No se líen ustedes con los nombres de las ganaderías de Hnos. García Jiménez, Olga Jiménez y Peña de Francia que se anunciaba el viernes, esto es “lo de Matilla”, que piden las figuras o impone el poderoso taurino. En cualquier caso, un toro hecho para la tauromaquia actual de las figuras modernas. El ganado fue un fracaso absoluto, descastados, sosos y aburridos, mansos, rajados y sin ninguna emoción, propiciaron un tostón de casi tres horas que encima tuvimos que aguantar bajo un frio de enero.
Y después la presentación, varios de aspecto anovillado, dos con edad justita, tan justita que alguno era novillo de verdad el Domingo de Resurrección, no se entiende como fueron aprobados varios de estos animales. Encima, el lote de Roca Rey fue devuelto, su primero por descoordinado, y su segundo, suponemos que por su pobre presentación, porque por más que le pegaron en el caballo y los subalternos le bajaron las telas, no consiguieron que doblara las manos. Salió un sobrero de Torrestrella al que se le debió pegar la condición de sus vecinos de corrales, porque salió igual de soso.
Si después de esto leen que Alejandro Talavante cortó una oreja, será porque, según la vertiente triunfalista, hay que cortar orejas en todas las corridas, y de momento lo estamos consiguiendo en los festejos del abono que llevamos. Pero es una oreja que no vamos a recordar.
Los únicos que de verdad brillaron ayer fueron las cuadrillas, con Curro Javier pareando de forma soberana y jugándose la vida hasta el punto de ser alcanzado en su segundo par, por el que sonó la música. También destacaron Javier Ambel, Valentín Luján, Juan José Trujillo o Juan José Domínguez.
Lo que les decía, un tostón. Esperemos que esta tarde los victorinos ofrezcan la emoción que nos faltó el viernes.