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Ignacio Sánchez Mejías y la emoción

El verano pasado el amigo y escritor jerezano Manuel Francisco Reina me pidió que escribiera algo de la relación de Ignacio Sánchez Mejías con el flamenco para un monográfico de la publicación «Entre Ríos». Me salió esto:

Ignacio Sánchez Mejías y la emoción

Podríamos destacar muchos rasgos del carácter de una persona tan excesiva en todo lo que hizo como Ignacio Sánchez Mejías. Pundonor, perseverancia, afán de superación o audacia, pero si tenemos que quedarnos con alguno, sería la pasión.

Audacia tuvo para embarcarse de polizón con 17 años en el trasatlántico Manuel Calvo, pensando que el destino era México, pero el barco iba a Nueva York. Lo descubren durante la travesía, y al llegar a Estados Unidos, lo toman por delincuente y lo encarcelan. Gracias a las gestiones de un hermano de Ignacio, mi abuelo Aurelio, que por entonces estaba en México, logran que lo embarquen para ese país. Ahí comienza su vida taurina, se coloca de empleado en la plaza de toros de Morelia, donde pasa de limpiar cuadras y establos a banderillero.

Afán de superación hay que tener para evolucionar de banderillero en México a figura del toreo mundial. En la Edad de Oro del toreo de Joselito “El Gallo” y Juan Belmonte, se codeó con ellos y compartió cartel el día de su alternativa en Barcelona. A la muerte de Joselito, cuando empieza la llamada Edad del Plata del toreo, Ignacio es su primera figura y su máximo exponente. Esto no se logra sin el pundonor y perseverancia que Ignacio manifestó cada tarde en un ejercicio de emoción y heroicidad. Basó su carrera de torero en el riesgo desmesurado y la temeridad. El tratado de toros “El Cossío” define así su toreo: “La valentía más auténtica y sobrecogedora que nunca se haya exhibido en los ruedos. El valor de Sánchez Mejías superaba el concepto que de tal cualidad moral podamos tener. No era sólo desprecio absoluto del riesgo, sino que daba la impresión de ignorancia total del peligro”.

La pasión con la que Ignacio impregnó todas sus actividades es admirable. Fue presidente de la Asociación de Matadores de Toros y Novillos, defendiendo los intereses y los honorarios de sus miembros, lo que le acarreó la enemistad con empresarios, e incluso que lo vetaran en varias plazas; fue presidente de la Cruz Roja incrementando notablemente su actividad solidaria; fue presidente del Real Club Betis Balompié poniendo los cimientos del único título de Liga que posee y que ganó a los pocos años de dejarlo Ignacio; fue pionero de la aeronáutica sevillana, con la creación de su aeródromo para dirigibles comerciales, que querían hacer la ruta Sevilla – Buenos Aires, nada menos. Ignacio destacaba por su atractivo personal, y no sólo con las mujeres, allí donde estaba era el centro de la atención social. Cuando iba a México o a Lima, alquilaba una casa y allí se daban las fiestas y se reunían los personajes locales y visitantes. Fueron famosas las fiestas en Pino Montano, donde acudieron personas de todo tipo y condición. Su vida social era tan variada que incluso se publicó que estaba propuesto para Gobernador Civil por parte del Gobierno de la República, a pesar de su amistad con Sanjurjo. En aquellos tiempos del nacimiento de las vanguardias, cuando empezaban los “sportman”, Ignacio tuvo tiempo para todo: Jugador de polo, futbolista, acosó toros desde un automóvil, practicante de boxeo, de deportes de invierno, actor de cine, piloto de aeroplano. Fue el primer torero en volar en avioneta, desde un pequeño aeródromo montado cerca de su finca de Pino Montano, para ir a torear.

Por si todo esto fuera poco también destacó, y mucho, por su obra literaria. Empezó con escritos costumbristas y taurinos que fueron publicados en periódicos, y también publicó en La Unión crónicas de sus propias corridas de toros. Tiene escritas cuatro obras teatrales y estrenadas dos: “Sin Razón”, de la que hay que destacar que es la primera aproximación a Freud de la literatura española, estrenada en Madrid por la compañía de Fernando Díaz de Mendoza y María Guerrero. Y “Zaya”, estrenada en Santander, con asistencia del Rey. También tiene escrita una novela y varios poemas.

Reconocido como mecenas de la Generación del 27. Ideó y organizó, junto con el ateneísta D. José María Romero Martínez, los actos de tricentenario de Góngora en Sevilla, que dieron lugar al nacimiento de la Generación del 27. Convenció a sus jóvenes amigos vanguardistas de Madrid para venir a Sevilla. Las fiestas que se organizaron en Pino Montano se quedaron en el recuerdo de todos los poetas. Su biógrafo, el profesor Andrés Amorós, lo destaca como el “pegamento” que unía a todos los miembros de la Generación del 27. De ahí se derivó una gran amistad con todos ellos, destacando la de Rafael Alberti, al que hizo vestirse de luces y hacer el paseíllo en la plaza de toros de Pontevedra. Y por supuesto con Federico García Lorca.

Pasión tuvo por el flamenco. Y debilidad por el cantaor Manuel Torre, al que llamaba para cantar en su finca de Pino Montano en cuanto tenía ocasión. Del que decía textualmente: “Es algo que estremece. Es algo único. Le oyes una seguiriya y ya no te importa morirte. Ya no puedes encontrar en el mundo belleza que iguale el cante de Manuel Torre”. Como ejemplo de la peculiaridad y del carisma de este cantaor transcribo lo escrito por una persona tan poco sospechosa de folclórica como Antonio Díaz Cañabate: “Media noche, acabamos de entrar en la estancia. Ignacio Sánchez Mejías un par de franceses amigos suyos, Manuel Torre, otro cantaor, una bailaora y un guitarrista. Ignacio, gran admirador suyo nos había estado ponderando su arte toda la cena. Manuel Torre se sentó en un sillón y empezó a beber vino, callado, como ausente en la reunión. El otro cantaor, cantó. La bailaora bailó. Manuel Torre ni miraba la danza ni escuchaba el cante. Ignacio nos informó <Hay que dejarle, es un gitano puro>. Las tres de la madrugada. Manuel Torre se bebería sus treinta copas de aguardiente. Empezó … ¿a cantar? No. A hablar. Hasta las cinco de la madrugada estuvo hablando de galgos sin parar. Los franceses se durmieron borrachos perdidos. Entraron las claras del día. Bajito le pregunté a Sánchez Mejías: ¿Tú crees que cantará? Y me contestó muy compungido <Me temo que no. Cuando la toma con los galgos a lo mejor no canta hasta las dos de la tarde>. Me espanté: ¿Pero no vamos a estar aquí hasta las dos de la tarde? Ignacio con toda naturalidad me repuso <¡Ah claro! Tú no sabes lo que es una seguiriya cantada por este hombre>. Lo supe exactamente a las nueve y media de la mañana. Ignacio Sánchez Mejías, aquel hombre tan hombre, lloraba. Yo tenía la carne de gallina. Recorría mis nervios el escalofrío de la más intensa emoción. Han pasado muchos años. Ninguno me produjo la honda, la jonda, emoción del cante por seguiriyas de Manuel Torre”. Se explica no sólo la admiración de Ignacio por el cantaor, sino también la de García Lorca que dijo de él que era “el hombre con más cultura en la sangre que había conocido”. Alguna vez Ignacio telefoneó a su amigo Federico a Madrid, despertándolo a mitad de la madrugada sólo para que escuchara cantar flamenco desde Sevilla.

Pasión también puso para promover “Las Calles de Cádiz”, junto con su amante “La Argentinita” y su amigo Federico García Lorca. Un espectáculo flamenco que se elevó por primera vez de categoría, para competir con la ópera y el ballet. Poco se ha destacado la creación de este espectáculo pionero en el mundo del flamenco que tuvo mucho éxito. Ignacio quería un espectáculo auténtico. Fue contratando a los flamencos, cantaores y chiquillos que lo interpretaban a diario por las calles de Sevilla, Cádiz y Jerez. Buscaba lo auténtico y original, no lo conocido en los tablaos. Se pueden imaginar la dificultad de meter en cintura a esos artistas libres, y la perseverancia que hay que tener para ello. Las anécdotas de su organización son muchas, como la contada por Rafael Alberti en su “Arboleda Perdida” para la contratación de El Chele, un gitano de Jerez que vivía de hacer números en las calles o donde lo llamaran. Ante Ignacio y Rafael les hizo el número que él llamaba “del cepillo”, en el que mientras hacía un magnífico zapateado, se cepillaba con ritmo y gracia el traje. Ignacio le dijo que lo contrataba para el espectáculo y que, además de pagarle vestidos, fonda y viajes, le daba diez duros diarios sólo por hacer ese número. El Chele se les quedó mirando pensativo, le pidió a Ignacio un lápiz, sacó del bolsillo un papelucho medio roto, escribió unos garabatos, los estudió y concluyó rotundo “No me conviene, pierdo dinero”. Ante la extrañeza de Rafael y de Ignacio argumentó que ese empleo y los magníficos diez duros diarios no iban a durar para siempre, que él vivía de ser gracioso y de dar en la calle los sermones que oía en la iglesia a los curas, y que cuando volviera a Jerez iban a decir que “El Chele ha vuelto rico”, y que nadie lo volvería a llamar para hacer sus gracias. “Así que no me conviene don Inasio. Pierdo dinero. Buenos días ¡Óle! Me voy”. Inapelable argumento de sabiduría popular.

Del espectáculo Las Calles de Cádiz, cuentan Andrés Amorós y Antonio F. Torres en su libro “Ignacio Sánchez Mejías, el Hombre de la Edad de Plata», que también había grandes nombres del flamenco, poco conocidos fuera del ámbito local. Uno de ellos era el cantaor Ignacio Espeleta, del que se dice en el libro lo siguiente: “En uno de los últimos ensayos de Las Calles de Cádiz debía de cantarle a La Malena y a La Macarrona, que acababan de entrar en escena, pero, llegado el momento, tras un día de juerga, Espeleta no se acordó de la letra. Ante el temor de que Ignacio, que supervisaba el ensayo, se enfadara y le dejara sin cobrar, Espeleta improvisó y comenzó a cantar la siguiente letra sin sentido: <Tiri ti tan, tan, tan>”. Nos podemos imaginar las caras de La Malena, de la Macarrona y de Ignacio, pero pasado el tiempo este “tiri ti tan, tan” es uno de los estribillos más populares del flamenco.

Sirvan estas anécdotas para ilustrar las dificultades del montaje de Las Calles de Cádiz, a pesar de las cuales, al final lograron montar un magnífico espectáculo que se estuvo representando con mucho éxito.

En compensación a la colaboración y la ayuda de Federico García Lorca en la creación de este espectáculo flamenco, sobre todo en los arreglos musicales y las letras, Ignacio se comprometió a dar una conferencia a los alumnos de Federico de la Universidad Columbia, Nueva York en 1929. Fue una conferencia taurina, y se pueden ustedes imaginar la sorpresa de los estudiantes americanos de 1929 ante un torero hablándoles del mundo del toro. Según el profesor Romero de Solís, que estudió los pormenores de esta conferencia, Ignacio explica la Tauromaquia por su relación simbólica entre lo que es la lucha entre la Vida y la Muerte. Con esta premisa va desentrañando cada suerte y cada elemento que interviene la lidia: torero, toro, capote, muleta, banderillas, espada, caballo, vara, puntilla, etc., para que esos estudiantes entendieran algo de lo que es la Tauromaquia.

En la conferencia decía: “Cuando la humanidad esté en un grado tal de civilización que no quede ninguna crueldad, entonces sería cosa de suprimir las corridas de toros. Pero mientras los seres humanos hablen tranquilamente del número de hombres que cada nación puede matar en un momento determinado, hablar de la crueldad de las corridas de toros es ridículo”. Esta frase sigue vigente casi cien años después. También les intentaba explicar cómo siendo un espectáculo que ellos podían ver como cruel, no lo era, o no lo percibíamos como tal: “En verdad, en la realización de las corridas de toros la crueldad es vista y no vista. La educación artística de un individuo, de una sociedad o de una nación no puede improvisarse, es cuestión de siglos. Por eso España, país de artistas, presencia las corridas de toros sin dar importancia a la sangre derramada, porque están en juego, sobre todo, valores artísticos y vitales irrenunciables”. Ignacio también decía: “El torero se juega la vida a cara o cruz sin más ventaja que su inteligencia. Todas las ventajas son del toro”. Fíjense la percepción que tiene el torero sobre la libertad del animal con el que se enfrenta. Sigue diciendo “El toro dispone de la muerte y tiene la intención de utilizarla. El toro es la bala que viene directa a matarnos. La virtud del torero es no asustarse de la muerte”. Y concluye diciendo “La ciencia de la tauromaquia consiste en el arte de burlar la bala”. Como pueden ver intentaba explicar el arte de la Tauromaquia sin esconder ninguno de sus aspectos más controvertidos. Por lo que hemos podido saber, la conferencia fue un éxito y gustó mucho a García Lorca.

Ignacio Sánchez Mejías fue un personaje inmenso del que sorprende que hiciera tantas cosas y tan bien en tan pocos años. En lo que emprendió quiso llegar a ser el mejor, y muchas veces lo consiguió. Varios de sus amigos del 27 le escribieron poesías a su muerte, como Miguel Hernández y Rafael Alberti, pero el poema de Federico García Lorca, “Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías”, que pasa por ser la mejor elegía en lengua española, lo hizo inmortal. Esa inmortalidad literaria lo ha minimizado como torero, oscureciendo de alguna forma una personalidad tan atractiva y poliédrica como fue la de Ignacio. Contaba el profesor Manuel Grosso que dando una conferencia en El Cairo, lo interrumpieron para que les aclarara que Ignacio Sánchez Mejías era una persona real y no alguien imaginario al que García Lorca había dedicado el Llanto. El profesor Grosso no se lo podía creer y pasó a hablarles de la vida y milagros de Ignacio para que se enteraran bien de que era un hombre de carne y hueso.

Sirvan estas letras para reivindicar su persona y también para darle la razón a Federico cuando le escribió:

Tardará mucho en nacer, si es que nace

Un andaluz tan claro, tan rico de aventuras

Ignacio Sánchez-Mejías Herrero

El Puerto de Santa María, agosto de 2023

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García Lorca, toreando las estrellas

El Capítulo de Granada de la Fundación del Toro de Lidia me pidió una colaboración para el homenaje que estaban preparando en memoria de Federico García Lorca, y me salió esto:

Hace algunos años se pusieron en contacto conmigo desde Radio Televisión Española porque querían hacer un documental sobre la relación de García Lorca con el mundo del toro. Les contesté que la relación de García Lorca y el toro era Ignacio Sánchez Mejías. Así lo entendieron y montaron el documental “García Lorca, toreando las estrellas”, que pueden ustedes disfrutar en las plataformas de RTVA a la carta, y si ponen ustedes el título en cualquier buscador les saldrá el enlace directamente.

El documental se montó a sobre un tentadero y alguna escena de campo pero, sobre todo, de entrevistas que versaban más sobre Ignacio y sobre el toreo que sobre García Lorca, y todos leíamos una parte del Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías de Federico.

Por lo que hemos leído, a García Lorca le fascinaban los toros como espectáculo, el colorido, la música, la puesta en escena y el público. Sus actores les parecían héroes que se enfrentaban a la muerte a cara descubierta y sin apenas ayuda. Pero tenemos que reconocer que Federico, a pesar de su estrecha relación con Ignacio, nunca llegó a aficionarse a la fiesta como lo hicieron otros poetas de la Generación del 27, como Bergamín o Alberti, a quien Sánchez Mejías obligó a hacer el paseíllo como su subalterno en la Plaza de toros de Pontevedra.

Sin embargo el interés de García Lorca por el toro fue tal que siendo profesor de la Universidad de Columbia en Nueva York en 1929, llevó a Ignacio a dar una conferencia sobre tauromaquia a sus alumnos americanos. Se pueden imaginar ustedes, en 1929, con los medios de comunicación de entonces, qué podría saber un universitario americano sobre tauromaquia. Si están ustedes interesados en esta conferencia hay varios libros sobre ella, uno editado por la Universidad de Sevilla. Cuentan que Ignacio accedió a darla en agradecimiento por el libreto que García Lorca estaba haciendo para el espectáculo “Las Calles de Cádiz” que el torero montaba para la artista “La Argentinita”.

De la pasión, que no afición, de García Lorca por el mundo del toro ha quedado constancia en muchos de sus escritos, pero destaco dos frases que los aficionados ponemos de ejemplo de la hermandad entre la Cultura y el Toro. “El toreo es, probablemente, la riqueza poética y vital mayor de España”. “Creo que la fiesta de los toros es la más culta que hay hoy en el mundo”.

El Capítulo de Granada de la Fundación del Toro de Lidia editó un cuaderno con todas las colaboraciones

@isanchezmejias

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Pregón de Lorenzo Clemente en el Círculo de Labradores

Vaya por delante que Lorenzo Clemente es amigo desde hace años por lo que esto puede estar parcialmente sesgado, pero no me voy a quitar el gusto de elogiar su pregón porque ha sido extraordinario en fondo y forma.

Lorenzo es un reconocido jurista, socio de Garrigues y responsable de esta faceta en la Fundación del Toro de Lidia. Autor de varios libros de temática taurina, destacaría “La Tauromaquia a través de sus conflictos: Jurisprudencia taurina” de la editorial Aranzadi, o los dedicados a Morante de la Puebla y José Tomás, poniendo texto a fotografías de Andrés Loiro. Lorenzo es el principal responsable del éxito de la inclusión de la tauromaquia en el “bono cultural joven”, que había sido negado por el Gobierno, teniendo que llegar nada menos que al Tribunal Supremo para que se reconociera tal desaguisado.

El Pregón, precedido de pasodobles interpretados por la Agrupación Musical Torre del Oro y de las palabras de D. Ignacio Trujillo, Vocal de Cultura de Real Círculo de Labradores y Propietarios y de D. José María Jurado que presentó al pregonero, fue redondo de principio a fin. Empezó elogiando la sencillez con la que los sevillanos pasamos de la Semana Santa a la Feria, de los pasos a los toros. Muchos de sus pasajes acompañados en segundo plano, con la Marcha procesional Caridad del Guadalquivir.

Después nos habló del Ritual de la tauromaquia, de cómo se van haciendo distintos los aficionados en función de la plaza en donde vean toros y de con quién empiecen a verlos. Nos habló de las ausencias de los que nos enseñaron a ver toros y que ya no están para acompañarnos, de los “fantasmas” que nos acompañan ahora, y nos animó a llevar gente joven a los toros. Dedicó un capitulo a una visita que hicimos junto a otros amigos aficionados a Pino Montano, cosa que le agradezco personalmente. Habló de la evocación de los recuerdos de sus propietarios Joselito El Gallo e Ignacio Sánchez Mejías, de la importancia de sus aportaciones no sólo al toro sino a la literatura, y de que teníamos que esforzarnos en explicar con naturalidad la importancia de lo que han supuesto en nuestra historia.

También nos halló de que el Toro está unido a las fiestas de una gran parte de las localidades de España. Dedicó un capítulo aparte a Curro como fiesta pura y en su faceta de fuente del derecho como inspirador de sentencias taurinas memorables, incluso del Tribunal Supremo. Dedicó otro capítulo a Morante de la Puebla, del que se confesó partidario. De esto puedo dar fe porque he visto sentado junto a Lorenzo innumerables corridas de Morante y hemos disfrutado como pocos, sobre todo estos dos últimos años.

Como no podía ser de otra manera dedicó otra parte del pregón al tema jurídico, indicando que el Toro tenía en España la mejor protección jurídica posible con la ley de 2013 que regula la tauromaquia cono patrimonio cultural. Habló de los presidentes y de lo curiosamente reglamentado que está el espectáculo taurino, cosa impensable en otras actividades públicas artísticas y dio tres ideas básicas de cómo hay que defender la tauromaquia: Haciendo que se cumpla la ley de 2013 antes citada, luchando en el ámbito social y político y reservar las querellas como recurso sólo cuando sea necesario y defendiendo la tauromaquia en los despachos de los políticos, de los periodistas y de los líderes de opinión. Acabó citando lo inmensamente ricos que se están haciendo los de la industria de las mascotas, la alineación de la sociedad actual de los políticamente correcto y del pensamiento y el gusto único. “No queremos que nos impongan cómo tenemos que pensar y qué vivir. No estamos dispuestos a que nos digan qué es cultura. Nuestros ritos y nuestras fiestas las decidimos nosotros”.

Con el pregonero. Foto de Pepe Morán

Acabó hablando de los ritos y la belleza de la fiesta, de los éxitos de varios toreros y ganaderos y de la esperanza con que el aficionado afronta cada tarde. Aunque al empezar nos indicó que a un extremeño hecho taurinamente en la Plaza de Toros de Madrid, no le podía salir un pregón sevillano, y que como mucho sería un pregón “para leer”, lo cierto es que le salió un pregón muy muy sevillano, interrumpido varias veces por los aplausos del público que termino puesto en pie con una sonora ovación digna de Puerta del Príncipe.

No quiero terminar sin decir lo magníficamente organizado que estuvo el acto por el Real Círculo de Labradores y Propietarios, y elegancia y el señorío en el que estuvo envuelto todo. Enhorabuena.

Si quieren ustedes verlo y oírlo, le dejo a continuación el enlace. De verdad que merece la pena.

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Ignacio Sánchez Mejías, un hombre excesivo

Los aficionados del Club Taurino de Pamplona, me pidieron una colaboración para su revista, sobre Ignacio Sánchez Mejías, para conmemorar el centenario de su alternativa. Ciertamente, casi ningún homenaje ha habido de esta efemérides, de forma que antes de que acabe el año, quiero dejar constancia del artículo que se publicó este verano en su revista.

Ignacio Sánchez Mejías, un hombre excesivo

Este año 2019, se conmemora el centenario de la alternativa del diestro Ignacio Sánchez Mejías. Ésta tuvo lugar en la plaza de toros de Barcelona, el 16 de marzo de 1919, con toros de Vicente Martínez. El padrino fue nada menos que José Gómez Ortega, Gallito, El Rey de los toreros, y el testigo nada menos que Juan Belmonte. Este fue el mejor cartel que se pudo componer en la Edad de Oro del Toreo. Al toro de su alternativa, “Buñolero”, le cortó Ignacio la oreja. Pero vayamos por partes.

Ignacio Sánchez Mejías, nació el 6 de junio de 1891, y fue de los pequeños de una familia muy numerosa. Su padre, mi bisabuelo Pepe, médico, hijo a su vez de médico, y su madre, la bisabuela Salud, una mujer de carácter. El nacimiento tuvo lugar en la entonces casa familiar, en la calle de La Palma, en el entorno de la Alameda de Hércules. Era una familia acomodada, ya que el padre no sólo atendía lo público como médico del Ayuntamiento y de la Beneficencia, sino que tenía prestigio para atender a las familias pudientes de Sevilla.

La educación en la casa, con tantos hermanos era espartana, e Ignacio pronto destacó por su inquietud e indisciplina. Se escapaba del colegio y lo tenían que traer los guardias de vuelta a casa, de donde se volvía a escapar. En ese entorno conoce a Joselito el Gallo, juegan a los toros y entrenan, en la huerta del padre de Ignacio, llamada del Lavadero, en terrenos de El Alamillo. El padre quería que fuera médico y él le decía que iba bien en los estudios y que incluso ya lo dejaban hacer algunas prácticas médicas, pero la realidad es que tenía los estudios muy abandonados y no había acabado ni el bachillerato.

Cuando la situación no pudo sostenerse más, y llevado por su afán de aventura, se embarca en Cádiz, con 17 años, de polizón con “El Cuco”, en el trasatlántico Manuel Calvo, pensando que el destino era México. Pero el destino fue Nueva York, además los descubren durante la travesía, y al llegar a Estados Unidos, los toman por delincuentes y los encierran. Gracias a las gestiones de un hermano de Ignacio, Aurelio, que por entonces estaba en México, logran que los embarquen para ese país. Llegado a México, se coloca de empleado en la plaza de toros de Morelia y allí empezaría su vida taurina.

En 1910, con 18 años debuta como banderillero en Morelia, con la cuadrilla de Fermín Muñoz “Corchaito”, con el que viene a España y vuelve a México, en donde debuta como novillero un año después, alternando con sus actuaciones como banderillero. En 1913 se presenta en Madrid de novillero, donde ya destaca por su valor. En 1914, por fin se presenta en Sevilla, ante la familia y amigos con mucho ambiente ya. Pero es herido de extrema gravedad, con la femoral muy afectada, casi pierde la vida delante de su padre que bajó a la enfermería. A raíz del percance y debido a la perdida de facultades vuelve de subalterno, ya de categoría, en las cuadrillas de las figuras Rafael El Gallo, Belmonte y Gallito, con el que estuvo tres años y aprendió el oficio, siendo su modelo y su maestro. Al final de la temporada 1916, el maestro de los críticos taurino, Gregorio Corrochano escribió esto en ABC: “Sánchez Mejías, que está a la cabeza de los peones por lo activo y oportuno de la brega, está también a la cabeza de los banderilleros”. La característica de Ignacio como torero era “llegar”, y en todo lo que emprendía quería llegar a ser el primero.

Fue una figura del toreo. El año que muerte Gallito en Talavera, acabó como número uno del escalafón en número de festejos. Se retiró en el año 1922, volvió en el 24 y se volvió a retirar en el 27, con 36 años. A todo esto, con algunas escapadas a América donde tenía un extraordinario cartel. Como torero destacó por su valor. Otro crítico, Don Ventura, escribió lo siguiente en el año de su alternativa “Este torero ha traído algo nuevo a la fiesta de los toros: la exageración del riesgo. O más aún: la creación del peligro. Una y otra tarde se ha complacido en llevar a los astados a los terrenos más difíciles, para exponer más y más. Y cuando no podía haber emoción, la ha creado él. La ha buscado él. Ha procurado que la hubiera, inventando el peligro”. A la historia del toreo pasó como torero valiente y en El Cossío, podemos encontrar lo siguiente: “La valentía más auténtica y sobrecogedora que nunca se haya exhibido en los ruedos. El valor de Sánchez Mejías superaba el concepto de que tal cualidad moral podamos tener. No era sólo desprecio absoluto del riesgo, sino que daba la impresión de ignorancia total del peligro”. Habla de la valentía más auténtica de la historia del toreo.

En el toreo también destacó en otra cosa, su lucha contra todos los estamentos taurinos. Contra sus propios compañeros, son famosas sus peleas con Gaona en México, donde llegó provocándolo. Gaona había publicado que él se podía comparar con Gallito, e Ignacio cuando llegó a México exigió al director que publicara: Yo soy mejor torero que Gaona y sólo pude ser banderillero de Gallito. Se pueden imaginar el ambiente de esas corridas, donde corrió la sangre de Ignacio más de una vez. Pero también estuvo en guerra con la crítica taurina, son famosas sus peleas con “Galerín” y “D. Criterio” a los que rebatía en sus propios periódicos por medio de escritos suyos. También estuvo en guerra con los empresarios. Como presidente de la Unión de Toreros se opuso con vehemencia a los topes salariales que éstos querían imponer. Tanto que muchos empresarios, incluido el de Sevilla, D. José Salgueiro, lo vetaron en sus plazas. Es conocida la anécdota de que vetado, bajó a la arena en una corrida de Feria, de acuerdo con el matador Martín Agüero, y le puso banderillas a uno de sus toros. Pasó por el lado de Salgueiro y le dijo que él toreaba en Sevilla cuando quería. Un provocador, pero que después cortaba las orejas.

Se casa en 1915 con Lola, hermana de su maestro Joselito. El paso de amigo de José y novio de Lola, no fue bien acogido, y sus relaciones con la “señá Gabriela”, madre de los gallos, tampoco fue buena. Su mujer, Dolores Gómez Ortega es un personaje clave en la vida en Pino Montano, la casa familiar, y en mantener la familia siempre unida. Al torero la vida familiar se le fue quedando pequeña porque tenía otras inquietudes.

Siendo un hombre muy atractivo, tiene documentadas varias aventuras, algunas amantes y una querida, pero nunca llegó a romper la familia. La vida matrimonial no duró mucho. Lola lo echó del dormitorio, lo cerró con dos candados y nunca más lo volvió a dejar entrar. Búscate lo que quieras por ahí, porque aquí no entras más, le dijo. Y lo cumplió.

Ignacio destacó por su vida social. Allí donde estaba se hacía el centro de la vida social de la localidad. Cuando iba a México y o Lima, alquilaba una casa y allí se daban las fiestas y se reunían los personajes locales y visitantes. Fueron famosas las fiestas en Pino Montano, donde acudieron personas de todo tipo.

En aquellos tiempos de vanguardia, cuando empezaban los “sportman”, Ignacio tuvo tiempo para todo. Jugador de polo, practicante de boxeo, automovilista, piloto de aviación, fue el primero en ir a torear en avión desde un pequeño aeródromo montado cerca de Pino Montano. Tenemos fotos de acoso y derribo desde un coche, actor de cine, practicante de deportes de invierno, futbolista, etc.

También tuvo muchas inquietudes sociales, Fue presidente del Real Betis, con el que inició los fichajes de jugadores vascos, relación que llega hasta hoy día. Puso los cimientos para lograr el primer y único título de liga de tenemos. Presidente de la Cruz Roja de Sevilla. Conferenciante en Nueva York, en la Universidad de Columbia, invitado por García Lorca. Promotor de un aeropuerto en Sevilla. Empresario. También se publicó que estaba propuesto para Gobernador Civil por la Republica. No sabemos cómo tenía tiempo para hacer todo eso y, además hacerlo bien.

Como inquietudes artísticas, podemos citar su amor por el flamenco, destacando su debilidad por el cantaor Manuel Torre. También fue promotor del espectáculo “Las Calles de Cádiz”, junto con su amante “La Argentinita” y su amigo García Lorca. Un espectáculo flamenco que se elevó por primera vez de categoría, para competir con la ópera y el ballet.

Pero sobre todo destacó por su obra literaria. Empezó con escritos costumbristas y taurinos que fueron publicados en periódicos. Y también publicada en el periódica La Unión, las crónicas de sus propias corridas de toros. Tiene escritas cuatro obras teatrales y estrenados dos. Sin Razón, la primera aproximación a Freud de la literatura española, no se nos olviden las vanguardias de entonces, estrenada en Madrid por la compañía de Fernando Díaz de Mendoza y María Guerrero. Y Zaya, estrenada en Santander, en presencia del Rey. También tiene escrita una novela y poesía.

Conocido como mecenas de la Generación del 27. Ideó y organizo, junto con D. José María Romero Martínez, ateneísta, los actos de tricentenario de Góngora en Sevilla, que dieron lugar a la Generación del 27. Fue el artífice de convencer a sus jóvenes amigos vanguardistas de Madrid para venir a Sevilla. Las fiestas que se organizaron en Pino Montano se quedaron en el recuerdo de todos los poetas.

Tuvo amigos de todo tipo y condición, desde el Rey al Presidente de la República, pasando por el General Sanjurjo al que acompañó a la cárcel y despidió en el exilio.

Volvió a los toros en 1934, con 43 años, para que el hijo, que quería ser torero, no lo fuera. En una entrevista dijo que si tenía que entrar un cuerpo destrozado en Pino Montano que fuera el suyo, que su mujer ya ha sufrido demasiado. Desgraciadamente, a los pocos festejos, fue herido de gravedad en Manzanares, no quiso ser operado allí, y murió en Madrid dos días después de gangrena gaseosa.

Varios de sus amigos del 27 le escribieron poesías, como Miguel Hernández y Alberti, pero el poema de Federico García Lorca, Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías, que pasa por ser la mejor elegía en lengua española, lo hizo inmortal. Tan inmortal como figura literaria que lo ha minimizado como torero y como persona, con toda la historia que tiene detrás.

Sirvan estas letras para reivindicar su persona y también para darle la razón a Federico cuando escribió:

Tardará mucho en nacer, si es que nace
Un andaluz tan claro, tan rico de aventuras

Ignacio Sánchez-Mejías Herrero

Sevilla 2019

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Actos por el centenario de la alternativa de Ignacio Sánchez Mejías

Ignacio Sánchez-Mejías tomó la alternativa en el año 1919, en la plaza de toros de Barcelona. Como padrino Gallito y como testigo Belmonte ¡Ahí es nada! El mejor cartel de todos los tiempos, ustedes disimulen.

A raíz de esta efeméride, diversas instituciones han tenido iniciativas para dar a conocer mejor la figura de Ignacio, que destacó no solamente como torero sino en otras muchas otras facetas de la vida social y cultural, no solo en España sino en América.

El pasado sábado 16, invitado por la Peña Los de José y Juan, fundada en 1951 y de gran prestigio en España, estuvimos en la Plaza de Toros de Las Ventas, junto al profesor D. Andrés Amorós. La conferencia y el coloquio posterior lo pueden escuchar en la página web de la citada peña, que le les dejo enlazada. El acto resultó un éxito de público con la sala Antonio Bienvenida llena, y, a tenor de los comentarios que me mandan, también de crítica. Aprovecho para agradecer a los miembros de la peña el trato recibido.

El Club Cocherito de Bilbao, fundado en 1910 y sobradamente conocido en todo el ámbito taurino, también se ha sumado a esta iniciativa, y el próximo 12 de marzo estaremos en Bilbao para dar una conferencia sobre la vida de Ignacio. Aprovecho la oportunidad para agradecerles la idea de dar más visibilidad a la figura de Ignacio, y de darme la oportunidad de hacerlo.

Por otra parte, el jueves 28 de febrero, el programa El Kikirikí, que se emite en el canal de toros de Movistar a las 22 horas, presentado por David Casas, se va a dedicar a la figura de Ignacio Sánchez-Mejías. También me han invitado a la tertulia, y allí estaremos.

No quiero dejar de comentar, que el Archivo Museo dedicado a Ignacio Sánchez Mejías en Manzanares, y que alberga la mayoría de los archivos de la familia, sigue programando actos, y el próximo 27 de febrero un curso para los profesores no universitarios “En torno al Llanto por Ignacio Sánchez Mejías”, que contará con una ponencia del profesor Amorós, y que cerrará mi prima Paloma Recasens. Les dejo enlazada la actividad.

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Conferencias de la Peña taurina «Los de José y Juan»

Si en Madrid existe una peña taurina con solera esa es “Los de José y Juan”, fundada en 1951 y que cuenta con una larga lista de actividades y una nómina de buenos aficionados.

Todos los años, en los sábados de febrero, vienen organizando ciclos de conferencias taurinas, que este año alcanza su número 62, que ya son años. Durante todo este tiempo han tomado la palabra los primeros espadas no sólo de los profesionales del toro, sino también del periodismo y grandes aficionados de todas las ramas de las artes y las ciencias.

Quizás porque ya han acabado con los primeros espadas, este año han tenido la amabilidad de invitarme a hablar de toros, lo que aceptado con mucho gusto y con mi habitual falta de sentido del ridículo, y como estaré arropado por el profesor D. Andrés Amorós, seguro que me echa una mano.

Como dice el presidente de la peña, D. Andrés de Miguel, en la presentación de las conferencias “Hablar de toros, pensar la tauromaquia y difundir sus valores éticos y estéticos, es una actividad tan gustosa como necesaria en los tiempos actuales. Defender las corridas de toros de las trabas y prohibiciones externas, y defenderlas también de las tentativas de banalización para convertirlas en un espectáculo donde el riesgo esté ausente. Los aficionados participamos de la fiesta de la que disfrutamos y lo hacemos difundiendo las ideas que la mantienen y dando la voz a sus protagonistas, aprendiendo de su historia y proyectando su futuro”.

Con esa intención iremos a la plaza de toros de Las Ventas el día 16 de febrero a las 12 horas, para hablar de Ignacio Sánchez Mejías. Quedan ustedes participados.

Les dejo el programa del ciclo de conferencias:

LXII CICLO DE CONFERENCIAS TAURINAS (2019)

Plaza de Toros de Las Ventas, Sala Antonio Bienvenida (12 horas)

Sábado 2 de febrero de 2019

La tauromaquia en su encrucijada del siglo XXI.

Participarán Andrés Amorós, François Zumbiehl y Andrés de Miguel (socios de Los de José y Juan).

Sábado 9 de febrero de 2019

Ricardo Gallardo, ganadero de reses bravas, propietario de la ganadería Fuente Ymbro.

Presentado por José Joaquín Moreno Silva, ganadero de reses bravas, propietario de la ganadería Saltillo (socio de Los de José y Juan).

Sábado 16 de febrero de 2019

Ignacio Sánchez-Mejías, economista y escritor taurino, hablará de «Ignacio Sánchez Mejías, otra perspectiva».

Presentado por Andrés Amorós (socio de Los de José y Juan).

Sábado 23 de febrero de 2019 (12.00 horas)

José Luis Palomar, matador de toros.

Presentado por Gonzalo Bienvenida, periodista.

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Presentación de los actos por los 90 años de la Generación del 27

Desde hace meses veníamos oyendo comentar que el torero Miguel Ángel Perera había tenido la idea de conmemorar los 90 años de la Generación del 27 con un acto de unión de intelectuales con el toreo, como en su día lo hizo Ignacio Sánchez Mejías con las vanguardias literarias de época, en los actos celebrados en el Ateneo de Sevilla, por el tricentenario de Góngora, y que dieron lugar al nacimiento del Generación del 27.

Ayer se presentaron los actos en la sede de la Fundación Cristina Heeren. Se va a intentar que sean un homenaje los del 27, con foto en el Ateneo del torero con los representantes de las distintas artes que van a participar en los mismos, y posterior encuentro nocturno en Pino Montano, rememorando las fiestas y reuniones que allí se realizaron entonces, y en donde la familia Sánchez Mejías, volverá a dar cobijo a sus participantes.

Además del Excelentísimo Ateneo de Sevilla, participan en la iniciativa, la Cátedra Ignacio Sánchez Mejías de Comunicación y Tauromaquia de la Universidad de Sevilla, con el imprescindible mecenazgo de la Fundación Caja Rural del Sur. Los actos, presentados por el director de la Cátedra, van a consistir en una reunión, el día 13 de diciembre a las 19 horas, en el Ateneo de Sevilla, con representantes de la cultura, de los que están confirmados: Carlos Marzal, poeta; Eliseo Summavielle, gestor cultural portugués; José Mercé, cantaor; Juan Echanove, actor; Fernando Savater, filosofo, y Plácido Domingo, tenor. Además, nos informaron que tienen otros pendientes de confirmar. Todos ellos presididos por el que lo es de Ateneo, Alberto Máximo Pérez Calero y con la presencia del impulsor Miguel Ángel Perea. Después de estos actos, la comentada visita a Pino Montano. Por razones de capacidad del Ateneo, la asistencia a los actos será por invitación.

Firma del convenio de mecenazgo con la Fundación Caja Rural del Sur

En la presentación, que estuvo amenizada por el cantante Manuel Lombo, además del director de la Cátedra, Juan Carlos Gil, habló el torero, reivindicando la pertenencia del Toreo a la cultura, el presidente de la Fundación Caja Rural del Sur, José Luis García Palacios, además en su condición de ganadero y el presidente del Ateneo, Alberto Máximo Pérez Calero, que recordó la participación en los actos del entonces vicepresidente, el doctor José María Romero Martínez, director del manicomio de Miraflores y amigo de Ignacio con el que gestó la reunión, y al entonces presidente Manuel Blasco Garzón.

A la finalización de la presentación, felicitamos a Miguel Ángel Perera por la iniciativa y el trabajo realizado hasta ahora, y le deseamos el mayor de los éxitos en su culminación.

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La casa de la Generación del 27

Publica hoy ABC de Sevilla un reportaje sobre Pino Montano de la periodista Lorena Muñoz, a la que queremos agradecer el cariño y la dedicación al mismo, que ha dado como resultado este magnífico trabajo, que le dejamos enlazado, para que, además de leerlo, puedan ver el reportaje fotográfico y el video de Raúl Doblado, al que también felicitamos por el reportaje y por su reciente premio de periodismo de Andalucía. Enlace del reportaje de ABC (pinche aquí)

Para la familia El Pino es, sobre todo, recuerdos de infancia, donde pasábamos los fines de semana y largas temporadas en verano aprendiendo a nadar en la alberca y jugando en los jardines. Pero para la Generación del 27 fue su lugar de acogida. Ignacio Sánchez Mejías fue, como todo el mundo sabe, el promotor y el mecenas de la reunión en 1927, de un grupo de jóvenes escritores de la vanguardia española, que dio lugar a la Generación del 27. Le estuvimos contando a Lorena las vicisitudes de las reuniones, fiestas y anécdotas relacionadas con el evento, y mi prima María Dolores, le comentó que la unión de los escritores del 27 con El Pino, no acabó ese año, si no que siguieron visitándolo posteriormente, incluso acogiendo a alguno enfermo.

La vida en El Pino, en la época que vivió Ignacio fue de lo más interesante. Era un centro de reuniones sociales de todo tipo de personajes, desde el Presidente de La República a militares. La mujer de Ignacio, la abuela Mami, mantuvo la familia unida y mi padre y mi tío José contaban anécdotas de que tenían que escribir lo que pasaba para después contárselo a Ignacio, y de cómo se preparaban las reuniones, de las representaciones de las obras teatrales que escribía, de partidos de futbol, y de un sinfín de situaciones que se vivieron en aquella época.

Foto. Raul Doblado para ABC

Afortunadamente, y gracias a mi prima María Dolores que vive allí, y a que la casa se utiliza para eventos del Cátering Alda&Terry, se puede mantener este pedazo de historia en Sevilla, de otra forma sería muy difícil mantener un cortijo de estas características. Queremos agradecer a Lorena Muñoz el magnífico resultado del reportaje y a ABC de Sevilla por difundir parte la historia de Pino Montano.

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Exposición permanente del archivo de Sánchez Mejías en Manzanares

Hoy, 5 de septiembre, se ha firmado el documento de cesión del archivo de Ignacio Sánchez Mejías, para su exposición permanente en Manzanares. Desde que tuvo lugar en Sevilla la exposición “Sánchez Mejías y la Edad de Plata”, en el año 2009, fue intención de la familia que el esfuerzo realizado de investigación, catalogo y digitalización de todo el archivo familiar, tuviera continuidad.

Como saben ustedes, en Manzanares, el 11 de agosto de 1934, sufrió Ignacio la cornada por la que moriría dos días después en Madrid. La ciudad cuenta con una peña taurina dedicada al torero, el Círculo Cultural Taurino “Ignacio Sánchez Mejías”, que es muy activo en promover la figura del torero. En los últimos años, mi prima Paloma y yo hemos ido a dar una conferencia sobre Ignacio, y otros miembros de la familia asisten a los actos que cada 11 de agosto se organizan en la ciudad. También hace poco sus miembros vinieron a Sevilla, donde se promovieron diversos actos en recuerdo de Ignacio, se visitaron lugares emblemáticos y almorzaron en Pino Montano. Su Ayuntamiento promovió, junto con la televisión de Castilla La Mancha el documental “Agosto del 34”, del que fuimos al estreno y que poco después también se exhibió en Sevilla.

El Ayuntamiento mostró interés en tener una exposición permanente con el material de “Sánchez Mejías y la Edad de Plata”, y después de los detalles, la familia lo cede gratuitamente. La adaptación de la muestra y su seguimiento será realizada por Antonio Fernández Torres, responsable, junto con profesionales de Estudio Tannhauser, de la original de Sevilla. En el acto de la firma, que se celebró en el propio Museo del Queso Manchego y Colección de Arte de Manzanares, donde se van a adecuar las dependencias que la albergarán, estuvieron mi prima Paloma Recasens, nieta del torero y Rocío Pérez de Ayala Recasens, biznieta, como representantes de los descendientes, Julián Nieva Delgado, alcalde de Manzanares y Francisco Jiménez Navarro, presidente del Círculo Cultural Taurino “Ignacio Sánchez Mejías” (les dejo enlazada la noticia de manzanares.es, por si quieren ampliarla).

La exposición permanente se inaugurará antes de finales de año, y seguro que será un éxito que podrán disfrutar tanto los miembros de la Peña, que tendrán otro motivo más de orgullo, como el resto de manzanareños, y todos los visitantes que se acerque al museo.

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Curso de Temas Sevillanos

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Curso de Temas Sevillanos, es una Institución cultural para la difusión de la cultura sevillana, creada en 1989 por D. Antonio Bustos. Esta “agrupación de mayores”, como les gusta llamarse, se organiza por “cátedras” (Visitas y viajes, Taurina, Declamación, Bellas Artes, Cinematografía, Comunicación, Nombres de Sevilla, Historia de Sevilla, etc.) y organizan actos culturales, prácticamente los 365 días del año, con la muy numerosa asistencia que se apunta a estos cursos.

Dentro del tema taurino, este viernes 29 de enero a las 18 horas en el Salón de Carteles de La Real Maestranza de Caballería, voy a dar una charla sobre la figura de Ignacio Sánchez Mejías. Aunque saben ustedes que no es mi especialidad, dado el mérito de esta institución, que se mantiene con la aportación de sus partícipes, no me he podido negar. Espero que los asistentes sean benévolos conmigo.

Quedan ustedes participados

@isanchezmejias