Perdonen ustedes, no quería hacer un juego de palaras con la terna de hoy, es que la reacción del público y del presidente en el primer toro de Morante no me ha parecido justo. A un toro nada claro y que esperaba, le montó Morante una faena que empezó en Mortante, con muletazos largos, artísticos y profundos y terminó en Gallito, con pases con la izquierda por alto para preparar la muerte. Se inventó la faena de principio a fin. Mató a la voz, dejándose ver y entrando muy despacio, pero el público no respondió a semejante obra artística de forma entusiasta. No sé si por ser el primer toro, por estar con el cubata, o porque no se enteraron buscando su localidad, o por lo que sea, y el presidente, con poca sensibilidad no concedió la oreja. Vayamos por partes. Si Morante corta oreja en el primero, la tarde se viene arriba y él más, y sale en el segundo a revienta calderas a por la Puerta de Príncipe, y si no la corta pierde la ilusión de este bien tan escaso para unos y tan fácil para otros. Por otra parte, hay que hablar del público. La plaza se ha convertido en una especie de “botellona” donde hay mucha gente que sale más borracha de lo que entra. Al aficionado sensible lo han echado de la plaza a fuerza de ningunearlo y que lo que hay ahora mayoritariamente es un público festivo, triunfalista que aplaude enloquecido tres pases por la espalda y un bajonazo y no tiene paladar para saborear el Toreo. Es lo que hay, nos podemos quejar, pero es lo que hay. Ya nos dijeron, y con razón, que los aficionados cabíamos en un autobús y que había que atraer al “público”. Pues nada, a vender cubatas y a pegar espaldinas, rodillazos y bajonazos. Perdonen ustedes otra vez, pero me tenía que desahogar.
El segundo de Morante decía muy poco, pero le montó otra faena de gusto y sabor, y con la montera puesta. Además, lo mató como un torero. Le dieron una merecida oreja. Conste que este toro en otras manos, al tercer muletazo la estaba la gente silbando para que lo matara. Estas faenas sólo están a la altura de Morante.
Talavante se ha llevado el mejor lote de la tarde. Su primer toro embestía con bravura y transmisión. Pero el torero lo emborronó todo atosigándolo, sin darle las distancias que parecía pedir el toro, con pases muy cortos y sin torear en largo. En resumen, se dejó ir un toro de dos orejas. En el quinto, otro toro con muchas posibilidades, el torero parecía que tenía poco que decir y casi no dice nada, en una faena deslavazada y sin criterio. Además, mató de un sartenazo.
Emilio de Justo ha estado fenomenal. Su primero, agresivo por delante, le echó mano en el tercio de varas, y parecía que lo había calado, pero afortunadamente diez minutos después paseaba dos orejas ganadas a ley después de un faenón tragando a un toro bravo, con motor y carbón, y casta para vender caro cada uno de los pases que el torero le sacó. Gran toro y gran torero con cabeza y sentimiento. El sexto fue el peor del encierro, una pena. Emilio sale con mucho cartel después de esta corrida.
Tenemos que felicitarnos porque todos los días está pasando algo significativo. Estamos viendo grandes toros, y grandes corridas, como la del sábado de Victorino. Y toreros dispuestos. Ojalá la semana de farolillos siga igual. Disfruten ustedes de la feria y de los toros.
12 respuestas a «Lo de Morante no es Justo»
No le falta a usted ni una coma. Como siempre lo a descrito todo, tal como es. Lo sentíamos muchos aficionados y hoy con Morante, se va viendo lo que fue esta plaza y lo que se a convertido.Que tiene que hacer más Morante, si es el Torero más completo que tenemos y se lo esta cargando Sevilla, una pena de verdad.. De lo que vivimos y estamos viviendo en la Real Maestranza de Sevilla va un mundo.. Quien la a visto y quien la ve…. Un saludo Don Ignacio y Viva Morante con su tauromaquia tan exquisita, que no saben muchos valorar, ya pasó con Daniel Luque y esa entrada de plaza, cortando orejas el año pasado… Las modas a unas figuras con presidentes y música.
Muchas gracias por su comentario D. Manuel. Tiene toda la razón. Viva Morante!
Desde luego que fue así, estamos en la época de la cantidad en detrimento de la calidad, en líneas generales.
El día que deje de torear se darán cuenta del vacío porque posiblemente estemos hablando del mejor torero de los últimos 50 años, saludos cordiales.
No le falta razón Antonio. Muchas gracias
El año pasado me abone a la Maestranza tendido 11 proximo a sombra. Soy abonado de Madrid del tendido 7. Diferencias muchas. Publico muy respetuoso con los diestros, dando tiempo para juzgar. Silencios muy diferentes. La musica ni le cuento. Lo que pasa en Sevilla en el 1 toro, inadmisible. En Madrid tambien se han vuelto mas permisivos con salidas de tendido antes de fin de faena. En Madrid tambien cada vez mas publico y menos aficionados
Le agradezco el comentario D. Antonio Javier. Cada plaza tiene su idiosincrasia, pero es verdad que casi todas van a peor
[…] Por Ignacio Sánchez Mejías. […]
Antes, el tendido 1 tenía mucha fuerza, estaba lleno de buenos aficionados, ganaderos, toreros retirados, banderilleros, etc y su opinión influía mucho en el resto de la sombra y por ende en el resto de la plaza. De un tiempo a esta parte hay una nueva generación de aficionados que no sacan el pañuelo para pedir las orejas, bien porque no saben lo que ha ocurrido en el ruedo o bien por miedo a que los acusen de triunfalistas. Es una pena, se ha perdido la personalidad, sacar el pañuelo es importantísimo para el devenir de un torero, al igual que para el ganadero. Y además daba igual si era un humilde novillero desconocido que una figura consagrada. Si no se piden las orejas, el presidente no la puede dar y esto causa un perjuicio muy grande al torero, al banderillero y al prestigio de la plaza. Así que señores, lleven su pañuelo blanco a los toros y sin miedo pronúnciense según lo que hayan apreciado de la faena y se evitarán momentos tan desagradables como lo ocurrido con Morante en el primer toro del otro día.
Sr Al Quite, me alegra mucho verle por aquí de nuevo comentando. Tiene razón, hay que pedir las orejas cuando uno lo crea oportuno.
Un saludo
Muy acertada crónica.
Totalmente de acuerdo. Pienso que la culpa no hay que cargarla al presidente, sino al público que no se enteró de lo que estaba viendo. A mí me pareció una tarde redonda del de la Puebla, sacando todo el partido a lo que tuvo enfrente.
Así lo creo también