El largo invierno taurino en España sólo lo podemos entrecortar por algún festival, y más modernamente, por algún tentadero público o clase práctica de escuela taurina.
Para entretenernos de tan larga vigilia, Canal+ Toros, o como se diga ahora el Movistar+ Toros, nos compensa con alguna retransmisión desde tierras americanas, en concreto nos ofrece casi toda la temporada de La México. Impresionante coso que tengo inmensas ganas de conocer y que espero que el destino me proporcione suficiente tiempo, dinero y ganas para hacerlo.
Ver por televisión una corrida en La México requiere unas tremendas dosis de paciencia y otras no menos pequeñas de insomnio. Se lo toman todo con una despaciosidad digna de la mejor faena. Desde la hora de inicio de la corrida, que suele ser las 12 de la madrugada hora española, hasta que el primer toro salta al ruedo, puede pasar un cuarto de hora tranquilamente. Como no hay avisos, la faena de muleta y, sobre todo, el mitin a espadas, se puede alargar indefinidamente. Y después está el misterio de lo que pasa entre toro y toro, que cuando desconectan para anuncios tardan lo suyo en volver. En resumen, que rara vez he aguantad más allá del tercer toro, viendo el resto grabado al día siguiente, si ha merecido la pena.
El domingo pasado confirmaba Diego Urdiales, y como iba el primero de la terna, el segundo en aparición porque por delante rejoneó un caballero, bastante mal por cierto, no tuvimos que esperar mucho. Urdiales, recién apoderado por la FIT, cuajó a su primer toro una faena rotunda, sin discusión. Llena de empaque y profundidad. Sin concesiones a la galería, Toreo de verdad, del que emociona hasta en la televisión. No culminó con la espada el triunfo, pero nos hizo acostarnos con las ganas de verlo en la temporada de 2016. Por cierto, que este torero no ha hecho el paseíllo en ninguna plaza andaluza, excepto en la Sevilla. Viendo como torea, esto es una cosa incomprensible, que demuestra cómo está montado este espectáculo. Aunque vistas sus actuaciones del 2015, su nuevo apoderado y lo de México, creo que podremos verlo en muchas plazas andaluzas la temporada que viene.
Otro día hablaremos del muchas veces “corniausente” toro mexicano, como le dicen.