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Yo, que soy bien pensado, quiero creer que los mentores de estos novilleros con proyección eligen el ganado que, bajo su criterio, tiene mayor garantía de éxito para sus pupilos. Y quiero pensar que los novillos del domingo fueron elegidos por ellos. Y además, quiero creer que esto de “Hnos. García Jiménez”, “Doña Olga Rodríguez Fernández” y “Peña de Francia” (no es broma, así se anunciaron estos novillos) es un ganado que ha embestido alguna vez, como para anunciarse DOS veces en el abono de Sevilla, porque por lo de la tarde del domingo es para mandar toda la camada a las II Jornadas Gastronómicas del Toro de Lidia que se está celebrando actualmente en Sevilla.
Los novillos estaban bien hechos, con edad y hechuras de embestir, pero vacíos de casta y mansos hasta decir basta. El que no se ha parado, se ha rajado y el que no, le ha dado dos vueltas a los tendidos en la faena de muleta. Con este material los novilleros se han estrellado sin remedio.
Gonzalo Caballero ha demostrado ganas y calidad toda la tarde. A su segundo, supongo que desesperado ya del manso que tenía delante, se tiró a matarlo sin muleta, pero no al estilo de Galán sobre la testuz, sino con la mano en forma de engaño, y le salió a la perfección, pasando a milímetros de los cuernos. Lama de Góngora no ha podido demostrar la calidad que atesora y José Ruiz Muñoz, sobrino nieto del añorado Curro, ha dejado intuir que tiene algo distinto a los demás. Maneja engaños de un tamaño adecuado, recordando los de su tío abuelo, y con la capa y los desplantes se da un aire a Curro. Hasta salió a apuntillar “Lebrija”, después de algún año sin que lo viéramos. Hasta en eso se ha “olido” la tradición a Romero. Habrá que volverlo a ver con otro material más propicio.