Estas fechas invernales son muy típicas para conocer las filtraciones sobre el abono de Sevilla de la siguiente temporada. Levantado el castigo del G5 y a la espera de que la Empresa nos felicite las Pascuas con la información de las ganaderías contratadas, hemos ido conociendo algunos datos del primer abono que se plantea sin la figura de un Canorea en la dirección.
La empresa comunicó que la Feria tendría dos semanas completas de toros, por lo que se alarga la preferia que ya no será torista, y pasando a una tarde la corrida de rejones matinal del domingo de feria. Con más festejos y la vuelta de las figuras, vayan preparando las carteras. También supimos que Morante quería cinco tardes en al abono y que la empresa quiere dárselas, tapando algunas puestos de los que se lo ganaron dando la cara estos dos últimos años y de los que vienen pidiendo guerra.
Por otra parte y como todos los años, se conocen quinielas del posible cartel para el Domingo de Resurrección, con un consabido Morante, Manzanares y Talavante, que ya no dice nada. Necesitamos variedad, competencia y otros alicientes. Con la entrada en este cartel de algún emergente, entendemos que quedaría más atractivo. Además hoy publica ABC de Sevilla que Antonio Ferrera se ofrece a matar en solitario los seis victorinos ¡Qué manía con las encerronas! Admiro a Ferrera y me cuento entre sus partidarios. Antes de su lesión era de los toreros con más sitio del escalafón y daba gusto verlo torear, pero seis toros para un solo torero es demasiado. Ver salir toro tras toro y que lo pare el mismo torero, con el mismo traje y de la misma forma, baja los ánimos y acaba aburriendo. Ni siquiera esos manos a manos artificiales de los últimos años dicen nada, y parecían más bien diseñados para abaratar costes que por petición del público.
Queremos ternas en competencia. Los “carteles rematados” no tienen que ser necesariamente de tres figuras. Queremos a las figuras midiéndose con los emergentes, con un toro bravo y con la emoción que da el toro de verdad, no el toro renqueante y agonizante que estamos acostumbrados a ver. Todo lo demás será seguir echando a los aficionados de las plazas.