Las novilladas picadas del abono se cerraron el domingo con la del Conde de la Maza. Fuera de abono, tenemos pendiente la del día 3 de julio con los dos novilleros triunfadores.
La novillada, bien presentada y en hechuras de embestir, tuvo de todo. Novillos con genio, otros bravos y encastados, alguno más flojo, pero con la variedad y la emoción que da un animal con peligro, delante del cual todo lo que se haga se respeta y tiene importancia.
Ni el portugués Manuel Dias Gomes ni Tomás Angulo tuvieron su día. Dias pecho quizás con el peor lote, pero solo pudo aportar voluntad, en una actuación que dejó poco para el recuerdo. Angulo sorteó un primero encastado y con motor, exigente como todo toro bravo, al que a base de dudas y enganchones no logró someter, perdiendo una oportunidad de triunfo grande.
David de Miranda estuvo en novillero. Se dejó pegar dos volteretones y volvió a la cara del toro como si nada. Su lote también era exigente y toreó templado con la izquierda al primero, donde perdió trofeo por matar mal. Variado de capa, compareció en todos sus quites. En el que cerró plaza, ya pasadas las 10 de la noche, no cortó un trofeo también por pinchar, ante el enfado de su paisanaje que había venido a apoyarlo.
Esto también es importante en un novillero. Hasta tres autobuses con el nombre de David de Miranda contamos a las puertas de la plaza de toros para llevar a su localidad a los onubenses que habían venido con la ilusión de verlo triunfar. Condiciones para llegar tiene, y si sigue con esa disposición lo tendrá menos difícil.