Esto de los toros es difícil de entender. Los de Juan Pedro Domecq, que la temporada pasada propiciaron grandes tardes, hoy en Sevilla han sido un fracaso. Han salido como dormidos, sin poder ninguno, ya en capote y sin picar muchos parecían claudicantes. Con ese material hemos soportado una tarde sin ningún tipo de emoción, sin nada que pudiéramos decir que era verdaderamente meritorio. Los toreros se han dedicado a cuidar los toros, un desastre.
La única buena noticia ha sido el lleno de no hay entradas que ha registrado La Maestranza. A pesar de que hemos visto muchos abonos cercanos sin sin titulares de siempre, lo cierto es que este día llena. Ojalá veamos más días así.
El primero de Morante era tan flojo que lo hubiera podido torear el mismo Curro pero con la edad de hoy. En su segundo, un vistoso jabonero, se justificó en los terrenos de sol, intentando sacar lo que no tenía el toro. Sonó el pasodoble suspiros de España a la sexta tanda y como tardó en matar sonaron dos avisos.
Manzanares empieza esta temporada como acabó la pasada, es capaz de dar pases a un armario empotrado. Su primero fue protestado de salida por su poca presencia, pero le compuso una faena de las suyas, con mucha estética, pero poca emoción, mató recibiendo de forma contundente y cortó una oreja de poco peso. En su segundo, que pereció venirse arriba en banderillas, podíamos estar como en un tentadero. En un momento el torero tropezó y cayó en la cara del toro que lo miró sin mover un músculo. Otra vez mató de forma contundente.
Luque no progresa, lo único que parece progresar es su capote, cada vez más grande. El recibo a su primero fue un espejismo y sirvió para pensar que lo de la banda de música es para hacérselo mirar. Lo de tocar con el capote es para algo excepcional. Hemos visto muchas veces a Curro irse a la boca de riego a fuerza de verónicas con un capote pequeño, para que eso nos parezca que merece la música. Para abreviar, Luque sigue sin justificar lo bien colocado que viene año tras año.
Para ser el primer día, los que más han trabajado han sido los de la Cruz Roja, hasta tres veces. Solo faltaba que hubieran auxiliado a alguno de los toros, que bien se lo merecía. En resumen una decepción de tarde con un ganado que no ha respondido a las expectativas creadas. Sólo el público, santo como otras veces, ha estado a la altura.