San Fermín es la fiesta de toros más conocida fuera de nuestras fronteras. En ella se congregan cada año más jóvenes extranjeros que participan de los encierros y de la juerga general, y supongo que alguno habrá que vaya a los toros por la tarde.
No hay día que no me pierda los encierros de la mañana (este año mal narrados por TVE1), desde los rápidos y nobles miuras hasta los peligrosos cebadas. Esta año, en los cinco primeros no ha habido mucho que reseñar, salvo la cantidad de gente, que va cada año a más, y tres cornadas de los cebadas, como no, a tres extranjeros.
En lo que se refiere a las corridas de toros hemos visto un bajísimo encierro de Dolores Aguirre, manso y descastado, en línea con la de Sevilla del año anterior. La de Miura muy interesante y entretenida, con cuatro toros que se movieron bien y un Javier Castaño que estuvo inmenso con el tercero, abriendo la faena de muleta sentado en una silla y toreando con reposo y seguridad. De lo mejor de la feria hasta ahora. Cebada también ha traído un encierro muy interesante en cuanto a juego, noble en general y en donde Antonio Nazaré ha dado un salto cualitativo toreando muy de verdad a su segundo. Ayer, en la corrida de El Pilar cortaron orejas a cuatro toros y pensarán ustedes que debió ser la corrida del siglo. Pues nada de eso. Orejitas de verbena a toros muy nobles y con muy poca emoción.
Esa es otra. El palco de Pamplona parece haberse sumado al jolgorio generalizado. A veces con criterio estricto, como en el caso de Castaño, y otras de chiste como ayer dando orejas después de faenas vulgares y pinchazos.
En general, está resultando una feria interesante hasta el momento. Esta tarde Fuente Ymbro, que presenta un toro llamado “Infundio” que tienen ustedes en la foto, al que le ha crecido una cornamenta que quita el hipo aún con fundas, pero, esta mañana en el encierro se ha lesionado, casualmente, y nos quedamos sin verlo lidiar ¡Vaya por Dios!