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La tradicional corrida del Corpus de este año, se vio este año afectada por la proclamación del Rey Felipe VI, al que deseamos lo mejor, en lo referente a que La Maestranza estaba engalanada por fuera y por dentro. Por fuera, quizás sobraba ese cartelito de “Viva el Rey” muy pobre y más propio de otros ambientes, pero por dentro, además de decorar el Palco Real, habían puesto cintas con los colores de nuestra bandera en todos los faldones, incluso en el de la presidencia.
La corrida de Montealto, de la que habían rechazado varios toros, fue remendada con dos ejemplares de Cayetano Muñoz, que acabaron siendo tres por la devolución del segundo. Con los cambios de ganadería y las devoluciones es difícil centrar el comportamiento de los cinco primeros toros, pero, por resumir, no fue bueno. El que no manseó se paró demasiado pronto y el que se movió, lo hizo mal. Las ilusiones de los toreros por encima de las condiciones de los toros. En el tercero Pepe Moral ya apuntó maneras y Nazaré falló con los aceros una digna actuación.
El sexto bis, segundo sobrero, era un cinqueño del Conde de la Maza, bajo pero con presencia. Quizás algo justo de fuerzas, se arrancó alegre a los caballos, aunque fue picado poco (y mal). Pepe Moral estuvo muy firme, aguantando las indefiniciones de la primera parte de la arrancada, pero cuando el toro metía la cara lo llevaba hasta el final y con la transmisión que dan los toros bravos. El animal se quería comer los engaños y el torero lo encelaba con gallardía. Una gran faena a la que le faltó algo de ligazón para ser de clamor, una estocada, algo trasera pero efectiva, puso las dos orejas en manos del torero. No se le puede poner un pero al mérito de este matador, que sin vestirse de luces en toda la temporada pasada, ha sido capaz de estar a la altura de las circunstancias de un toro bravo, que no es poco. Enhorabuena.
Por cierto, según nos contaban, en los corrales había otro cinqueño del Conde de la Maza que ofrecieron como sobrero, de forma que los dos sobreros fueran “condesos”, idea que fue rechazada por los interesados. Ellos se lo perdieron. La novillada del domingo con ganado del Conde de la Maza adquiere más alicientes.