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Vaya por delante que la ganadería de Miura es una de mis debilidades, y aunque me puedan tachar de exagerado, ayer vimos una gran corrida de toros. Miura es diferente, desde que sale fijándose en todo y arrancándose a lo que menos se espera, hasta que lo arrastran las mulillas. Mientras tanto no te puedes perder un detalle de la lidia porque, en cualquier momento, puede suceder lo inesperado. La corrida que cerró la feria fue muy pareja en edades y hechuras, muy en el tipo de la casa, pero es que además embistieron cinco toros, no me atrevo a decir que nobles, por ser quienes son, pero casi.
Un magnífico segundo toro, que hizo una buena pelea en varas, como todos excepto el último, y al que Castaño le compuso una faena de orejas si no pincha reiteradamente. Mención especial a sus subalternos, Adalid y Sánchez haciendo galopar y dejándose llegar los miuras en banderillas, y Galán eficaz lidiador. Los tres saludaron en los dos toros.
Manuel Escribano ha justificado su inclusión en la terna. Lo tenía imposible la empresa para sustituir a El Juli, y ha acertado. Además, las temidas devoluciones no se han notado, con lleno en el sol y casi en la sombra. Sereno y variado Escribano, exponiendo en banderillas al quiebro y por dentro, y centrado en el sexto al que ha cortado dos orejas. A este último toro le dieron la vuelta al ruedo, entiendo más que como premio al conjunto de la corrida que del propio toro, de mucha calidad, pero que apenas fue picado.
Mi enhorabuena a los ganaderos por la emocionante tarde que nos han hecho pasar, y por mantener este encaste que es lo más cercano a la historia que tenemos en el Toro.
No quiero terminar esta, nuestra última columna de la Feria, sin agradecer a la dirección de ABC de Sevilla y a los responsables de su sección taurina, la oportunidad brindada a este grupo de abonados, de poder hacerles llegar a ustedes nuestras impresiones de cada corrida. Por sexto año consecutivo hemos intentado ayudar, con nuestro granito de arena, a la magnífica información taurina ofrecida por los profesionales de esta casa. Agradecer a mis vecinos de abono, Guillermo, Concha, José Luis, Juan Luis, Antonia y Rafael, sus imprescindibles comentarios para ir completando estas columnas. El año que viene, más y mejor, espero. Señores, queden ustedes con Dios.