La Feria va haciendo estragos. Hoy algunos vecinos de localidad han preferido quedarse en compañía de las manzanillas, “rebujitos” y buenos amigos que acercarse a la Maestranza a ver el duelo entre Manzanares y Talavante, los dos toreros que han cortado dos orejas a un toro este abono. Finalmente han acertado porque la corrida ha sido otro fiasco. Vamos de mal en peor. Los dos primeros fueron devueltos y los restantes se quedaron en el ruedo con más pena que gloria.
El Fandi es un torero animoso y populista, incluso brindó el primer toro cuando se sabía que poco tenía dentro, hace bien todo lo que no sea torear: las largas cambiadas, los recortes con y sin capote, las banderillas, los muletazos de rodillas, los quites a los peones, etc., pero cuando hay que torear, ahí se pierde. La naturaleza no le otorgó el don de la torería, y, ojo, que estamos hablando del matador que lleva varios años encabezando el escalafón por número de corridas.
Manzanares ha tirado mucho de su primer toro, le ha puesto ganas y su arrogante empaque de torero, ha cortado una oreja que ya está olvidada. En su segundo, el único que desarrolló algo de genio, estuvo dispuesto pero no se entendió con él. Talavante deambuló por el ruedo como el año pasado, con la misma poca alma que sus enemigos.
Hoy, a pesar de que el encierro no se prestaba a ello, han derribado a varios picadores. Y eso que no paran de calentar a los caballos, molestando con el ruido de las pezuñas sobre el duro piso, los silencios majestuosos de la plaza. Quizás los derriban de lo cansados que tienen a los caballos de tanto calentar.
Mañana tendremos un encierro flojito sobre el cartel, y me temo que como la Feria seguirá haciendo estragos, faltarán muchos de los habituales. Además, es festivo, puente y estará lleno de moteros y de forasteros, así que la Maestranza será como suele ser los viernes de farolillos, esto es, otra plaza.