Cuando allá por el mes de enero nos enteramos de que la única ganadería novedad del abono 2018 iba a ser La Palmosilla, muchos juramos en arameo, quizás tanto por ser esta ganadería como por ser la única. Pero hoy ha echado una interesante corrida de toros, con clase, nobleza y recorrido. Ha bajado la nota el primero, de nulas fuerzas, el tercero que claudicaba dentro de su nobleza, siendo el sexto el único que desarrolló dificultades.
La tarde no estaba hoy de toros. Con vientos huracanados en Sevilla, que han hecho más por quitar los veladores de la Avenida que nuestro señor alcalde, y lluvia cerrada, prefería uno quedarse a cubierto más que ir a los incomodos tendidos de la Maestranza a calarse hasta los huesos. Pero los aficionados se han visto recompensados una interesante corrida de toros.
Luis Bolívar que en su flojo primero poco pudo hacer, se encontró con un cuarto noble, con recorrido y duración. Pudo con él de principio a fin, con un toreo clásico y pulcro, quizás demasiado pulcro como para poner Sevilla a revienta calderas, pero una faena de mucho calado. La estocada cayó baja y, a pesar de ello, cortó una oreja que deseamos le sirva para hacer más contratos.
Joselito Adame ha sorteado el mejor lote. Su primero era pronto, pero la faena no tomó vuelos suficientes. Su segundo fue un gran toro, muy aplaudido en el arrastre, encastado, lo que significa que no era tonto, pero que metía la cabeza y embestía de largo. Pero no lo entendió, o no le pudo, o no le quiso poder. Por el pitón izquierdo era para jugársela y reventarlo, pero le enganchó los trapos las primeras veces el torero tiró por la calle de en medio. Una pena.
Rafael Serna es el que peor suerte tuvo en el sorteo. Su primero, de mucha clase, en cuanto le exigía, perdía las manos. De forma que le compuso una faena a favor del toro, y aun así, sacó cuatro o cinco naturales de mucha calidad. El sexto, ya bajo el diluvio universal, desarrolló peligro. Otra vez será.