La novillada de esta tarde – noche en la Maestranza ha estado bien presentada, en general. Con tres buenos novillos, primero, segundo y sexto, que deberían haber propiciado el triunfo de los novilleros. José María Arenas y José Arévalo, venían placeados, habiendo cortado 36 y 40 orejas, respectivamente, la temporada pasada. Tal y como están las cosas con los novilleros y la crisis, estas cifras son todo un lujo.
Arenas tiene un buen concepto del toreo. Al primero, que era un gran novillo, lo toreó bien, quizás no le dio mas distancia que es lo que parecía pedir el novillo, y lo mató muy bien. En otras condiciones hubiera podido cortar la oreja. Al tercero le dejó que le pegaran mucho en varas y también lo mató de una gran estacada. El sexto fue un buen novillo, y debió de cortarle la oreja si no pincha. Con lo bien que mató a los anteriores debió de dejar algo para este.
José Arevalo no dejo de hacer aspavientos al tendido en toda la tarde. Novillero animoso, recibió a los dos a “porta gayola”, banderilleó y se hartó de chillar. Cae simpático y, con suerte, cortará muchas orejas en plazas de tercera. Tanto él como Arenas banderillearon a sus cinco novillos, a los primeros, conjuntamente, y mostraron siempre mucha disposición y ganas de agradar al público, que es lo memos que se les puede pedir a los que empiezan.
Diego Silveti no tuvo suerte en su debut en Sevilla. Su primer novillo era deslucido, pero ha dejado buena impresión. Torea muy quieto, aguantó coladas con capote y muleta sin mover las zapatillas. Buen quite por gaoneras. Lástima que resultó herido al entrar a matar, pasando a la enfermería de forma torera. Las noticias que llegaron nos tranquilizaron, ya que hablaban de una cornada superficial (entiéndase en el sentido de la superficialidad con que hablan los toreros), y que el domingo podrá torear la Barcelona de la polémica.
La empresa no lo tiene fácil para componer el cartel de viernes de San Miguel con los novilleros triunfadores del abono. Quitando a Martín Núñez, no recuerdo que se haya cortado ninguna oreja más. Así que podrán hacer un cartel a su gusto, quizás con alguno de los de hoy.
Una respuesta a «Buena Novillada de El Serrano»
La sensación que queda enntre los aficionados al terminar las novilladas de abono es que no hay novilleros en el escalafón con la capacidad de ilusionar y movilizar al aficionado. Paupérrima la entrada de ayer en tarde agradable, incluso fresca, que no invitaba a la gente a ir a la playa que el la justificación que se suele dar a la falta de público.
Efectivamente la novillada del serrano trajo tres buenos novillos – primero, segundo y sexto -; el primero quizás muy justo de fuerza pero con mucha clase.
Los dos primeros novilleros estuvieron valerosos, Variados con el capote y en el tercio de banderillas, con la muleta se puso de manifiesto la falta de calidad. Ambos de origen levantino me recordaron a muchos toreros de alli, procedentes en gran medida de los recortes, correbous y otros festejos similares tan populares en el levante, que les hace tener una gran variedad en los primeros tercios y, en cambio, bajan con la muleta donde es imprescindible quietud, temple, hondura en definitiva eso tan dificil que se llama clase.
De silveto hay poco que decir salvo desearle una pronta recuperación. Me parecio un novillero muy verde que tiene un concepto muy estático, vertical del toreo. Lo cual es muy propio de méjico donde, como todos saben, Manolete dejó una gran impronta. Desde luego con más clase y mejor concepto que sus compañeros aún le queda mucho por andar y, lo primero, necesita que le enseñen a matar que, no se olvide, se la razón y ser de su oficio.
Me volví de la novillada con mi hijo, de cuatro años, que me ha acompañado a todo el ciclo de novilladas y pensaba en la fiesta que le espera y en como un niño se puede aficionar a un espectáculo cada vez más anodino y vulgar. Temo que cualquier dia se rebele y no venga. Al llegar a mi localidad me encontré sentado al lado a curro, previo el saludo de admiración, se lo presenté a mi hijo y le firmó un autógrafo. Le dije quien era y que ojala tuviese la suerte de ver a alguien torear con el capote como el. Entonces tendría la absoluta seguridad de que mi hijo será aficionado. Que así sea.