El amigo famaper quiere hablar de Morante, así que abro este breve artículo para que podamos opinar sobre lo hecho en la corrida de la Beneficencia en Madrid por Morante de la Puebla.
La corrida, sin ser nada del otro mundo, ha estado entretenida y ha tenido su culmen en el tercer toro. Luque hizo el primer quite a su toro como correspondía, por verónicas que no pasaron de correctas. Después, en su turno, surgió el Morante de las verónicas de verdad, majestuosas. Luque no se vino abajo y le dio réplica también por verónicas, más arrebatadas que en el anterior, pero a años luz de las del artista. La sorpresa vino cuando Luque, en un gesto de torero atrevido, invitó a Morante a un cuarto quite, y ahí Morante se descolgó con las cuatro chicuelitas con más garbo y gracia que yo he visto en muchos años. La cosa no quedó ahí, faltaba la réplica de Luque, también por chicuelitas, que tampoco pasaron de correctas. Se agradece el detalle de Luque, al que he visto muy recuperado. No recuerdo yo cinco quites a un toro ni en la famosa corrida de Camino, Puerta y Marismeño en la Maestranza, por la que se llevaron un premio especial.
Como Cayetano se había quedado fuera de esta fiesta, en su toro se esforzó y realizó un quite original, Rondeño le oí decir después, que gustó mucho.
Para recibir a su último toro Morante dibujó unas verónicas como sólo él puede hacerlo y en el quite nos regaló una media muy sentida. Hoy se ha demostrado en Madrid que el toreo de capa puede gustar tanto como el de muleta y puede levantar a los públicos de sus asientos, incluso a este público de Madrid.
Sin orejas también puede acabar uno contento con una corrida de toros, aunque se vea por televisión.