Después de las decepcionantes entradas del fin de semana anterior, en gran parte debido a las fechas de 30 y 31 de julio con cambio de alquilados, llegada de veraneantes agosteños y pereza de ponerse en carretera esos días de tanto tráfico, la plaza ayer se llenó, pero no de lleno aparente, sino de no hay billetes. Comentábamos con los vecinos, que el mismo día de la semana anterior, con similar cartel (sólo cambiando a Roca Rey por El Juli), la entrada fue muy pobre. Yo no creo que sólo Roca Rey meta media plaza, más bien creo que fue por la fecha y que muchos morantistas estábamos ya en El Puerto. Esta plaza siempre fue más de agosto. De cualquier forma, una gran alegría ver esta inmensa plaza llena de gente.
Los toros de Núñez del Cuvillo decepcionaron, mansos y deslucidos, sin humillar y distraídos. Sólo se salvaron medianamente el tercero y el quinto, al que dieron una absurda vuelta al ruedo que no vi a nadie pidiendo.
El primero de Morante fue muy deslucido, pegando cabezazos, sin humillar e incierto, y fue esaborío hasta para morir. A pesar de eso el matador le hizo una lidia eficaz y artística que pocos aficionados entendieron de suficiente mérito como para pedirle mayoritariamente la oreja después de dos descabellos. La cosa se quedó en ovación. Eso sí, recibió al toro con un cambio rodilla en tierra que ya pagaba la entrada. El cuarto fue un marmolillo que no se movió ni para huir.
Roca Rey, que llevaba un vestido de naranja y azabache muy feo, pinchó a su primero después de una faena de las suyas por la que le hubieran dado la oreja. La faena a su segundo, muy remiso para embestir, no remontó y el diestro estuvo especialmente breve cortando por lo sano.
El primero de Luque, de muy feas hechuras, fue un manso de libro que huía de su sombra sin querer pelea nunca. El matador estuvo eficaz y el manso le duró dos minutos. Su segundo fue un toro templado, al que apenas picaron. Empezó la faena con varias series a media altura, cuidándolo, y la terminó de forma apoteósica haciendo lo que quiso con el de Cuvillo, toreando con mucha profundidad, y con el público entregado y puesto en pie. Muy centrado el torero. Mató de una buena estocada y se llevó dos orejas indiscutibles.
4 respuestas a «Lleno de no hay billetes en El Puerto»
Muy de acuerdo con su artículo.
La faena de Morante al manso primero mereció pagar la entrada con dos molinetes abelmontados de categoría
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Buena crónica Maestro.
Nos alegramos de ver la plaza llena otra vez.
A ver qué tal hoy, D. Antonio. Suerte