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La Gobernación del Desgobierno

El Sr. Jaime Melgarejo manda un comentario, que por su temática creo que es mejor separarlo como artículo, para que ustedes puedan también opinar. Dice:

Yo no puedo comprender por qué si sacamos una entrada para ver a una ganadería con unos toreros, que sea el señor de gobernación o del desgobierno quien decida que toros son los que deben lidiarse. ¡Perdone Usted! Es el ganadero el que se juega su prestigio y siempre que sus toros cumplan el peso mínimo fijado para esa plaza y que no tengan ningún defecto físico, debe ser él quien decida y nosotros el público juzgaremos si queremos volver a ver esos toros o no.

Los matadores tienen el derecho de torear un toro según su saber y entender, jugándose su prestigio.

El ganadero la mayoría de las veces no tiene esa suerte. Cuando se va a una corrida de toros, el ganado debería de ser, en plazas de primera, el tipo medio de esa ganadería hacia arriba, pero siempre en el tipo. Así el público juzga lo que tiene y lo que es. Se supone que el ganadero quiere triunfar con sus toros y puestos a suponer, gobernación, entre otras cosas, debía de exigir que esto fuera así y que los toros se correspondan con lo habitual en esa ganadería. De esta forma el público no sería engañado con aquello que a veces sale por la puerta de chiqueros.

Gobernación debería de obligar al ganadero a que lleve aquellos animales que están en el tipo de su ganadería y no lo contrario, como ocurre casi siempre, de esta forma ganaderos, matadores y público sabrían lo que se va a lidiar.

Que fácil sería cuando fueran a las dehesas a aprobar, con toda la camada por delante, los toros para las plazas de primera, no por grandes ni por chicos, sino porque son los individuos que representan a esa ganadería.

Es el único espectáculo (al menos que yo conozca) donde muchas veces ves lo que no corresponde con lo anunciado, y curiosamente gobernación (o el desgobierno) es la que motiva estos hechos “que curioso”, ver unos ” toracos” fuera de tipo sin clase, gordos como si fueran cebones, cuando un toro bravo debe de estar en sus carnes como estaría en su habita natural, ni gordo ni delgado sino fuerte, y así podremos juzgarlos.

Todo esto es una opinión personal, pero puede tener una base en la que algunos aficionados estén de acuerdo. No personalizo ni en ganaderos, toreros ni empresarios. Pues considero que la mayor responsabilidad es de ¡la gobernación o del desgobierno! Díganlo ustedes.

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9 respuestas a «La Gobernación del Desgobierno»

Asunto de calado, éste de la AUTORREGULACIÓN por parte de los taurinos. En realidad, de siempre, la Administración ha estorbado más que otra cosa, en el mundo del toro. Pues nunca a defendido al público, que en teoría es su función.
El ideal sería que existiese AUTORREGULACIÓN, y que fuese el público y los aficionados quienes decidiesen si les gusta o no un espectáculo. El problema es que hay muy pocos aficionados de verdad, hoy en día, y se podrían cometer demasiadas tropelías.
Yo apuesto por la AUTORREGULACIÓN, y que sean los públicos y aficionados quienes definan el futuro de la Fiesta. Si los taurinos se pasan de la raya, acabarán pagándolo.

En esto de la tutela administrativa, estoy más cerca del sistema francés.
Creo que en España, además con regulaciones autonómicas distintas, el sistema está demasiado controlado por la Administración. Muchas veces los taurinos se preguntan ¿Quién es un funcionario o un delegado gubernativo y, a veces, un político, para decir si el toro se lidia o no? Es un tema espinoso, porque tampoco creo que la total autorregulación sea la solución, hay demasiados tunantes en todos los negocios.
Debería haber una tutela mínima, para temas reglamentarios, y después que el público juzgara al toro que sale en cada plaza. Ahora se eligen los toros pensando más en si pasan el reconocimiento que en los intereses del público.
Si el personal se siente engañado y estafado, y empieza a dejar de ir a los toros, ya veríamos si los taurinos se «ponen las pilas».

Un primer comentario que se me viene a la cabeza es que este sistema no funciona, de acuerdo; y que la Administración estorba más que otra cosa, de acuerdo; pero si la solución es dejar las cosas en mano de los ganaderos, prefiero quedarme como ahora. Más vale muy malo conocido que mucho peor por conocer.

Autorregulación sí, pero con alguna fórmula que le otorgue el protagonismo al aficionado (Pamplona, Santander, Bilbao, Francia… el que sea). Cosa que no ocurre ahora, ni mucho menos ocurriría con los ganaderos eligiendo los toros ellos solitos.

Quizás crear una comisión donde hubiera un matador, un periodista y un veterinario elegidos entre el gremio no fuera mala idea y de presidente seguiría manteniendo comisarios de policía para dar un toque de autoridad. Pero no creo que nada de eso lo pongan en práctica .
Gran artículo felicito al escritor y a usted por colocarlo D, Ignacio

Amigo Miguel yo no tengo fé alguna en la verdad de la Fiesta, tal y como está montado el tinglado en la actualidad y ,de verdad,no se qué habría que hacer para recuperar su autenticidad y dignidad.
Posiblemente lo más sencillo, (como mirar si el coche tiene gasolina cuando se para),oséase:Aplicar el Reglamento y la Ley a rajatabla cayese quien cayese.(Me ha parecido escuchar por ahí una voz que me decía, ¡Adiós lumbrera!).Si no se hace eso, ya podemos inventar lo que nos de la gana, que si no se cumple no hay nada que hacer.
Yo creo,amigo Miguel, que la Autoridad la da la honradez y el conocimiento, se sea o no se sea policía.
Porque por esa regla, el árbitro de la Final del Campeonato ese que están jugando en Africa, debería ser por lo menos coronel de Artillería.
Un saludo cordial amigo.

Amigo franmartin:
¿Dónde vamos sin fe?, ¿se desplazaría alguien a ver toros?.
Entonces dejaríamos morir todos la Fiesta, ya sé que para usted está más muerta que viva, y que sólo se torean novillos descastados, pero yo quiero mirar más allá, ver el vaso medio lleno y pensar que, entre todos, podemos dar un pasito más para la promoción de nuestra común pasión. Legar mis pocos conocimientos a las generaciones venideras , poder ver todo tipo de encastes lidiando con diferentes espadas, y que las figuras tengan gestos con las ganaderías «duras» porque siempre han sido gestos . Por eso doy también valor de figuras a esos toreros que habitualmente lidian los encastes duros. Sé que poco o nada podré cambiar de la Fiesta, pero si me uno a más gente sí se puede tener fuerza para hacerse oir. Por eso y por lo que aquí aprendo, participo humildemente en este foro, que entre D. Ignacio (fundamentalmente) y nosotros, hacemos cada día más grande.
Saludos cordiales amigos

Completamente de acuerdo con Miguel,entre todos tenemos que hacer la fiesta mejor,respecto a la autorregulacion me parece lo mejor,una comision de aficionados contrastados,con algun profesional serio y responsable son los que mejor defenderian el interes general,la policia que mantenga el orden ,estoy completamente de acuerdo en que el toreo no se debe poner en manos de los taurinos,al menos de los que conocemos ,pues demuestran a diario que son unos ineptos.

Yo no voy con la autorregulación. Hay demasiadas variables que no están bajo el control del que paga el «producto final» de esto y el argumento de que son los «profesionales» los que «saben como hacer las cosas» y nadie más, es la puerta para el fraude. Al menos, de este lado del mar a eso se ha prestado.

Quizás, como dice Ignacio, la solución francesa sea -por intermedia- la menos mala, porque alguien tiene que defender el interés del que en el actual estado de cosas, solamente tiene dos opciones, asistir y tragar lo que le den o dejar de ir.

Y otra cuestión. Aquí en México, la regulación de los festejos es cuestión Municipal y tenemos no se cuantos miles de Municipios, con la posibilidad de que cada uno tenga su propia reglamentación. Ese es un enredo que sirve aún más a los «malos pensamientos» de quienes no gustan de hacer las cosas como se deben hacer. Ustedes lo empiezan a padecer ya y eso es una pena.

Saludos desde Aguascalientes, México.

Qué alegría la «globalización» de este foro, por cierto D. Xavier, acabo de ver un vídeo del semental de Buendía «Peluquín» , comprado por 3 afamados ganderos mexicanos,hace años, y me parece increíble que un toro con ¡¡¡17 años!!! embista de esa manera, se le nota la edad al perder las manos varias veces pero la calidad de la embestida y la estampa del toro me parecen, como diría Jesulín, IM…PRECIONANTE.Supongo que seguro habrá disfrutado de alguno de sus hijos más de una tarde
Volviendo al tema legislativo, mayor despropósito que el que padecen allí, por lo que cuenta, será complicado. Yo abogo por un Reglamento mundial auspiciado por administraciones, veterinarios, matadores y críticos taurinos que velen por la Fiesta, sólo dejaría fuera a los empresarios y apoderados, que creo que son los que realmente están matando la gallina de los huevos de oro y los que llevan años haciendo y deshaciendo cuanto les viene en gana
Saludos desde este lado del «charco»

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