El viernes se celebró la novillada con los triunfadores de la temporada sevillana. El cartel lo formaban Martín Núñez, el único novillero que cortó oreja en las novilladas de abono, Esaú Fernández, que afortunadamente cortó dos orejas el domingo anterior ya que en caso contrario sólo hubiéramos contado con un triunfador, y a falta de merecedores para ello, la empresa tuvo que tirar de un debutante en la Maestranza, Alberto López Simón. Si queremos una prueba de cómo está el escalafón de novilleros, ahí la tenemos, para los triunfadores de la temporada sevillana sólo se ha podido contar dos.
Los novillos, en esta caso Toros de la Plata, son el vivo ejemplo de una ganadería artificial. Hecha sin tradición y a golpe de talonario. Los novillos fueron mansos, descastados, broncos, imposibles, en fin, todo lo que ustedes quieran. Un tercer sobrero de esta ganadería fue el que puso a Enrique Ponce en el límite de que se lo echaran al corral ante la imposibilidad de entrarle a matar en condiciones. Supongo que las empresas habrán tomado nota.
Los novilleros poco pudieron hacer, lo intentaron se dejaron coger y pusieron toda la ilusión que tienen, pero era imposible. Al debutante Alberto López Simón, alguien le debe de haber dicho que se mire en Talavante, y se ha mirado tanto que parece su hermano pequeño. Lo vi muy afectado, envarado y de pose artificial.
Capitulo aparte merecen los banderilleros. Con la que les está cayendo últimamente en esta plaza, se volvieron a jugar la vida limpiamente ante unos novillos difíciles para todo. Muy bien Curro Robles, Isaac Mesa y César del Puerto, y también, ¿por qué no? los terceros Francisco Alarcón, “Perico” y Jesús Arruga.
Me llamó la atención que nuestro último presidente en incorporarse al palco, D. Julián Salguero hiciera que le tocaran un aviso a Esaú Fernández con el toro echado y cuando estaba siendo apuntillado. Esto no tiene sentido, el aviso es propiamente para “avisar” al matador, pero en este caso este ya ha hecho su labor y no puede hacer nada más, sólo animar al puntillero ¿Cómo se le va a meter prisa a alguien que ya no puede hacer nada más?. Es imposible echar al corral a un toro que está siendo apuntillado. Supongo que será reglamentario ¡Hasta ahí podríamos llegar, a que un presidente no se sepa el reglamento! Pero demuestra poca delicadeza. Un poco más de personalidad no estaría de más.