Alguien, que supiera de toros, debería de explicarnos esto de que siempre le toquen a Morante los dos peores toros es simplemente capricho de los sorteos o es que hay algo más, porque he oído versiones de que somete y exige mucho a los toros con el capote o que les puede tanto en las aperturas de las faenas de muleta que los desengaña. Yo, que no sé de toros, me decanto por la suerte. Uno que es supersticioso.
Su primero de El Freixo no valía gran cosa, poca fuerza y mucho derrote. Pero Morante lo quitó por verónicas de esas que no se olvidan. Empezó la faena de forma genial con esas formas genuflexas, enroscándose al toro, que te hacen ponerte en pie. El resto de la faena no cogió demasiados vuelos por lo remiso del toro a embestir, y sólo tuvo altura cuando conseguía que no se le parara. Su segundo fue un bruto de Jandilla que salió dando cabezazos y desentendiéndose con la cara siempre por las nubes y peligroso por incierto. Le duró a Morante dos muletazos y un bajonazo en el sitio. La bronca del desencanto estaba servida.
El primero de Manzanares era un terciado toro de El Freixo tan impropio para esta plaza que hasta el amable público de El Puerto lo pitó tímidamente de salida. El torero, en otra plaza donde lo miman, hizo una de las faenas a la que nos tiene acostumbrado últimamente, despegado y en diagonal. Estocada trasera y oreja. Su segundo, de Jandilla, fue el paradigma del toro moderno. Manso de salida, le pegó dos coces al peto en el primer encuentro y al primer pase de muleta se fue huyendo desde los terrenos de la presidencia hasta chiqueros, pero después embistió como si fuera un carretón llevado por un atleta. Fijo, largo, obediente, con transmisión y hasta con emoción. Manzanares estuvo muy centrado con él y firmó su mejor faena de la temporada, y me atrevo a decir de los últimos años, destacó en los cambios de mano y los pases de pecho. Toreó hasta por la espalda. Estocada y dos orejas.
La naturalidad del toreo de Pablo Aguado entra por los ojos. Con unos trastos pequeños lleva a los toros con una delicadeza y una suavidad que parece imposible, pero sus faenas no acaban de ser rotundas. Parece que requiere de demasiada preparación entre series o entre pases, y se pierde la unidad de la misma. Aun así, superó a dos toros y cortó una oreja a cada uno de ellos después de matarlos de sendas estocadas a ley, la primera magnífica.
Muy buena entrada, empezamos con tres cuartos largos y acabamos con casi lleno, porque aquí, como en todos sitios, la gente llega con retraso a los toros por muy tarde que empiece la corrida, 20 horas en este caso. Lo del trasiego constante de destilados ya lo hablamos otro día. Dos toreros a hombros en noche cerrada, con casi tres horas de festejo.
Vimos en El Puerto a José Antonio Morante de la Puebla afortunadamente recuperado. Esa sonrisa con que recibió la oreja del cuarto era la sonrisa de todos sus partidarios y nos decía que se había recuperado el hombre, que se había recuperado el artista y que se había recuperado el torero.
Morante iba vestido de categoría con un traje sangre de toro e hilo blanco con medias blancas, y dentro de la magnífica corrida de Núñez del Cuvillo, pechó con el peor lote, como casi siempre. Su primero era un toro “regordío” y muy remiso a embestir, pero Morante a base de porfiarle le sacó una faena de las suyas, torera y artista, donde destacaron unos naturales prodigiosos llevando al toro pegado a la muleta y a la cintura. Ahí vimos que se había recuperado el artista. El toro se llevó una buena pitada en el arrastre. En su segundo impartió una clase magistral de toreo a la verónica, profundas y obligando mucho al toro, quizás por quebrantarlos tanto con la capa llegan algo remisos a la muleta. La faena fue de mucho mérito a un toro que se puso muy exigente y al que hubo de exponerle mucho. Ahí vimos que se había recuperado el torero. Lo mató de un estoconazo arriba del que el toro salió sin puntilla. Oreja y sonrisa.
El primer toro de Roca fue magnífico. Bravo, noble y obediente, pero en este tipo de toro Roca no destaca. Su toreo fundamental es demasiado rectilíneo como para emocionar. Buena estocada entrando a matar despacio, oreja y ovación al toro en el arrastre. El quinto ya era otra cosa, era ya más el toro de Roca, que está mejor con el toro malo que con el bueno, no es que este fuera malo, pero no era el bravo segundo. Primera tanda de muleta con las dos rodillas en tierra y sin moverse. Si el toro se le cruzaba se lo sacaba por detrás y si no por delante. Faena de las suyas encimista y de valor. Bajonazo, dos orejas, salida a hombros y con 14 policías protegiendo la camioneta para que se fuera como el presidente del gobierno.
El primero de Ginés Marín también fue un gran toro, aplaudido en el arrastre. Cuando el torero le daba distancia iba largo y con celo. El torero quiso empezar la faena en los terrenos de chiqueros, pero cuando salió de allí le compuso una faena artística. Estocada, aviso y oreja. Su segundo lo toreó en terrenos del sol, ya a las 10:30 de la noche se estaba bien, empezando con su estilo artista y acabando en los arrimones modernos. Pinchó, el único pinchazo de la tarde noche.
Magnifico ambiente de corrida grande con los tendidos llenos como hacía tiempo que yo no veía en esta enorme plaza. En todas las faenas tocaron la música a cargo de esa gran banda del maestro Dueñas que suena tan bien cuando toca pasodobles clásicos y tan fuerte cuando parecen marchas de entrada en la Campana. Por cierto, Curro Javier puso dos pares dejándose llegar al toro a la barriga, que hizo sonar la música.
El sábado otra cita con Morante, en el mismo sitio y a la misma hora. Ya sabiendo que está recuperado el hombre iremos mucho más ilusionados, porque el artista siempre estuvo.
Celebramos el Día de Andalucía con un festejo taurino en el Real Club Pineda de Sevilla. En este caso un festival taurino que no se anunciaba como benéfico, por lo que pensamos que debía de ser por cuenta y riesgo de los organizadores. Llamaba la atención el piso plaza de césped, justificado por cuanto el Club Pineda es principalmente hípico, y que la plaza portátil se había montado en los terrenos que rodea el hipódromo, en la pista de saltos de los caballos, que decían que no se había podido cubrir de albero por la dificultada de retirarlo después. Algunos subalternos torcían el gesto cuando lo probaban antes del paseíllo, pero después sólo vimos un traspiés de Luque al verse exigido. Ciertamente era un conjunto cuanto menos peculiar con el piso plaza verde primavera y curioso que en vez de areneros aparecían jardineros que se esmeraron, entre toro y toro, en dejar aquello como para jugar al futbol.
La plaza de toros portátil, de esas que algunos llaman monumentales, de las que tienen barrera y 10 filas de tenido y aforan 4.000 plazas según decían, y tiene hasta ascensor para personas con discapacidad física. Con el lleno lucía majestuosa en la magnífica y soleada mañana. Además, en los alrededores en se habían colocado toldos, mesas y sillas para las cervecitas y demás. Un éxito de organización que no me extrañaría que se repitiese el año que viene y se convirtiera en un clásico, como tantas cosas en Sevilla. Mi enhorabuena a los organizadores.
Un ponerles un pero, indicar que en los carteles el orden de los toros no era el correcto y la mayoría del público confundía lógicamente unas ganadería con otras. Después de tocar la exigua banda de música los himnos de Andalucía y de España, Dávila Miura, alma mater del festival, lidió un primer novillo de Espartaco noble al toreó como en toda su carrera, dándoles las ventajas y luciéndolo. Muy asentado el torero entre los sones de su pasodoble.
Alejandro Talavante ofreció lo mejor de la mañana y desde que se abrió de capa. Para ello tuvo buen ojo en traerse un novillo de su propio hierro con hechuras de embestir y embistió todo lo que le mandó en maestro. Asentado, con variedad y gusto, destacó en los naturales, su fuerte. Vemos muy bien a Talavante para esta temporada. Daniel Luque tuvo el detalle de sustituir a última hora al maestro Espartaco, toreando por la tarde otro festival en Écija. De premio de se llevó un marrajo enorme de Murube con cuatro años y medio, con más pecho y rizos que un bisonte y con las mismas intenciones. Luque estuvo muy torero y decidido con él y le sacó lo que no tenía. Muy digna la actuación de Javier Jiménez ante un áspero toro de Torrehandilla, mas cerca de los cinco que de los cuatro años y que no parecía arreglado para un festival. Mató de una gran estocada. Pablo Aguado tiene esa naturalidad ante los toros que te entra por los ojos y que hace que guste lo que hace, aunque el novillo de Algarra bien poco le dejó. En el último, el novillero Rodrigo Molina, hijo del presidente del club, cortó las dos orejas de un novillo de Núñez de Tarifa ante sus socios. Decir que Eduardo Dávila, Daniel Luque y Pablo Aguado brindaron la muerte de sus novillos a Pepe Luis Vázquez, imagen del cartel del festejo.
Después del festival, las carpas de copeo que se instalaron alrededor se vieron saturadas de público festivo. Todo un éxito que ojalá siente precedente.
Ayer asistí a la entrega del VIII premio taurino del Ayuntamiento de Sevilla al maestro José Antonio Ruiz “Espartaco”. La historia de este premio en curiosa. Lo instauró el gobierno del alcalde Juan Ignacio Zoido (PP) en 2013, otorgándose en sus dos primeras ocasiones a los diestros Pepe Luis Vázquez, a título póstumo y al “creador de ilusiones” como lo ha calificado hoy ABC en su premio taurino, Curro Romero. A partir de 2015 el gobierno de Juan Espadas (PSOE) entregó el protagonismo del premio a la Fundación Europea del Toro y su Cultura, que lo otorgó sin continuidad en cinco ocasiones, sólo destacando el de Miura. El Ayuntamiento de Sevilla vuelva a asumir su protagonismo con el mandato del gobierno de José Luis Sanz (PP), y ha querido mantener los anteriores considerándolo como el octavo premio taurino del Ayuntamiento de Sevilla.
El alcalde en el cierre del acto destacó, entre otros aspectos, la importancia del premio para el ayuntamiento, la unión existente entre el mundo del toro a la ciudad y el motor social y económico que representa para Sevilla. Previamente, el consejero de presidencia Antonio Sánchez, dijo que no se pueden tener complejos al hablar de toros y felicitó al ayuntamiento por recuperar su Premio Taurino.
La actuación de Espartaco en el atril fue irreprochable como sus actuaciones en la plaza. Fue sentida y personal. Dijo que ahora reconocía que gracias a días como este todo en su vida había merecido la pena, que posiblemente fuera el premio más importante de su vida y que mañana lo iba a pasear por su dehesa para que los animales pudieran ver un premio otorgado gracias a ellos. Tuve la fortuna de sentarme al lado de Rafael Moreno, tantos años apoderado de Espartaco, y amenizamos la previa con varias historias de su trayectoria que resultaron casi más interesantes que el acto en sí, que fue amenizado por la banda de Maestro Tejera, que al romper la espera con “platillazo” inicial del pasodoble Plaza de la Maestranza, con el que hicieron el paseíllo de entrada al Salón Colón el alcalde y el premiado, nos sobresaltó como si estuviéramos en la plaza de toros.
El pasado 19 de octubre se presentó en Sevilla el libro “José Gómez Ortega. Lo que los hados se llevaron”, de los autores Carmen del Castillo y Fidel y Julio Carrasco. Este libro cierra la trilogía dedicada a Joselito El Gallo, que empezó con “Plaza de toros Monumental de Sevilla, la dignidad de un proyecto”, siguió con “Dos temporadas y media, el triunfo de Joselito”, rematando con este libro.
La presentación tuvo lugar en el Archivo de Protocolos Notariales de Sevilla, porque es de esos archivos de donde han sacado los autores una parte de lo que exponen en el libro. “Perteneciente al Ilustre Colegio Notarial de Andalucía, el Archivo de Protocolos Notariales de Sevilla se encuentra en una construcción del siglo XVI, el Convento de Monte-Sion. La iglesia de cruz griega pasó a ser parte del Archivo en 1927. El edificio fue reformado por José Gómez Millán, que trazó la actual portada regionalista. Aquí se conservan los Protocolos de más de cien años del Distrito de Sevilla y de Utrera, por un acuerdo con la Dirección General de Bellas Artes y Archivos del Ministerio de Cultura”. El edificio es una maravilla y un gran desconocido incluso para los sevillanos, que muchos descubrimos gracias a la presentación del libro.
Como decimos, esta trilogía empezó demostrando que la Monumental de Sevilla promovida por Gallito estaba perfectamente construida y que solo intereses políticos o económicos la cerraron y posteriormente la demolieron, siguió con el triunfo de Joselito el Gallo en el tiempo que la Monumental estuvo abierta, remata ahora investigando la vida de José fuera del ruedo. Gallito, Joselito y José. El libro es fruto de una investigación concienzuda, pormenorizada e inteligente, y nos soporta todas las conclusiones o ideas para debatir, a base de aportar sus fuentes de información.
Empieza exponiendo la España de principios del Siglo XX, que se abría al turismo y a la “modernidad”, con la vista puesta en la Exposición Iberoamericana del 29 en Sevilla, y cómo las corridas toros entraban dentro de los que ahora se llama el “paquete turístico”. La construcción de la Plaza de Toros Monumental de Sevilla, también entraba en la idea de la oferta taurina para ese turismo.
Continúa investigando sobre las relaciones sociales de José. Donde se va demostrando que mucho de lo que se ha escrito sobre el torero no era cierto. Nos lo han vendido casi como un asceta dedicado al 100% de su tiempo al Toro, y que cuando no toreaba estaba recluido en el campo para prepararse. Los autores destapan una vida social de José con información de sus actividades fuera de los ruedos. Destaca su relación con el mundo de la Cultura, con su amiga, la actriz Margarita Xirgú, analizando el paralelismo entre los grandes espacios para espectáculo que ambos utilizaron, La Monumental José y el Teatro Romano de Mérida, Margarita, primera actriz que lo utilizó para representar una tragedia.
También nos adentra en la desconocida afición de José por la pintura. Nos demuestra que el famoso cuadro de José posando ante una pintura con tres mujeres, de la que se ha escrito cien veces que una de ellas era Guadalupe de Pablo-Romero, es falso en personaje y fecha. Fija inequívocamente fecha, exposición, autor y modelos del cuadro, que eran profesionales, nada de Guadalupe. Aporta, ahora sí, una desconocida foto de Guadalupe de Pablo-Romero, nada menos que presidiendo en La Maestranza. También nos ilustra sobre un desconocido José coleccionista de arte, con el catálogo de una exposición en Madrid en 1918, en la que José aporta varios cuadros y donde los expositores están encabezados nada menos que por S.M. El Rey, seguido por S.A.R. la Infanta Doña Isabel de Borbón y el Excmo. Ayuntamiento de Madrid. Encerrado en el campo es muy difícil ser un coleccionista de esta categoría. También nos hablan del ambiente cultural en Pino Montano y relación de José con el Cine.
Del también cien veces escrito pleito de los Bombas con los Gallos y la anécdota de las banderillas en la retirada de Bombita en 1913. Nos demuestran que nada en absoluto se escribió de esto en ningún medio de la época, y que no fue hasta muchos años después que la escriben Gustavo del Barco y José María de Cossío, y desde entonces se repite varias veces. Exponen la magnífica relación entre las dos familias antes y después de la retirada de Bombita y de la muerte de José. Un dato, el año de su despedida con quien más alternó Bombita fue con Rafael El Gallo (23 festejos) y con José (14 festejos).
Finalmente, el libro aporta datos desconocidos de los protocolos notariales después de la muerte de José. Están, entre otras, las escrituras que informan que José murió sin haber otorgado testamento y el reparto de sus bienes, que eran fundamentalmente Valores Públicos, títulos de deuda pública y otros valores. Todos los datos están en el libro, pero sí voy a exponer algunos detalles. Los gastos del traslado y entierro que pagó Ignacio Sánchez-Mejías, fueron muy costosos y se le reembolsaron del montante de los bienes. Los valores públicos representaban un 83% del total, y para el monumento apartaron los hermanos de un 8% del total del mismo, una barbaridad. Y está escrito que no se hablaba con Rafael. Esto demuestra el cariño y la admiración que le tenían los hermanos a José.
Termina el libro haciendo una reflexión sobre por qué se ha escrito tanta falsedad sobre José y por qué se han omitido tantos pasajes agradables de su vida. Lo que los Hados se llevaron.
Contento el empresario, supongo, porque hubo muy buena entrada. Yo soy muy mal aforador desde que con el COVID vendían media plaza y a mí me parecía casi llena, pero estimo que habría como tres cuartos de plaza y eso para El Puerto es una gran entrada.
Contento el ganadero Juan Pedro Domecq, porque aunque alguno de sus toros tuvo una lidia dificultosa, fueron bruscos o embistieron con la cara alta, en general, se portaron bien con los caballos y, sobre todo, lidió un quinto toro que fue el paradigma del toro artista que buscaba su padre, QEPD.
Contento Morante que ha vuelto del percance con ganas. Esperó a su primero fuera del burladero, costumbre en este ruedo, y le compuso unas verónicas templadas, armoniosas y arrebujadas que ya subieron el ánimo de toda la plaza. Su primero no valía gran cosa, pero se esforzó tirando de técnica y le compuso una faena llena de torería. Estocada algo baja y oreja. En algunas verónicas a su segundo se fundió con el toro a compás, imposible torear más armoniosamente. El toro fue violento y no quería embestir, y a pesar de ello Morante le sacó lo que no tenía, estocada corta arriba y gran ovación.
Contento Talavante porque sorteó el citado toro artista en quinto lugar. En la primera serie se hartó de darle pases de rodillas por delante y por detrás y puso a la plaza en pie. Después lo toreo a placer destacando algunos naturales, pero con demasiados gestos de cara a la galería. En su primera entrada a matar hizo el municipal contrario y después de dejar una estocada le dieron una oreja y hasta le pidieron la segunda. Cosas del toreo moderno en el que la suerte suprema hace tiempo que dejó de serlo. Su primero salió renqueante y acabó derrengado, nada de nada.
Contento Pablo Aguado, y no ya por salir a hombros sino por salir casi ileso después de dos espeluznantes volteretas al entrar a matar al sexto. Quería amarrar la salida a hombros y se tiró a matar a ley, el toro no le dejó pasar y lo volteó de forma muy fea, afortunadamente sin consecuencias. Pues sabiendo que le iba tapar la salida, se volvió a tirar a matar a ley, y lo volvió a prender esta vez de forma más dramática, afortunadamente la cosa quedo en erosiones y pudo salir a hombros. Mucho valor y ganas de triunfar hay que tener para hacer eso. A su primero, un toro áspero le había compuesto una faena de gusto y técnica. Su segundo fue más basto embistiendo con la cara arriba, faena de mérito y exposición.
Y contento el público después de una corrida muy entretenida y variada en la que vimos torear con el arte de Morante, a placer a Talavante y muy bien a Pablo Aguado. Todos contentos.
Vaya por delante que Lorenzo Clemente es amigo desde hace años por lo que esto puede estar parcialmente sesgado, pero no me voy a quitar el gusto de elogiar su pregón porque ha sido extraordinario en fondo y forma.
Lorenzo es un reconocido jurista, socio de Garrigues y responsable de esta faceta en la Fundación del Toro de Lidia. Autor de varios libros de temática taurina, destacaría “La Tauromaquia a través de sus conflictos: Jurisprudencia taurina” de la editorial Aranzadi, o los dedicados a Morante de la Puebla y José Tomás, poniendo texto a fotografías de Andrés Loiro. Lorenzo es el principal responsable del éxito de la inclusión de la tauromaquia en el “bono cultural joven”, que había sido negado por el Gobierno, teniendo que llegar nada menos que al Tribunal Supremo para que se reconociera tal desaguisado.
El Pregón, precedido de pasodobles interpretados por la Agrupación Musical Torre del Oro y de las palabras de D. Ignacio Trujillo, Vocal de Cultura de Real Círculo de Labradores y Propietarios y de D. José María Jurado que presentó al pregonero, fue redondo de principio a fin. Empezó elogiando la sencillez con la que los sevillanos pasamos de la Semana Santa a la Feria, de los pasos a los toros. Muchos de sus pasajes acompañados en segundo plano, con la Marcha procesional Caridad del Guadalquivir.
Después nos habló del Ritual de la tauromaquia, de cómo se van haciendo distintos los aficionados en función de la plaza en donde vean toros y de con quién empiecen a verlos. Nos habló de las ausencias de los que nos enseñaron a ver toros y que ya no están para acompañarnos, de los “fantasmas” que nos acompañan ahora, y nos animó a llevar gente joven a los toros. Dedicó un capitulo a una visita que hicimos junto a otros amigos aficionados a Pino Montano, cosa que le agradezco personalmente. Habló de la evocación de los recuerdos de sus propietarios Joselito El Gallo e Ignacio Sánchez Mejías, de la importancia de sus aportaciones no sólo al toro sino a la literatura, y de que teníamos que esforzarnos en explicar con naturalidad la importancia de lo que han supuesto en nuestra historia.
También nos halló de que el Toro está unido a las fiestas de una gran parte de las localidades de España. Dedicó un capítulo aparte a Curro como fiesta pura y en su faceta de fuente del derecho como inspirador de sentencias taurinas memorables, incluso del Tribunal Supremo. Dedicó otro capítulo a Morante de la Puebla, del que se confesó partidario. De esto puedo dar fe porque he visto sentado junto a Lorenzo innumerables corridas de Morante y hemos disfrutado como pocos, sobre todo estos dos últimos años.
Como no podía ser de otra manera dedicó otra parte del pregón al tema jurídico, indicando que el Toro tenía en España la mejor protección jurídica posible con la ley de 2013 que regula la tauromaquia cono patrimonio cultural. Habló de los presidentes y de lo curiosamente reglamentado que está el espectáculo taurino, cosa impensable en otras actividades públicas artísticas y dio tres ideas básicas de cómo hay que defender la tauromaquia: Haciendo que se cumpla la ley de 2013 antes citada, luchando en el ámbito social y político y reservar las querellas como recurso sólo cuando sea necesario y defendiendo la tauromaquia en los despachos de los políticos, de los periodistas y de los líderes de opinión. Acabó citando lo inmensamente ricos que se están haciendo los de la industria de las mascotas, la alineación de la sociedad actual de los políticamente correcto y del pensamiento y el gusto único. “No queremos que nos impongan cómo tenemos que pensar y qué vivir. No estamos dispuestos a que nos digan qué es cultura. Nuestros ritos y nuestras fiestas las decidimos nosotros”.
Acabó hablando de los ritos y la belleza de la fiesta, de los éxitos de varios toreros y ganaderos y de la esperanza con que el aficionado afronta cada tarde. Aunque al empezar nos indicó que a un extremeño hecho taurinamente en la Plaza de Toros de Madrid, no le podía salir un pregón sevillano, y que como mucho sería un pregón “para leer”, lo cierto es que le salió un pregón muy muy sevillano, interrumpido varias veces por los aplausos del público que termino puesto en pie con una sonora ovación digna de Puerta del Príncipe.
No quiero terminar sin decir lo magníficamente organizado que estuvo el acto por el Real Círculo de Labradores y Propietarios, y elegancia y el señorío en el que estuvo envuelto todo. Enhorabuena.
Si quieren ustedes verlo y oírlo, le dejo a continuación el enlace. De verdad que merece la pena.
Recuerdo haber ido infinidad de veces con mi padre, de niño y de joven, al Cortijo de la Sierra, sobre todo a tentaderos. Llevada la ganadería de D. Fernando de la Cámara Gálvez que después de su fallecimiento paso a su hija doña Rocío de la Cámara, nombre con el que actualmente se anuncia. Allí di mis primeros y únicos capotazos tan niño que ya ni me acuerdo, pero sobre todo aprendí de toros y del campo, del manejo y del cuidado, de encastes y de comportamientos. Allí he visto tentar a muchos toreros, a figuras como Curro, Paquirri, Pepe Luis o Morante y mucho al Marismeño, y también a otros que no llegaron como El Mesías, El Mangui o El Aguardientero. Lecciones que fui aprendiendo viendo y escuchando hablar a los que sabían.
La semana pasada la ganadera doña Rocío de la Cámara tuvo la deferencia de invitar a mi Tertulia Taurina de Economistas Er78 a un tentadero, cosa a la que le estaremos siempre agradecidos, sobre todos los tertulianos que no habían tenido ocasión de ver faenas camperas de este tipo.
El día acompañó y el matador Álvaro Lorenzo tuvo la oportunidad de tentar unas vacas que fueron de buenas a extraordinaria, sobre todo la última, que le permitió desarrollar todo el toreo que lleva dentro y practicar nuevas suertes. El torero felicitó a la ganadera por la calidad de las vacas y agradeció la invitación, y nosotros disfrutamos de una lección práctica al alcance de pocos.
Después tuvimos ocasión de ver los caballos de pura raza española que cría la ganadera y de acercarnos a ver la novillada que tiene apartada para lidiar en la Plaza de Toros de Sevilla, dentro del abono, el domingo 7 de mayo y que matarán Víctor Hernández, Jorge Martínez y El Melli, a los que deseamos mucha suerte al igual que a la ganadera. Allí estaremos. Los novillos según vimos están magníficamente presentados y la empresa tiene donde elegir porque el lote apartado es además de numeroso, de primera categoría.
Con posterioridad nos dirigimos al cortijo, que en el pasado fue propiedad de Fernando Villalón, donde la ganadera y su hija María, nos agasajaron además de con magníficas viandas, con una variada conversación, donde además pudimos comentar con el torero y con sus apoderados diversos aspectos del toreo actual.
En resumen, un día inolvidable para los miembros de la Tertulia que pudieron asistir, Antonio, Emilio, José Manuel, Juan Miguel, Luis y May, que desde aquí volvemos a agradecer a doña Rocía de la Cámara la invitación.
Casi 30 años contemplan a la Tertulia Taurina Universitaria, por lo que podemos considerarla una institución con solera. Es la segunda asociación de la Universidad de Sevilla por antigüedad, tan sólo por detrás de la Hermandad de los Estudiantes (en Sevilla no hay quien pueda con las hermandades). Una de las características de la TTU es su amplia base de socios, porque no solamente están los estudiantes de la US y sus centros adscritos, sino que una vez acabados los estudios pueden seguir siendo de la tertulia, como seguirán siendo licenciados, diplomados, egresados o máster toda su vida. Además, pueden ser socios todos los miembros de la comunidad universitaria profesores y PAS. De hecho, hay un gran número de socios que no son estudiantes.
Entre sus actividades están las típicas de cualquier tertulia taurina: encuentros de los socios, tertulias con toreros y otros profesionales del mundo del toro, con periodistas y aficionados. Van a tentaderos y capeas para fomentar la afición y el conocimiento de los Toros. También han organizado conferencias de homenaje tanto en el Paraninfo de la Universidad como en el Pabellón de Uruguay a figuras como los matadores Reverte e Ignacio Sánchez Mejías, y también visitan ganaderías como las emblemáticas de Miura y Cuadri.
Pero lo verdaderamente diferencial de la TTU es que disponen de 50 abonos para la temporada de Sevilla, y a bajo precio, gracias a la colaboración de la Empresa Pagés. Con estos abonos, hacen lotes de festejos para que no se quede ninguno libre, lo ofrecen a los socios, se publican las listas provisionales y definitivas, y después los sortean públicamente, también se pueden ver el sorteo por sus canales de redes sociales. Con esto se fomenta la afición a los toros entre la comunidad universitaria. Justo es decir que la Universidad de Sevilla siempre ha apoyado la fiesta de los toros como actividad cultural, no sólo con la TTU, con conferencias y mesas redondas, con cesiones de locales, etc. sino también con la creación y las actividades de la Cátedra Ignacio Sánchez Mejías de Comunicación y Tauromaquia de la Facultad de Comunicación.
La TTU tiene instaurados unos nombramientos, que empezó a dar en el año 2019 y que hubo de cesar por la pandemia, y que ha retomado este año. El principal es el nombramiento como “Catedrático del toreo”, que este año ha sido otorgado a Juan Antonio Ruiz “Espartaco”, cuyos méritos son sobradamente conocidos para ser varias veces catedrático. El torero expresó su satisfacción por ser nombrado “nada menos que catedrático”, hecho que recordará toda su vida. También se nombró como Joven promesa del toreo al novillero Álvaro Burdiel, sevillano que de niño se trasladó a Madrid, quien también agradeció el nombramiento, además viniendo de Sevilla, comentó.
Finalmente, la TTU tuvo a bien nombrarme Socio de Honor. Comenté en mis agradecimientos, que no reunía más méritos para esto que el paso del tiempo, lo cual a mi edad ya es suficiente mérito. Además, los miserables 15 euros de la cuota anual animan a seguir siéndolo mientras el cuerpo aguante. Agradezco el nombramiento al jurado encargado y a la Junta directica de la TTU, les animo a seguir con la labor y a ampliar la base de socios. La Tauromaquia es el último muro de contención de la libertad cultural individual frente a lo políticamente correcto que nos quieren imponer de pensamiento uniforme, y hay que mantenerla a cualquier precio. Me puse a la disposición de la Junta Directiva, como he hecho con todas las anteriores, para todo aquello en lo que crean que puedo ayudar. El acto se celebró en el Salón de Carteles de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, a cuyos representantes agradecí que nos acogieran en este acto y felicité por el nombramiento del arquitecto británico Norman Foster (premio Príncipe de Asturias de las artes) como cartelista de 2023. Seguro que nos sorprenden como cada año. No me cabe duda de estas personas de tanto prestigio profesional no aceptan los encargos sólo por dinero, por lo que ser cartelista de la Maestranza y colgar un cuadro en su Salón de Carteles ya está considerado como un prestigio.
Cuando a principios de 2020 nos encerró la pandemia, y pasaban las semanas y los meses y nos íbamos arruinando, el horizonte de la Fiesta era negro. Los profesionales estaban sin ingresos, pero aun peor lo pasaban los ganaderos cuyos gastos fijos no habían disminuido, y sólo lo hicieron poco a poco a costa de mandar toros al matadero a precio de carne. Con esta perspectiva pocos dieron un paso al frente. El empresario José María Garzón, al que dar una corrida en El Puerto al 50% del aforo le costó un expediente de sus propios “colegas”, y como toreros, Enrique Ponce y Morante de la Puebla, principalmente.
El año 2021 también fue muy difícil con la suspensión de las principales ferias (Sevilla, San Isidro, Pamplona o Bilbao), sólo la segunda parte del año y con aforos reducidos se pudo medio salvar algo de la temporada. Ahí sí que Morante se erigió en el torero que tiró del carro, consciente de lo delicado del momento. Como ya expusimos en el artículo “La temporada de Morante”, que les dejo enlazado, el matador no le volvió la cara ni a encastes, ni a compañeros ni a plazas, y acabó con 49 corridas liderando el escalafón de largo y con una regularidad desconocida hasta entonces.
El año 2022 cumplía el 25º aniversario de su alternativa y Morante lanzó un reto en invierno, llegar a las 100 corridas de toros. El reto era muy difícil de conseguir. Para ello tendría que torear en todas las plazas, muchos encastes y con los más variados compañeros, además, lo más importante, le tenían que respetar los toros. A la mínima incidencia que lo tuviera apartado de las plazas 15 días, adiós al sueño. Con la ayuda de su amigo y ya apoderado Pedro Marques firmó las 100 corridas antes de empezar la temporada. Esta foto de ABC fue todo un presagio de lo que iba a ser una temporada histórica.
La temporada ya la han ido cantando los críticos, los aficionados y el público, y se han acabado los adjetivos. Al principio estuvo a punto de irse al traste con una voltereta en La Línea que lo hizo duda para Sevilla, pero el diestro se infiltró, hizo el esfuerzo, y toreó varias tardes dolorido. Desde que empezamos a verlo en Olivenza, Morante nos ha emocionado casi hasta el éxtasis en faenas que ya no olvidaremos como las de Sevilla y Madrid. También ha habido fracasos, y estrepitosos, como la que yo creí que iba a ser la corrida de la temporada, con miuras, en Linares en el 75º aniversario de la muerte de Manolete, pero el calor y el disgusto ya están olvidados. Además, ha toreado muy seguro y con mucho valor y a un alto porcentaje de sus toros, desempolvando suertes y pases antiguos, estando en torero siempre, con una forma de andarle a los toros y de entrar y salir de las suertes que son oro puro.
Para cumplir su sueño ha tenido que repetir en muchas plazas, torear en plazas de localidades pequeñas y con poco aforo, matar toros de varios encastes y con todo tipo de compañeros, pero lo hizo. Ha cumplido y cerrado el sueño en una plaza de toros de tercera, en Ubrique, y con las cámaras de televisión en abierto, y con una última faena pletórica y llena de sentimiento y torería. Sólo puedo felicitar al matador y expresar la inmensa suerte que tengo de haber coincidido con él en el tiempo y poder disfrutar de su toreo. Lo dicho, Morante es ya un torero para la historia.
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