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En la guerra que declararon los toreros del G5 (El Juli, Morante, Manzanares, Talavante y Perera), con su boicot a la empresa de la plaza de toros de Sevilla, no sabemos quien habrá ganado, pero sabemos muy bien quien ha perdido. La empresa puede sentirse ganadora, ya que ha montado una feria en la que la pérdida ostensible de ingresos por las malas entradas, ha debido ser muchísimo menor que el ahorro de costes. También puede sentirse ganador el G5 que se ha mantenido firme en el boicot, y nos ha obligado a echarlos de menos. Pero los que seguro hemos perdido hemos sido los sevillanos. Primero los aficionados, que hemos soportado una obligada feria de segunda sin los primeros espadas. Después la plaza de toros que ha visto mermada su categoría. Pero también el resto de sevillanos, por la cantidad de ingresos dejados de percibir por los muchos aficionados que han dejado de visitarnos. Esto es para decir aquello de «nunca más». Pedimos cordura para solucionar este problema.
La corrida de Victorino ha estado magníficamente presentada. La fachada de primera, pero el fondo ya era otra cosa. Variada de juego, los ha habido nobles, otros con poder, pero otros se han rajado, cuando no manseado ostensiblemente. Ferrera ha estado muy centrado toda la tarde, incluso como director de lidia obligando a retirarse a un caballo herido. Nos han gustado esos quites rápidos que empiezan casi debajo del peto, como los antiguos, y nos ahorran los capotazos de preparación, ganando la corrida en agilidad. Variado con las banderillas. El cuarto toro doblaba las manos en los primeros tercios y al empezar la faena, pero Ferrera lo fue templando, se fue viniendo arriba, y acabó con una embestida noble y dulce que el torero exprimió hasta el último pase. Oreja de peso.
El Cid se dejó ir un buen toro, su segundo, a fuerza de torearlo fuera de cacho y sin cercanías. Fandiño tiene muy mala suerte en Sevilla, se llevó un lote imposible.
Hoy hemos visto picar bien a algún toro. Mención especial al tercio de Manuel J. Ruiz Román.
Siendo esta nuestra última columna de la Feria, no quiero dejar de agradecer a la Dirección de ABC, la oportunidad que nos sigue ofreciendo a este ya exiguo grupo de aficionado, de hacerles llegar nuestra opinión cada tarde. Será hasta el año que viene, esperemos. Señores, queden con Dios.