Esta última cornada de El Cid en Navalcarnero, además, por partida doble en el muslo y en el hombro, me ha hecho reflexionar sobre las razones que hacen que unos toreros resulten heridos con más frecuencia que otros. La respuesta obvia es el riesgo que cada torero quiera conscientemente asumir, pero esto no siempre es así. También está el estilo y la forma de entender el toreo de cada matador. Este año Morante y El Cid han recibido cornadas dos tardes, que yo recuerde, y estos diestros, cada uno en su estilo, torean muy de verdad, muy entregados. En este sentido también podríamos agregar a Perera, herido varias veces el año pasado y este. Dicen que los toreros cuando más riesgo corren es cuando están toreando entregados y eso es verdad.
También cabe preguntarse el por qué a otros toreros lo cogen tan poco los toros. Enrique Ponce lleva casi 20 años de alternativa, en figura del toreo, y apenas puede contar sus cornadas; al mismo Fandi, toreando más de 100 corridas por año, también lo respetan los toros. Otros que están en la mente de todos, pensamos que tienen pocas cornadas, sencillamente, porque no se arriman.
Yo creo que en épocas anteriores los toros daban más leña. Ahí tenemos a Diego Puerta, de indudable valor y entrega, con el cuerpo cosido a cornadas, o a Emilio Oliva con un par de extremaunciones. El mismo Curro Romero, al que los indocumentados calificaban como toreo medroso, tiene más cornadas que juntos hacen varios toreros de los primeros del escalafón, y también porque toreaba muy de verdad.
Es indudable que la técnica influye. A esto atribuyen que a Ponce le levanten los pies tan poco del suelo, y a El Juli, torero poderoso donde los haya y a Paco Camino, muchos años en figura con pocos percances. También los estilos de cada uno tienen que ver, a Emilio Muñoz lo cogían mucho porque toreaba muy descubierto en su última época. Lo que este año me tiene despistado es lo de José Tomás, que ha pasado de cornada por tarde a hacer una temporada casi inmaculada, y conste que sigue arriesgando como el que más y toreando tan quieto como el que más, y sin embargo, ya ven, este año no lo cogen. ¿Será que también influye eso de la suerte?