Y digo fría porque hemos pasado de soportar las temperaturas de 38º, propias de julio y agosto en esta ciudad, a unos agradables 22º, pero tan de sopetón que nos ha cogido con el cuerpo ya acomodándose a la canícula.
A la novillada de El Serrano le ha faltado un poco de todo. De casta, de bravura y de motor. Algunos han manseado o han querido rajarse, aunque, en general, han sido nobles. Lo que no les ha faltado ha sido presentación, magnifica. Algunos podían haber pasado por toros en la Feria de abril, sobre todo el lote de Sanlúcar. A su primero lo pones más agresivo por delante y sirve como por toro a pesar de no tener ni tres años y medio.
Conchi Ríos ha dejado que le pegasen demasiado a los novillos en los caballos, sobre todo a su primero. Comprendemos que sale un novillo fuerte y con genio en el capote, se asusten, y le peguen fuerte. Pero después llegan a la muleta sin motor y defendiéndose, lo que es peor para triunfar. Estuvo aseada y sin jugársela. A Emilio Huertas se le vio toda la tarde con ganas de agradar, y lo consiguió en su segundo al que tras una faena animosa mató bien y le cortó una oreja. Esperemos que vaya corrigiendo ese defecto de torear tan despegado y tan al filo del pitón. Álvaro Sanlúcar toreó con el gusto que ya le vimos en la novillada sin caballos del año anterior y mató bien, aunque no pudo redondear.
En resumen una tarde entretenida, con mejor entrada de la esperada donde se dejó ver bastante turista. Se ve que con el frío mucha gente no se fue a pasar el domingo a la playa y prefirió la novillada. Mejor.