Defrauda la presentación de Miura
Ya saben los que me hayan leído alguna vez, que si hay una ganadería que admiro es la de Miura, a cuyos ganaderos respeto profundamente hasta casi la reverencia. Pero después de ver corridones de toros como los de Castellón o Sanlúcar de Barrameda, esperábamos otra cosa hoy, y la presentación de la corrida de Miura nos ha defraudado. Soy de la opinión, y que me perdonen las corrientes cuatreñas, que Miura en Sevilla debería lidiar cinqueños, tal y como tienen conformadas las camadas actuales. Esos cuatreños que se han lidiado hoy carecían de remate, aunque pesaran lo que pesaran. Hemos echado de menos esos toros que asustaban de salida por su presencia de estampa antigua. Del juego, como dicen los ganaderos, cada uno sale como quiere, ahí no entramos.
Después, su desarrollo ha sido interesante. Morante estrenaba en Sevilla su cuarto terno, esta vez un precioso tabaco bordado en blanco que remataba con medias blancas. Con su primer miura estuvo muy torero, sobre todo en los comienzos y remates de sus series. Morante es ahora mismo la referencia del escalafón y no defraudó. Su segundo miura se devolvió por cojera y salió un sobrero de Virgen María con el que Morante estuvo otra vez en torero y muy por encima de él. Cuando el público empezó a pedirle la oreja Morante nos indicó que no la pidiéramos. Debió pensar, yo he venido hoy a cortarle las orejas a un miura y este no lo era. Un detalle que demuestra la dimensión de este Torero con mayúsculas, que se negó incluso a dar la vuelta al ruedo pedida insistentemente.
El segundo miura fue noble de premio de la Feria. Escribano, como siempre muy animoso, estuvo bien con él. Le pedimos una oreja y cuando nos dimos cuenta le habían dado las dos. De verdad, ni yo ni muchos de los que estaban a nuestro alrededor nos habíamos enterado de la concesión de la primera. El presidente debió de ser excesivamente rápido en sacar y esconder el primer pañuelo, pero seguro que es culpa nuestra. Su segundo fue ya un miura de los que se enteraba dónde estaba todo.
Pepe Moral no ha tenido su tarde. Su primero tenía embestidas francas, pero con la cara alta y la faena no tomó altura, y su segundo ya fue también de los listos de la camada que no se dejaba dar coba, pero vimos al torero algo apagado.