La corrida de Miura, en este día tan raro del lunes después de la feria, no ha defraudado, sino todo lo contrario. Mandaron los ganaderos un encierro variado de capa, peso, hechuras, edad y comportamiento. Algunos hasta finos de cabos y otros más en miura como el impresionante tercero. Varios aplaudidos de salida y otros en el arrastre. Con esta variedad comprenderán ustedes que ha sido una corrida muy entretenida. No hace mucho me dijeron que, de los estudios recientes realizados a la cabaña brava, Miura era de las ganaderías con menos consanguinidad, en contra de lo que se piensa. La variedad de la corrida de hoy lo corrobora.
Entre todos ha destacado “Choricero”, que sólo tenía feo el nombre. Para mí el toro de la Feria. Supongo que a algún jurado de los miles que dan premios taurinos en Sevilla, les dará reparo darle el premio por no tener que leer el acta con este nombre, aunque espero que a otros no les importe. Toro pronto en todos los tercios, fue bravo en el caballo, como toda la corrida, arrancándose alegre y peleando de verdad. En banderillas fue más miura, recortando y cambiando la velocidad, haciendo pasar un quinario al matador. Pero rompió a embestir a la muleta de Escribano con nobleza y largura. El matador lo entendió a la perfección y dio una lección de cómo torear a un Miura. Desgraciadamente el bajonazo emborronó la obra y el presidente sólo le concedió la primera de las dos orejas que pidió el público. El toro era de vuelta al ruedo, pero el público estaba en la injusta bronca al presidente y el toro se fue sin honores.
Tengo que romper una lanza por el presidente D. Fernando Fernández Figueroa. No se pueden dar dos orejas en Sevilla con una estocada tan baja por mucho que la pida el público, que parece más preocupado en que el toro caiga rápido de cualquier manera (carne al suelo, que dicen ahora) que en que la suerte se haga de forma ortodoxa y se mate por arriba. Hace tiempo que vengo diciendo que si se dan orejas con bajonazos, pronto la estocada arriba será una rara avis.
El primero de Escribano, un precioso cinqueño escurrido de carne, era pronto y alegre en sus embestidas, eso sí, en cada una de ellas le tiraba dos cornadas a la muleta. Muy meritorio el trasteo del torero que terminó con una estocada baja. El último también era un cinqueño fino pero más en miura. Faena irregular con algún derechazo largo y mandón pero sin tomar altura. En general, muy bien la actuación Manuel Escribano que recibió a dos toros a porta gayola y puso sus seis pares de banderillas.
Ferrera ha sorteado el lote con más kilos y caja. Su tercero era un tren de mercancías al que salió a recibir sin ninguna probatura, solo por eso ya se merecía una ovación. En la muleta se dejó dar poca coba. Su primero iba franco por el pitón derecho, dentro de lo significa este término en un miura, pero el torero no llegó a confiarse. El quinto tuvo poca fuerza y mucho sentido. Lo mejor la estocada final.
Bien en general las cuadrillas, algún picador fue aplaudido y los banderilleros bien colocados y atentos, al igual que el sobresaliente, Fernández Pineda, una garantía.