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El primer toro lidiado en la Monumental de Sevilla

La inauguración de la plaza de toros Monumental de Sevilla tuvo lugar el 6 de junio de 1918. El cartel: toros de Contreras, para Gallito, Posada y Fortuna. El primer toro se llamaba “Vallehermoso”, negro, con el nº 48, y cuentan las crónicas que Gallito le “da primeramente dos verónicas superiores, apretadísimas y ceñidas, y después tres más idénticas, templando superiormente. Termina con un magnífico recorte a media verónica”. El toro tomó cuatro varas, derribando tres veces al caballo, y matando a uno de ellos, y desmontando la otra al picador. Gallito hizo varios quites. La faena fue entre los mismos pitones, sujetando a un animal que salía suelto. Faena de torero valiente, inteligente y dominador. Pinchazo y media sin puntilla. Oreja.

Del libro «Plaza de Toros de Sevilla, la Dignidad de un Proyecto
Detalles de la lidia del toro cedida por D. Fidel Carrasco

Presentado el animal, la semana pasada nos enteramos que existía la cabeza del mismo disecada, propiedad del Cortijo El Esparragal, y tuvimos ocasión de ir a ver cómo la restauraban, en las instalaciones de Venegas Taxidermia, en la cercana localidad de Villanueva del Ariscal. Nos contaron que había estado durante muchos años en el citado cortijo en uno de sus patios, bajo techo, pero a la intemperie, y que estaba muy deteriorada. Tiene la particularidad de que lo disecaron con la boca abierta, la lengua visible, la media estocada con su espada y chorreones de sangre por los costados, en el momento previo a la muerte. Debido al avanzado deterioro la había llevado a restaurar.


El equipo del taxidermista nos contó que la restauración sobre la pieza original era imposible. Que tantísimos años a la intemperie le habían pasado factura a la pieza, incluso habían anidado avispas dentro de la boca. Tan solo la cornamenta era aprovechable. La mejor solución ha sido sacar una copia exacta de la forma y tamaño de la cabeza, trabajar sobre ella y mantener la cornamenta original y la espada, también restaurada. Hay que valorar el trabajo de este equipo, porque el resultado se vislumbra magnífico.


Cuando esté terminado, y en su nueva ubicación, el propietario quiere incorporar, además de la clásica metopa original, que existía, algún otro elemento informativo de este toro histórico, como el cartel del día, fotos del toro o crónicas de la tarde. Será una oportunidad magnífica para volverlo a ver.

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