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En pasado jueves acudimos ilusionados a la novillada nocturna de Sevilla, programada con los triunfadores de las novilladas sin caballos del abono. Borja Jiménez y José Garrido, volvían a lidiar el ganado de Fuente Ymbro que propició que ambos salieran a hombros en una tarde para el recuerdo. La verdad (como dicen los futbolistas) es que nos conformábamos con la mitad de lo de aquella tarde, pero no fue posible.
Ni el ganado, ni los novilleros tuvieron su noche. De los de Fuente Ymbro, el que no fue sosito, no transmitía y el que podía ser, no se movía. Así fue transcurriendo una aburrida noche, en la además pasamos frío, un 3 de julio en Sevilla. Cuando bien pasadas las 12 de la madrugada salió el último, y ya estábamos pensando en meternos en la cama, José Garrido cortó una oreja e hizo que valiera la pena la noche con una faena que nos recordó que éste llegará a ser torero.
Afortunadamente, dos días más tarde, Borja Jiménez sí se encontró en Pamplona con un ganado más propicio, y de la misma sangre, una novillada de lujo de El Parralejo. Unos novillos soñados por todos los aspirantes, que propiciaron que los novilleros triunfaran. El sevillano cortó una meritoria oreja al primero y dos al cuarto, al que dieron la vuelta al ruedo. El sexto, que también lidió al cortarse Posada de Maravillas con el estoque al entrar a matar a su primero, era un toro que no hubiera desmerecido corriendo el encierro. Lástima que se asustaran y le pegaran demasiado en varas, llegando el animal sin fuerzas a la muleta. Pero tres orejas y salida a hombros en Pamplona le valen para convertirse en el novillero revelación de la temporada, con muchos festejos ya firmados. Esperamos a Garrido el 20 en El Puerto y a Jiménez el 23 de agosto.
Posadas de Maravillas, toreó muy bien a su primero. Este novillero al que el triunfo parecía que le había llegado demasiado pronto y no progresaba, se reencontró en Pamplona, y si no llega a ser por la espada, su actuación hubiera sido también de triunfo. Muy seguro José Espada, sobre todo con la antedicha, recetando dos estocadas y haciendo muy bien la suerte y cortando una oreja.