Ayer sábado los aficionados teníamos un dilema: Feria de Jerez donde “reaparecía” Morante de la Puebla después de su voluntario corte de la temporada pasada, o Feria de Osuna, donde se homenajeaba a la histórica ganadería de Miura, anunciando su feria como “Miuras en Osuna”, la primera vez que lidiaba en la provincia de Sevilla fuera de su capital. Aunque la mayoría de los aficionados y la prensa en general, se decantó por el tirón de Morante, nosotros nos fuimos a echar el día a la Feria de Osuna, donde acompañados por la familia Valdivia, visitamos la preciosa ciudad, almorzamos en su recinto ferial y disfrutamos de los toros de miura. Pudimos saludar a D. Antonio Miura durante el almuerzo, y desearle suerte para la tarde. Nos dijo que estaba igual de responsabilizado y preocupado como si fuera la corrida en Sevilla.
Cuando llegamos a la plaza, una gran “A con asas” estaba pintada en sangre de toro, en el centro del ruego, como invitando a los matadores a empezar a allí sus faenas. Por lo que nos contaron, durante el desencajonamiento, con una gran expectación en la plaza, algún toro se había escobillado. Lo cierto es que de los toros anunciados y fotografiado en los carteles, al menos dos no comparecieron, y eso a pesar de la dificultad de verle los números a algunos de estos toros. Sea como fuere, la corrida estaba bien presentada, con varios animales en el tipo de la casa, en eso no defraudó. En lo que sí defraudó algo fue en el comportamiento, alguno con poco poder o fuerzas, otros moviéndose poco, e incluso alguno de noble embestida, lo cual, en este hierro, es casi defraudar. Los aficionados que vamos a ver Miura, esperamos todos poderosos, con emoción, que den miedo, y que tengan dificultades que puedan solventar toreros con valor y oficio. Para embestidas nobles ya teníamos Jerez.
El Cid se encontró con un primero de poca fuerza, que dobló varias veces las manos. A su segundo, más en el tipo de la casa, le hizo una faena animosa y meritoria, lo mató de estocada perpenticular y algo atravesada, y le dieron dos orejas. En primero de Luque, que no era de los anunciados ni estaba en el tipo de la casa, pasó poco: Pero en su segundo hizo el mejor toreo de la tarde, con un toro de embestidas nobles. Le enjaretó una tanda de naturales lentos y de calidad. Mató de media muy efectiva y cortó una oreja. Pepe Moral, que se ha convertido en un fijo en estos carteles, estuvo muy animoso toda la tarde, recibiendo a su primero con una larga de rodillas. A este toro, también muy en tipo miura, le hizo una faena digna, lo mató bien y le cortó una oreja. En que cerró plaza no acabó de confiarse, pero lo volvió a matar bien y cortó otra oreja. No es mal resumen para la tarde, cinco orejas. Y después cena en la feria antes de la vuelta, así cualquiera se arrepiente de haber elegido Osuna.