.
Dentro de las mesas redondas que se han programado como actividades paralelas de la Exposición “Joselito y Belmonte, una Revolución Complementaria”, hemos tenido el privilegio de asistir a la charla impartida por el catedrático de literatura, escritor y crítico taurino de ABC, D. Andrés Amorós, y por el crítico taurino y doctor D. Carlos Crivell, titulada “Joselito El Gallo”, así, a secas, no hacía falta más.
La Triana belmontista, territorio hostil para los gallistas y el Castillo de San Jorge, donde la Inquisición hacía de las suyas, no era un lugar adecuado para ensalzar la figura de Gallito, pero los actuantes han cortado orejas y rabo en ese sentido.
Nos han hecho reflexionar sobre la figura de Gallito, transportada a su época, con unas muy documentadas anécdotas que ejemplifican lo que fue este torero para la historia de la Fiesta. El Sr. Amorós dijo que lo fue todo en el toreo, que fue el toreo mismo, como Velázquez fue la pintura o Cervantes la novela, que en contraposición con Juan, mientras a este Chaves Nogales le hizo una biografía novelada, de José se hizo, por parte de Gregorio Corrochano, todo un Tratado de Tauromaquia. Que fue el torero más respetado y admirado por todos los profesionales de cualquier época. Que fue el torero total, capaz de hacer todas las suertes a todos los toros.
El Sr. Crivell incorporó diversos argumentos para engrandecer la figura del torero, pero destaco dos aportaciones que hizo. De todos son sabidas las dolencias gástricas que padeció José a lo largo de su vida, está documentado que lo mermaban sobremanera y que tuvo que guardar cama en varias épocas, perdiendo muchos festejos. El Dr. Crivell, basado en sus conocimientos como especialista en digestivo y de documentos históricos, indicó que, con las lógicas reservas, entendía que lo que había padecido Gallito era una enfermedad de Cronh. También argumentó, con razón, que Sevilla estaba en deuda con José, porque su ciudad no había sabido corresponder a la grandeza de este torero.
Llamaron la atención los documentos originales aportados por el moderador de la mesa, el periodista D. José Antonio Esquinas, como fue el contrato de Lima, única vez que Gallito toreó en América, y de la volvió mucho más millonario de lo que se fue, y varios telegramas escritos en la noche que siguió a la tarde trágica de Manzanares, uno de ellos escrito por Ignacio Sánchez Mejías, dando instrucciones para que avisaran a su mujer Lola, hermana de José.
Es cierto que la historia la han escrito los belmontistas, y si bien Juan dijo que José le había ganado la partida en Talavera, como recordó el Sr. Crivell, Juan le ganó la partida a José en Alianza Editorial con el libro de Chaves Nogales, según cita del Sr. Burgos. Por consiguiente, bienvenidos sean todos los actos de reivindicación de la figura de Gallito como torero.
Como resumen se pudo concluir con que Joselito El Gallo fue el que aportó todos los ingredientes de la tauromaquia moderna. Fue el primero en seleccionar al toro que querían para hacer el toreo más estético del que se benefició Juan, por lo que fue el primero en entrar en todas las ganaderías para seleccionar. Fue el que puso los cimientos del toreo en redondo. Le dio importancia a las cuadrillas. Incorporó profesionales, como el apoderado o el veedor que no existían. Aportó una lidia capaz de dominar a todos los toros en todas las suertes. Lo dicho, el torero total.