Antes de empezar la corrida, uno de nuestro vecinos comentó el tiempo que llevábamos sin ver saltar un toro al callejón y los años sin ver un espontaneo. Dicho y hecho, el espontaneo saltó al tercer toro. Pero le vimos varias incongruencias. Si viene usted con la intención de saltar en la corrida de Miura no lo haga con el sobrero del Conde de la Maza. Debería saber que se salta cuando el toro irrumpe a la arena no cuando está picado y banderilleado y, sobre todo, lleve usted una muleta no le de trapazos con un chaleco, por favor.
Los toros de Miura salieron ayer a la plaza de toros de Sevilla sin el adorno de los colores de su divisa en señal de luto por el fallecimiento de la madre de los ganaderos, a los que enviamos un abrazo de condolencia. Los miuras demostraron que no necesitan adorno alguno para mantener la emoción durante toda la tarde. Este es un encaste distinto que hay que preservar, así que pocas pegas les vamos a poner, que aunque blandean de remos también les pegan demasiada estopa en los caballos. José Luis Moreno pechó con el peor lote, y su segundo le echó mano dos veces. Rafaelillo, más experto y con más ánimo, picó poco al quinto al que vio posibilidades y, si no falla con la espada, le corta la oreja. Serafín Marín estuvo precavido y el presidente demasiado rápido para devolver al tercer miura.
No quisiera terminar estas colaboraciones sin agradecer a la dirección de ABC de Sevilla la oportunidad brindada a este grupo de abonados de volver a comentarles el ambiente de nuestro tendido. Añadir un saludo a mis vecinos y amigos: Guillermo, Concha, José Luis, Juan Luis, Antonia y Rafael, que han participado en estos artículos. Esperemos tener salud y oportunidad de volver a vernos el año que viene. Señores, queden ustedes con Dios.