Rocío de la Cámara ha venido a Sevilla con el respeto que siempre le ha tenido a esta plaza. Con una novillada muy bien presentada, que hubieran pasado como toros el año que viene en la Feria sin ningún problema, y alguno tan hecho, que igual hubiera pasado en ésta. Alguno ha peleado bien en los caballos y varios han sido aplaudidos en el arrastre. Además, casi todos se han dejado torear, con el único lunar del sexto, más desagradable. Si con este bagaje estamos hablando de una sólo oreja y una vuelta al ruedo, con algunos de los novilleros de los más rodados del escalafón, tenemos un problema de cantera.
“Toñete”, que ha sorteado el mejor lote, escuchó la música en su primero en una faena que quizás pedía más distancia de las tablas de lo que toreó el novillero. El cuarto fue un gran novillo al que el torero ahogó en demasía. Sus dos novillos fueron ovacionados en el arrastre. David Salvador, estuvo muy decidido con su primero, al que le dio unos naturales de categoría. Mató muy bien y cortó la única oreja de la tarde. Su segundo, más serio, fue exigente, y el novillero le plantó cara, pero cuando la faena ya estaba hecha, la música rompió a tocar, equivocándolo, y alargando el trasteo innecesariamente, hasta que el novillo se aburrió y se rajó. Una pena. “El Adoureño” ha pechado con el peor lote. Este francés tiene valor y decisión, y buen gusto con los trastos. Manejó bien el capote en su primero. Tendrá que entrenar la espada.