Esta mañana, invitado por el periodista Alfredo Casas a los Aperitivos del Colón, hemos mantenido una aminada tertulia en donde, cómo no, han salido a relucir los miuras, y varias anécdotas que nos contó el maestro Tomás Campuzano. El periodista comentaba que hasta que no vino a Sevilla no entendió lo que significaba Miura en la ciudad. Yo le dije que para irme haciendo el cuerpo, anoche fui al reconocimiento de la corrida, esta mañana a la exposición Miura y Lora del Rio, después a los mencionados aperitivos a hablar de ellos, y por la tarde a la corrida. Y no contento con todo, después de los toros, a una reunión, con la asistencia del ganadero donde seguimos hablando de la corrida, hasta que me han dejado para poder escribir esto.
Para terminar la Feria hemos visto una corrida de toros con mayúsculas, y además, de Miura. Con tres toros de triunfo grande, cada uno a su estilo. Pepe Moral ha sorteado el mejor lote, un primero aprovechable al que ha cortado una oreja y un segundo de ensueño, que le ha regalado embestidas a cámara lenta, sobre todo al natural. El torero ha estado muy firme y templado, y después de cortar una oreja en su primero, todos estábamos deseando pedirle las dos del quinto. Pero suponemos que se tiró a asegurar, y la espada cayó baja. Bastante hizo la presidenta en darle una oreja con petición mayoritaria, pero dar una segunda oreja, salida por la Puerta del Príncipe y triunfador de la Feria, con esa estocada era un sinsentido. Afortunadamente, nuestra presidenta, Doña Anabel Moreno, ha vuelto a demostrar que mantiene el criterio, y por eso le aplaudimos.
El segundo de Antonio Nazaré parecía tener más faena de la que vinos y Esaú Fernández sorteó último toro, bravo y que iba de largo como para ponerlo en circulación, y no lo entendió o no lo vio. Para nosotros otro buen toro.
En resumen, una señora corrida de toros, en toda la extensión de la palabra. Un broche de oro a una Feria en donde hemos visto varios toros buenos y otros muy buenos.