Los amigos del Círcula Taurino de Ronda, me pidiereon este verano un artículo sobre Joselito El Gallo para su revista, y me salió esto:
Gallito fuera de los ruedos
Joselito el Gallo fue el primer torero que intuyó el cambio de tendencia del gusto de los públicos hacía una faena más artística. Una faena que pasara de ser una suerte para dominar a un toro indómito y poder matarlo, a crear el arte de la lidia. Fue el primero que intentó hacer con algo de regularidad el toreo en redondo, que ya habían empezado Lagartijo y El Guerra y que después seguiría Chicuelo y perfeccionaría Manolete. Pero para eso se necesitaba un tipo de toro distinto a la fiera indómita, mansa la mayoría de las veces, y con un genio infernal, que salía regularmente por los chiqueros entonces. Y por ahí empieza su revolución fuera de los ruedos.
Durante la Edad de Oro se lleva a cabo la mayor revolución genética que se ha producido nunca en el mundo del Toro. Con Gallito, y por su recomendación, se generalizan los tentaderos, y se establece la genealogía. En muchas ganaderías hasta entonces se soltaban varios sementales a las vacas, de forma que sólo se conocía con certeza quien era la madre. Gallito va abandonando los encastes menos proclives a las nuevas faenas que iban pidiendo los públicos, y fomentando líneas más bravas.
Pero es que su aportación a la tauromaquia moderna no se quedó en esa histórica revolución genética. Él creó la figura del apoderado tal como ahora la conocemos, porque antes casi era un administrador, y creó la figura del personal de confianza que iba por las ganaderías viendo la evolución del ganado, el actual veedor. Pero no contento con todo esto, quiso cambiar la Fiesta desde sus más profundas raíces, las económicas, con la promoción y construcción de las plazas de toros monumentales. Los toros eran entonces, y son ahora, un espectáculo caro, y las entradas inalcanzables para las clases obreras. Recuerden los viejos vídeos del personal empeñando los colchones para pagar su localidad. Para cambiar esta situación tuvo la idea de construir plazas de toros con capacidad para más de 25.000 personas, en aquellas ciudades que lo permitieran, para poder vender entradas mucho más baratas sin que el cargo total en taquilla se viera perjudicado. Todos ganaban, el público menos pudiente que podía asistir a los toros por un precio asequible, los toreros podían seguir cobrando lo mismo, cuando no más, y los empresarios. Como fue un adelantado en todo, con apenas 16 años ya intuyó esta solución y ya empieza a hablar y a fomentar la construcción de las plazas de toros monumentales.
En ese sentido, es recomendable la lectura de un reciente libro “Plaza de Toros Monumental de Sevilla, la Dignidad de un Proyecto”, escrito por miembros de un despacho de arquitectos, Julio y Fidel Carrasco y Carmen del Castillo, donde demuestran, frente a lo que nos habían hecho creer como verdad oficial, que la plaza de Toros Monumental de Sevilla estaba perfectamente construida. Con ese proyecto José se tuvo que enfrentar a la alta sociedad sevillana, ya que aforaba el doble de La Maestranza y entraba en competencia directa con la misma. La historia ya la saben, a la muerte de Gallito, la plaza se abandonó y después se demolió. Pero queda el legado de sus otras plazas monumentales. Madrid, gracias a la cual varias generaciones de jóvenes se han hecho aficionados al poder asistir a un espectáculo barato, Pamplona y, la ahora desgraciadamente sin uso, Barcelona.
En aquellos tiempos se decía que nada se movía en el mundo del Toro, ni dentro ni fuera de las plazas, no ya sin que lo supiera José, sino sin que lo hubiera mandado el Rey de los Toreros.
La inauguración de la plaza de toros Monumental de Sevilla tuvo lugar el 6 de junio de 1918. El cartel: toros de Contreras, para Gallito, Posada y Fortuna. El primer toro se llamaba “Vallehermoso”, negro, con el nº 48, y cuentan las crónicas que Gallito le “da primeramente dos verónicas superiores, apretadísimas y ceñidas, y después tres más idénticas, templando superiormente. Termina con un magnífico recorte a media verónica”. El toro tomó cuatro varas, derribando tres veces al caballo, y matando a uno de ellos, y desmontando la otra al picador. Gallito hizo varios quites. La faena fue entre los mismos pitones, sujetando a un animal que salía suelto. Faena de torero valiente, inteligente y dominador. Pinchazo y media sin puntilla. Oreja.
Presentado el animal, la semana pasada nos enteramos que existía la cabeza del mismo disecada, propiedad del Cortijo El Esparragal, y tuvimos ocasión de ir a ver cómo la restauraban, en las instalaciones de Venegas Taxidermia, en la cercana localidad de Villanueva del Ariscal. Nos contaron que había estado durante muchos años en el citado cortijo en uno de sus patios, bajo techo, pero a la intemperie, y que estaba muy deteriorada. Tiene la particularidad de que lo disecaron con la boca abierta, la lengua visible, la media estocada con su espada y chorreones de sangre por los costados, en el momento previo a la muerte. Debido al avanzado deterioro la había llevado a restaurar.
El equipo del taxidermista nos contó que la restauración sobre la pieza original era imposible. Que tantísimos años a la intemperie le habían pasado factura a la pieza, incluso habían anidado avispas dentro de la boca. Tan solo la cornamenta era aprovechable. La mejor solución ha sido sacar una copia exacta de la forma y tamaño de la cabeza, trabajar sobre ella y mantener la cornamenta original y la espada, también restaurada. Hay que valorar el trabajo de este equipo, porque el resultado se vislumbra magnífico.
Cuando esté terminado, y en su nueva ubicación, el propietario quiere incorporar, además de la clásica metopa original, que existía, algún otro elemento informativo de este toro histórico, como el cartel del día, fotos del toro o crónicas de la tarde. Será una oportunidad magnífica para volverlo a ver.
El 6 de junio de 2018, conmemorando el centenario de la inauguración de la Plaza de Toros Monumental de Sevilla, tuvo lugar en el Excmo. Ateneo de Sevilla, el acto de la presentación del libro que sobre la plaza han escrito los miembros de un estudio de arquitectos de Madrid, Fidel y Julio Carrasco y Carmen del Castillo.
Los salones del Ateneo estaban llenos hasta la bandera un rato antes de comenzar la presentación. Con aficionados y gallistas de reconocida militancia, autoridades que tuvieron a bien acompañarnos y una casi total representación de la prensa local, además de nuestra presidenta Anabel Moreno y de otros aficionados desplazados de diversas provincias, como Aurelio López, coordinador de la sección de Málaga de la Fundación del Toro de Lidia, y el arquitecto y gallista José Morente, autor del blog larazónincorporea.es. Abrió el acto D. Alfonso Máximo Pérez Calero, que hizo una presentación de la mesa y del libro.
A continuación, tomó servidor la palabra agradeciendo al Ateneo el habernos acogido. Hablé de Gallito y de la Monumental. De Gallito dije que fue el verdadero revolucionario de la fiesta, el Rey de los Toreros, reconocido así en vida por sus contemporáneos que decían que no se movía nada en la Fiesta, no ya sin que lo supiera Gallito, sino posiblemente sin que lo hubiera autorizado o incluso ordenado. Lo que pasa es que murió muy joven, y la historia posterior la han escrito los belmontistas, ocultando la verdadera dimensión de padre de la tauromaquia moderna a Joselito “El Gallo”.
En el torero fue un revolucionario dentro del ruedo y fuera de él. Dentro fue el primer lidiador total, el que hizo todas las suertes a todos los toros. El primero que, siguiendo la estela de “Lagartijo” y, sobre todo, de “Gerrita”, empezó a torear asiduamente en redondo con pases ligados, de lo que luego siguió la estela “Chicuelo” y ya “perfeccionó Manolete, hasta el toreo de nuestros días. Intuyó que el toreo tenía que pasar de una lucha del hombre contra un toro fiero, en medio de caballos destripados, a un espectáculo más armónico, incluso artístico, y para eso se necesitaba otro tipo de toro. Fue el primero que entró de verdad en los tentaderos a “aconsejar” a los ganaderos las líneas genéticas para intentar modelar el toro que él y Juan necesitaban para dar el espectáculo que empezaban a pedir los públicos. En la Edad de Oro del toreo se produjo la mayor revolución genética de todos los tiempos en España, diseñando las líneas y encastes que conocemos hoy día. También aportó otras figuras como la del veedor, hasta entonces inexistente, les dio más categoría a los apoderados, hasta entonces meros secretarios o, como mucho administradores, aportó también la organización racional de las temporadas a base de kilométricos de tren, para poder torear más de 100 festejos por temporada, y también aportó la figura del partidario, los que compartió con Juan, eternamente enfrentados.
Pero no contento con todo esto, con menos de 20 años quiso cambiar las estructuras económicas de la Fiesta con la construcción de plazas monumentales. La idea principal era abaratar las entradas sin perder honorarios los toreros, construyendo, en aquellas localidades que lo soportaran recintos de más de 20.000 localidades. La primera en la que pensó fue en Sevilla, ideando plaza con más de 23.000 localidades. Pero en Sevilla existía una plaza con gran tradición, la plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, con la que iba a entrar en clara competencia, y, consecuentemente, ni su nacimiento ni su convivencia fueron pacíficos.
No se nos debe olvidar que el libro lo han hecho unos técnicos en construcción especializados en estructuras. No les cuadraba lo que conocían de la Monumental de Sevilla, unos de las primeras edificaciones en hormigón armado de España y se pudieron a investigar. Después de varios años, consiguieron que les publicaran en revistas técnicas de su profesión tres artículos científicos de la Plaza, donde demostraban la fiabilidad de su construcción. Saben ustedes que para que se produzca una publicación de este tipo, son necesarios revisores externos que la verifiquen, y que el estudio aporte algo a la profesión. Dado el inmenso material que habían reunido durante tantos años, y la nueva devoción que ya procesaban a Gallito, aprovecharon para escribir el libro y que no se perdieran tantísimas horas de trabajo. Por tanto, el libro viene avalado por estudios científicos contrastados y su conclusión es que la plaza estaba bien hecha.
La Monumental convivió dos temporadas y media con la Maestranza. En la primera Feria de Abril en competencia, la de 1919, se dieron corridas en las dos plazas coincidiendo varios días. José en la Monumental y Juan en la Maestranza. El libro recoge cómo la prensa, convertida en partidarios, se puso del lado del uno y del otro, sobre todo del otro, sin ningún tapujo. Pero la consecuencia fue que la Maestranza tuvo que bajar sustancialmente sus precios hasta igualarlos con la Monumental. Curiosamente, al año siguiente 1920, el mismo empresario de la Maestranza tomó la explotación de la Monumental. Sin competencia se dieron festejos en ambos cosos para ya sin coincidir en los días. El primer año que la Maestranza operó sin competencia en 1921, subió las entradas más del 25%.
La versión oficial siempre habló de una plaza mal construida, que cuando murió Gallito ya no tenía sentido, que se cerró y que se fue destruyendo sola manifestando su mala construcción. La memoria que tenemos los sevillanos, los pocos sevillanos que sabemos que existió una plaza de toros monumental, era la de viejas fotos de una plaza en ruinas que hubo finalmente que demoler y de un azulejo en lo que creíamos una de sus puertas, que en el libro se ve que es una puerta de entrada al recinto, no de la plaza propiamente dicha. Pero la realidad es bien distinta. La plaza estaba bien construida, pero muerto Gallito, a principios de 1921 una comisión de tres personas, en la que una era un médico, dictaminó que la plaza no era apta para espectáculos públicos. La Comisión de festejos hizo suyo el dictamen, y el Gobernador Civil cerró la plaza. De nada sirvieron las peticiones del promotor y del arquitecto solicitando nuevos estudios técnicos y pruebas de carga. Ya sin José que la defendiera, la decisión fue inapelable. Las garantías jurídicas de la época las desconocemos, pero esos tiempos eran convulsos en España, baste decir que 1910 a 1920 hubo 15 gobiernos, de los que creo que ocho lo fueron en los últimos 4 años. También desconocemos, aunque sospechamos, si hubo otro tipo de presiones.
Lo cierto es que el proceso de demolición empezó en 1930, y todas esas fotos que teníamos en la memoria de una plaza en ruina, no eran tales, eran, como se demuestra en el libro del propio proceso de demolición. Hasta en eso se demuestra que la plaza estaba bien hecha, porque los responsables tiraron las andanadas sobre los tendidos esperando que estos también se derrumbaran, pero se ven fotos de los soberbios tendidos soportando estoicamente en pie, todos los escombros de las andanadas, demostrando la dignidad del proyecto.
Tomó la palabra Manuel Grosso que hizo una clarividente exposición sobre la situación social de entonces, la lucha de clases, el avance del proletariado, el estatus social que daba la Maestranza, y otras situaciones, que hacían muy difícil la convivencia de ambas plazas. Al final ganaron, comentó. También habló de los problemas de José incluso muerto, no dejando oficiar los funerales en la Catedral, saliendo al paso su Hermandad de la Macarena, con un túmulo tan grandioso que no se ha vuelto a repetir. Concluyó diciendo que, con la muerte de José, empezó verdaderamente el siglo XX en España. Una brillante exposición.
Fidel Carrasco, uno de los autores, comentó los avatares de la génesis y la confección del libro, y agradeció la oportunidad de presentarlo en el Ateneo de Sevilla, algo que nunca hubieron pensado cuando empezaron esta aventura. También nos habló del proceso por el que los autores se habían descubierto la figura de Gallito, del que ya se consideraban partidarios.
Finalmente, Morante de la Puebla, hizo una faena de las suyas, en corto, por derecho y de pensamientos profundos. Nos hizo reflexionar sobre los grandes espacios de las monumentales, hablando de que el toreo clásico necesita más espacio y del toreo barroco, que necesita más cercanía. Concluyendo que en el toreo de hoy se han reducido los espacios y que para percibir los detalles, él prefiere plazas más pequeñas. Es de destacar la presencia del matador, al que solo le movía su admiración por Joselito “El Gallo” y el ampliar sus conocimientos sobre él. Espero que le haya merecido la pena.
El acto estuvo perfectamente organizado por el Ateneo, y todos nos llevamos un gran recuerdo.
Sólo me queda recomendarles la lectura del libro para que saquen ustedes sus propias conclusiones.
PD El día 8 de junio presentamos el libro en la plaza de Toros de Las Ventas, en la sala Antonio Bienvenida. La sala se llenó, y a juzgar por las preguntas de los asistente y las charlas posteriores, debió ser un éxito. Se acercaron varios periodistas, entre ellos, Paco Aguado, que sigue preparando la ampliación y actualización de su libro “Joselito El Gallo, el Rey de los Toreros”, que nos comentó que estaba esperando este libro con gran interés para la actualización del suyo, Antonio Lorca, Paco March y Gonzalo Bienvenida.
Si Gallito es el Rey de los toreros, Miura es el Rey de los toros y hoy hemos visitado Zahariche con un grupo de aficionados.
En la Feria de San Miguel de 2015, se cumplieron 100 años de la concesión de la primera oreja que se otorgaba en la plaza de toros de La Maestranza. Aunque en otras plazas de toros se habían empezado a dar orejas como trofeos, La Maestranza mantenía que no daría orejas, por considerarlo fuera de lugar. 29 de septiembre de 1915, toros de Miura para Rafael El Gallo, Gallito y Belmonte ¡Atención al cartel que mataba Miura en San Miguel en Sevilla! Quito toro, de nombre “Galleguito”. Dejemos que hable el cronista.
“Quinto, bien puesto, Joselito híncase de rodillas, y como el toro desviase de la recta se levanta y da varias verónicas, dos de ellas colosales y dos recortes inmensos. El bicho toma cuatro varas, por dos caídas y dos caballos. Juan y José están superiores en quites. Joselito, a petición del público, toma las banderillas, y al salir a los medios se le ovaciona. José ejecuta una brillante faena, que se ovaciona con entusiasmo. Hay pases por alto de pitón a rabo, dos de rodillas y otros por bajo y de molinete, inmensos de toda inmensidad. El diestro que está rabiosísimo y valiente, se crece cada vez más, haciendo delirante la ovación. Entra con rectitud y cobra una corta desprendida. La ovación es entusiasta, da la vuelta devolviendo sombreros y sale después a los medios”
Algunas frases del maestro D. Gregorio Corrochano de este toro.
“La corrida fue grande y dura. El toro Galleguito vive en la memoria de cuantos le vieron como un miureño legítimo, duro, de poder, difícil y peligroso. En la lidia de este toro puso José en juego todos los recursos valerosos de un maestro de la tauromaquia. Tenía Galleguito una estocada honda de muerte y sangre en la boca. Joselito, con su cuadrilla, le sigue muy de cerca, con la muleta en la izquierda, no le quitaba la vista al toro ni para saludar, porque sabía de lo que era capaz mientras estuviera en pie. En efecto, arrojando sangre y con las ansías de la muerte, se arrancó de pronto a Joselito, y antes de llegar a la muleta, con la que le esperaba prevenido, cayó el toro para no levantarse más. El público respiró tranquilidad, porque hasta ese momento había estado muy intranquilo, rompió en una ovación. ¡Qué síntoma de toro duro y fiero, y que conocimiento del toro en José, que lo tenía previsto y no distrajo la mirada ni con los aplausos!”.
Al día siguiente, Joselito se encerró con seis de Santa Coloma, y en el quinto toro “Cantinero” el presidente, Sr. Filpo, ya no pudo aguantar más la presión popular y concedió a Gallito la primera oreja otorgada en La Maestranza, que debieron haberle concedido por “Galleguito”.
Desde septiembre del año pasado, un grupo de Gallistas queríamos celebrar el centenario de esta primera no oreja de “Galleguito”, pero no ha sido hasta el día de hoy que hemos podido hacerlo. Invitados por los hermanos Miura, hemos echado la mañana en Zahariche, primero visitando distintos cercados de vacas e impresionantes toros de Miura y después departiendo con D. Eduardo, en la casa, delante de las cabezas de los dos toros que mató José ese día. Se han leído varias crónicas de la corrida y se ha hablado de toros. Mereció la pena esperar.
Desde aquí queremos agradecer a D. Eduardo Miura la deferencia y amabilidad que ha tenido con todos nosotros.
Lo dicho: Si Gallito es el Rey de los toreros, Miura es el Rey de los toros, y punto. ¡Viva Gallito! ¡Viva Miura! ¡`Viva el Toreo!
Dentro de las mesas redondas que se han programado como actividades paralelas de la Exposición “Joselito y Belmonte, una Revolución Complementaria”, hemos tenido el privilegio de asistir a la charla impartida por el catedrático de literatura, escritor y crítico taurino de ABC, D. Andrés Amorós, y por el crítico taurino y doctor D. Carlos Crivell, titulada “Joselito El Gallo”, así, a secas, no hacía falta más.
La Triana belmontista, territorio hostil para los gallistas y el Castillo de San Jorge, donde la Inquisición hacía de las suyas, no era un lugar adecuado para ensalzar la figura de Gallito, pero los actuantes han cortado orejas y rabo en ese sentido.
Nos han hecho reflexionar sobre la figura de Gallito, transportada a su época, con unas muy documentadas anécdotas que ejemplifican lo que fue este torero para la historia de la Fiesta. El Sr. Amorós dijo que lo fue todo en el toreo, que fue el toreo mismo, como Velázquez fue la pintura o Cervantes la novela, que en contraposición con Juan, mientras a este Chaves Nogales le hizo una biografía novelada, de José se hizo, por parte de Gregorio Corrochano, todo un Tratado de Tauromaquia. Que fue el torero más respetado y admirado por todos los profesionales de cualquier época. Que fue el torero total, capaz de hacer todas las suertes a todos los toros.
El Sr. Crivell incorporó diversos argumentos para engrandecer la figura del torero, pero destaco dos aportaciones que hizo. De todos son sabidas las dolencias gástricas que padeció José a lo largo de su vida, está documentado que lo mermaban sobremanera y que tuvo que guardar cama en varias épocas, perdiendo muchos festejos. El Dr. Crivell, basado en sus conocimientos como especialista en digestivo y de documentos históricos, indicó que, con las lógicas reservas, entendía que lo que había padecido Gallito era una enfermedad de Cronh. También argumentó, con razón, que Sevilla estaba en deuda con José, porque su ciudad no había sabido corresponder a la grandeza de este torero.
Llamaron la atención los documentos originales aportados por el moderador de la mesa, el periodista D. José Antonio Esquinas, como fue el contrato de Lima, única vez que Gallito toreó en América, y de la volvió mucho más millonario de lo que se fue, y varios telegramas escritos en la noche que siguió a la tarde trágica de Manzanares, uno de ellos escrito por Ignacio Sánchez Mejías, dando instrucciones para que avisaran a su mujer Lola, hermana de José.
Es cierto que la historia la han escrito los belmontistas, y si bien Juan dijo que José le había ganado la partida en Talavera, como recordó el Sr. Crivell, Juan le ganó la partida a José en Alianza Editorial con el libro de Chaves Nogales, según cita del Sr. Burgos. Por consiguiente, bienvenidos sean todos los actos de reivindicación de la figura de Gallito como torero.
Como resumen se pudo concluir con que Joselito El Gallo fue el que aportó todos los ingredientes de la tauromaquia moderna. Fue el primero en seleccionar al toro que querían para hacer el toreo más estético del que se benefició Juan, por lo que fue el primero en entrar en todas las ganaderías para seleccionar. Fue el que puso los cimientos del toreo en redondo. Le dio importancia a las cuadrillas. Incorporó profesionales, como el apoderado o el veedor que no existían. Aportó una lidia capaz de dominar a todos los toros en todas las suertes. Lo dicho, el torero total.
En el pasado mes de marzo publicamos en este sitio una entrada con la foto adjunta, titulada “El Rey Torero”. En ella pueden verse a dos reyes, al Rey Alfonso XIII y al Rey de los toreros, Joselito el Gallo, adornándose de cerca ante una bien armada vaca en medio del campo. Juntos comparten un capote y nos quedaba la duda de si el Rey le habría dado algún capotazo a la vaca o si sólo fue a contemplar la faena campera, y quiso fotografiarse cerca del animal amparado por Gallito.
Esta foto se digitalizó, como todos los archivos familiares, a raíz de la Exposición que sobre Ignacio Sánchez Mejías se hizo en el Casino de la Exposición, hace pocos años. Ahora puede verse en la Exposición “Joselito y Belmonte, una revolución Complementaria”, en la sede del Espacio Santa Clara. En el acto de su inauguración, mi sobrino Antonio Ruiz de Alda, me comentó que la foto tenía una continuación, o una previa, en la que se veía a Rey dando un capotazo sólo, y días pasados me la mandó. De forma que actualizamos la citada entrada, ya hablando con conocimiento de causa, el Rey toreó, ahí está la prueba:
Espero que la afición de la Familia Real a los Toros continúe en está nueva generación, y ya que la Infanta Doña Elena, está iniciando a su hijo Froilán en el arte del toreo, no estaría de más que le mostrara esta foto para que viera el valor de su bisabuelo, no exento de buenas maneras. Eso sí, tenía al mejor de los maestros. Nada me gustaría más ver a un miembro de la Familia Real con los trastos en la mano pasándoselo cerca y gustándose.
Ayer día 15 de octubre tuvo lugar el acto de inauguración de la exposición “Joselito y Belmonte, una revolución Complementaria”, que se desarrollará hasta el 15 de diciembre.
La muestra cuenta con dos sedes, el Espacio Santa Clara (Alameda de José), donde se exponen la mayoría de las piezas, y el Castillo de San Jorge (Triana de Juan) donde se desarrollarán las mesas redondas y otras actividades paralelas, además de contar con fotografías, dibujos y esculturas. Se exponen un total de 132 piezas entre pintura, escultura, dibujos, grabados, textiles, carteles, objetos personales, hemeroteca, fotografías, libros y revistas.
El horario será de martes a sábado de 10 a 14 y de 17 y 20 horas y el domingo de 10 a 14 horas, permaneciendo cerrado el lunes. Hay programadas tres mesas redondas en los miércoles de noviembre, interviniendo, entre otros, Emilio Muñoz, José María Susoni, Andrés Luque Teruel, Aquilino Duque, Santiago Ortiz, Vicente Zabala de la Serna y Paco Aguado.
En el acto inaugural intervino el comisario de la exposición Juan Carlos Gil, director de la Cátedra Ignacio Sánchez Mejías de Comunicación y Tauromaquia de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla, que agradeció las aportaciones de museos, fundaciones, hermandades y colecciones privadas que integran la muestra. El acto estuvo presidido por El alcalde de Sevilla Juan Ignacio Zoido, acompañado por un buen número de sus concejales y por la subdelegada del Gobierno. El alcalde hizo una defensa de los toros como fiesta representativa de la cuidad, además de ponderar las personalidades y el legado de Joselito y Belmonte.
Esta exposición estaba en principio pensada para homenajear sólo a Belmonte en el centenario de su alternativa, pero, con buen criterio, se cambió el enfoque para incluir a Gallito, eje central de la Edad de Oro del Toreo. El título de la muestra “Una revolución Complementaria”, da idea de lo hecho por esta pareja de revolucionarios del toreo.
Por lo que vimos ayer, la exposición es muy interesante y está puesta con mucho gusto, por lo que queremos felicitar a todos los reponsables y, en particular a José Lucas Chaves.
Sólo queda animar a todos los aficionados a visitar la muestra y a asistir a las actividades paralelas. No se arrepentirán.
Que el toro es cultura lo sabemos todos los aficionados y lo defendemos siempre en todos los foros en donde tenemos la oportunidad de acudir y de hablar. Varias veces he escuchado al profesor Amorós anteponer a la natura de lo salvaje, la cultura del Toro como creación del hombre para que algunos privilegiados puedan crear arte frete al peligro.
Alrededor del Toro se organizan muchos actos culturales, además de la propia corrida, que acercan este mundo a otras artes. Frente a los profesionales del antitoro que nos llaman asesinos en nuestras narices, con la debida protección de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, anteponemos el amor al toro y todo cuanto le rodea y lo elevamos de categoría con actos como los que se celebran en Sevilla en estos días.
Que me haya enterado y recuerde, aunque seguro que hay más, en el espacio de dos semanas hemos tenido, o vamos a tener, 14 actos culturales con el Toro como eje central. A saber:
Pregón taurino organizado por el Ayuntamiento de Sevilla y la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, a cargo el filósofo D. Víctor Gómez Pin (31/03)
Presentación del Libro Maestranza 2012, coordinado por el crítico taurino sevillano D. Carlos Crivell, en la sede de la Caja Rural de Sevilla (01/04)
Ciclo Cultura y Toros de la Real Academia de Buenas Letras, dedicado a Joselito y Belmonte, coordinado por el profesor y crítico taurina de ABC, D. Andrés Amorós (01 y 02/04)
Presentación del libro “Enrique Ponce, un torero para la historia”, escrito por el Sr. Amorós (02/04)
Jornadas gastronómicas del toro de lidia, en el Ayuntamiento de Sevilla (02/04)
Pregón taurino de la Peña Los 13 en el Ateneo de Sevilla a cargo del aficionado mexicano D. Gastón Ramírez (02/04)
“Mano a Mano” organizado por la Fundación Cajasol entre Enrique Ponce y Andrés Amorós (02/04)
Mesa redonda en Paraninfo de la Universidad de Sevilla, organizada por la Real Academia de Medicina de Sevilla sobre “Tragedia y cara oculta del toreo”, con Juan José Padilla, Antonio Miura y Ramón Vila (04/04)
Conferencia del presidente de la plaza de toros de Sevilla D. Fernando Fernández Figueroa, titulada “Las leyes calladas del toreo” en el Círculo de Labradores” (04/04)
Exposición fotográfica “Glorias de la Tauromaquia” de la saga de los Arjona, en la Fundación Cajasol, desde el 05/04
Pregón taurino del Real circulo de Labradores a cargo del periodista D. Ignacio de Cossío (06/04)
Conderencia del ganadero D. Ricardo Gallardo y del matador Antonio Nazaré en el Paraninfo de la Universidad de Sevilla, organizado por la Tertulia Taurina Universitaria (08/04)
Presentación del libro “Juan Antonio Ruiz Espartaco, el largo y difícil camino del éxito” escrito por D. Rafael Moreno, en el Club Antares (09/04)
Conferencia sobre “Los aficionados en la Edad de Oro del toreo” por el aficionado D. Andrés de Miguel, y posterior mesa redonda en el Ayuntamiento de Gelves (13/04)
Y todo esto sin contar las entregas de premios taurinos ni otras reuniones de aficionados, como la que se celebrará el domingo 14 en el Hotel Vincci La Rábida entre profesionales, periodistas y aficionados que usamos la red social de Twitter para mantener animadas tertulias taurinas.
Si después de esta lista de actos, alguien sigue negando que el toro es cultura, que vaya a alguno de ellos y esperemos convencerlo de lo contrario.
Mucho se ha hablado de la vinculación de la Casa Real con el Toro y de la afición de muchos de sus miembros, unos más que otros, todo hay que decirlo.
De todos era conocida la afición de la madre del Rey y su debilidad por Curro, debilidad compartida por un grandísimo número de sevillanos. También D. Juan Carlos se ha dejado ver mucho por las plazas de toros, sobre todo por la de Madrid. De la siguiente generación, la infanta Doña Elena, mantiene la afición heredada de la abuela.
Pero lo que muchos no saben es que el antecesor de todos ellos, el Rey Alfonso XIII era todavía más aficionado, porque yo no me imagino a ningún miembro de la Familia Real, de rodillas, recreándose ante una bien armada vaca. Claro que si al quite está Joselito el Gallo, el Rey de los toreros, la cosa tiene su explicación. Dos reyes toreros.
Aunque espero tener ocasión para poder comentar el Seminario anunciado en la entrada anterior, quiero aprovechar este sitio para dar las gracias públicamente al periodista Ignacio de Cossío por la iniciativa de poner un azulejo, en nombre de sus partidarios, en los únicos restos que quedan de la plaza Monumental de Sevilla, en la calle Eduardo Dato.
La mayoría de los transeúntes se preguntaban qué serían esos restos tan mal conservados, ahora ya está claro. Aunque 100 años después, alguien ha tenido una buena idea.
Según puede verse en la imagen, para vergüenza de los sevillanos, es lamentable el estado de los restos de la puerta, y están pidiendo a gritos una restauración. Esperemos que no tengan que pasar otros 100 años para que se adecenten.
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