Hemos estrenado temporada en la Maestranza con un cartel de lujo, Morante, Manzanares y Perera, ahí es nada, con toros de Daniel Ruiz, con toritos deberíamos decir.
El Domingo de Resurrección no ha sido el típico domingo de primavera de luz y color, ha sido más bien frío y ventoso, como toda la Semana Santa. En vez de ver colores de primavera en las espectadoras, hemos vistos abrigos y chupas de cuero. La tarde empezó acorde con el tiempo, el primero se devolvió por falta de fuerzas, igual que pudieron haber sido devueltos el primero bis y el segundo. A esas alturas, creímos que a las ocho de la tarde todavía iríamos por el tercer toro. Porque la corridita de Daniel Ruiz ha sido terciadita, ahí los pueden ver ustedes en sevillataurina.com, con sus funditas. Ha habido desde toros que cumplían hoy los cuatro años hasta cinqueños largos. Toros con diferencias de edad de más año y medio, no nos parece que sea bien presentada para abrir temporada en Sevilla.
Pero cuando ya desesperábamos, apareció el toreo de Morante en el cuarto. Toreo profundo de capa y de muleta. Hoy por hoy, es el único torero que puede poner al público en pié con tres capotazos o tres derechazos. Todo muy suave, con mucho temple, asentadas las zapatillas, meciendo las manos: la magia del toreo. Oreja de peso.
Manzanares toreó después y lo vimos algo acelerado. Torear después de Morante en Sevilla debe ser difícil, pero no acabó de acoplarse con el toro. Cambios de manos vistosos, ayudados de categoría, pero aunque cortó oreja, algo faltaba allí. Con la espada un cañón, como la pasada temporada.
Perera ha puesto algo de emoción y riesgo, cosa que le ha faltado a todo el encierro de Daniel Ruiz. Pero al último que parecía que podía ser, acabó cantando el peligro que tenía y que no era toro de faena. Claro que con un nombre tan raro para un toro de lidia como “Feminista”, qué podríamos esperar. Se ve que la mano de nuestra ministra doña Bibiana, va llegando a todos los sitios.