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Ayer, lunes de preferia, y como en años anteriores, asistimos en la caseta del Casino los 40 a la ceremonia de entrega del premio al toro más bravo, o al mejor toro, de la pasada Feria de 2013. En este caso, el precioso trofeo había recaído, por unanimidad del jurado, en el toro «Almendrero» de Miura, lidiado en segundo lugar, en el ahora cambiado, domingo de feria por Javier Castaño. Escuchamos unas sentidas palabras del presidente de Casino, D. Ignacio Sánchez de Ibarguen sobre su vinculación a la casa Miura. El premio fue entregado a los ganaderos por nuestro alcalde D. Juan Ignacio Zoido. Previamente se había realizado un homenaje al recientemente fallecido socio D. Ramón Borrero, al que su hija Lucía nos recordó con unas entrañables palabras. Comentamos con los ganaderos que es curioso que en estos momentos, es la ganadería de moda, mientras ellos, con los pies en el suelo, decían que esto de las modas es pasajero y que tal como se viene se va, y que seguirán en la línea de siempre.
Por la tarde asistimos a la corrida del casi. Primero por que casi triunfan los toreros. La corrida de Jandilla, bien presentada, fue, en líneas generales noble y encastada, pero le ha faltado un punto de fortaleza. Y fue del casi triunfo porque los toros con más recorrido y duración o los mataron mal o le tocaron a Castella. Al que abría plaza, un toro que pedía guerra, no le pudo y al segundo, un toro de triunfo, solo le aplaudieron cuando no parecía Castella, esto es cuando toreaba largo y profundo, pero fueron solo tres o cuatro pases. Se ha dejado ir otra tarde para triunfar. Pero no hay problema, repite el viernes.
Escribano casi ha triunfado, su segundo también era un toro noble que se arrancó dos veces alegre al caballo, pero su picador «tiraba a lo negro», y una vez le dio en el anca y la otra en la paletilla. Toreó muy bien y asentado y casi se mereció la oreja si no llega a matar tan bajo. Bien el presidente esta vez. A Fandiño casi le ponen bien el nombre en la cartelería de mano, donde venía anunciado como Iván Jiménez. Su primero de poca fuerza cabeceaba mucho y su segundo tuvo poco motor. A este último lo mató superior.
¡Ah! Y si no es por Bernal, casi ni vemos picar.