temporada estamos viendo cantidades de “mano a mano” más parece que por abaratar costes que por competencia de los matadores. Una clara nuestra es el que ha abierto el viernes en ciclo de San Miguel en Sevilla. Esta corrida se programó en febrero, cuando no podía existir la más mínima competencia entre estos dos toreros, y en septiembre tampoco la había, lógicamente.
El ganado de Pereda – La Dehesilla, un clásico en Sevilla, ha sido el principal causante de una tarde gris, acrecentada por la lluvia y el viento. Si exceptuamos al primero bis, un manso encastado y con transmisión, lo demás sólo ha servido para que los toreros se chocaran contra sus ilusiones. Eso sí, las ganas no se le pueden negar a ninguno de los dos, que han recibido a los toros a “porta gayola” y en todo momento han intentado agradar.
Este primero que comentaba, embestía de forma tan brusca que dio una voltereta completa en la última serie de muleta. No acabó de acoplarse Nazaré con él, como no lo hizo con ninguno de los demás. El toreo de Fortes no ha gustado en Sevilla. Ha pretendido hacer el toreo de cercanías, estático y temerario que le hemos visto durante toda la temporada, con cogida afortunadamente sin consecuencias, incluida. Pero eso aquí no acaba de cuajar y hasta le han pitado para que desistiera en varias fases de sus faenas.
Me ha gustado el detalle de un joven “ayuda” con su pajarita, acorde con la categoría de la plaza y, otra vez, los encargados de poner y quitar las lonas de forma tan precisa, que han acabado justamente a las 18 horas para que pudiéramos empezar puntuales.