El toro es el centro de los Toros. Esta obviedad es necesario que la recordemos de vez en cuando para no acabar perdiendo el norte de la Fiesta. La mayoría de los ganaderos tienen que hacer auténticos equilibrios si quieren vender su producto. A fuerza de quitarles casta tienen que ser suficientemente nobles para que se lo compren las figuras, pero tienen que estar suficientemente gordos y grandes, a principios de abril, para que se los aprueben los veterinarios. Supongo que lo querrán hacer lo mejor posible, pero, demasiadas veces tenemos que ver corridas como la de ayer, en las que el toro bravo brilla por su ausencia. Animales descastados y tan flojos que daban más pena que miedo.
Con este material el Artista tendrá que esperar. La fuerte apuesta de Morante con 4 tardes en la Feria, de momento la está perdiendo. Ayer quedó absolutamente inédito. Su primer Jandilla no se tenía en pie, literalmente, y el sobrero de Albarreal tampoco es que lo mejorara mucho. Su segundo, perdiendo las manos y parado, desesperante. Lo mejor de Morante la brevedad. El viernes su último cartucho esperemos que el ganado responda y el torero tenga su día.
El primero de Diego Urdiales fue como sus hermanos, flojísimo y sin recorrido. Lo mejor una magnífica estocada ejecutada con elegancia clásica, y no los saltos y cañonazos que vemos ahora. Su segundo fue el único que tuvo algo de poder. Embestía con la cara un poco alta y derrotaba, pero no sabemos si más por defecto del toro o por culpa del torero, o del aire, que también molestó, pero vimos demasiados enganchones. El caso es que Urdiales ni se confió ni entendió al toro, que pedía una faena con más decisión.
López Simón no picó a sus toros, pero ni así le sirvieron. Estuvo en su actual estilo encimista, con arrimones y pases por la espalda. A su primero, que embestía a media altura no le exigió, y su segundo, de embestir cansino, era imposible. Mató bien a sus dos toros, pero pierde puntos con respecto a cómo acabó la pasada temporada.
La mayor alegría de la fría tarde fue ver a “Lili” hacer el paseíllo, después de su grave percance del Domingo de Resurrección. Es evidente que los toreros son de otra pasta, pero ver parear a un tío al que han tenido que ligar la safena hace apenas 15 días parece algo milagroso. Nuestra enhorabuena al cuadro médico y al torero.