Los precios del abono 2015

Escandaloso.

En Madrid el abono s eha renovado al 100% en Valencia sube un 40%. En valencia torean todas las figuras, en Madrid tambien la beneficiencia será un mano a mano entre el juli y perera. Que envidia.

En Sevilla no se quienes vamos a quedar.

Los abonados debemos organizarnos y protestar publicamente.

CANOREA DIMISION YA.

Los maestrantes son los tapados de todo este problema, son a ellos a los que hay que pedir explicaciones, pero de una forma drastica joder…

Como se va a protestar ? si sólo hay que leer a la prensa sevillana, de vergüenza. Unos pelotas. Quien organiza una protesta, ? Quién alienta este escándalo ?

Estimado D. Ignacio, el otro dia dijo usted lo siguiente «ante la ausencia de los toreros que no han querido venir, por unas razones o por otras, se ha conformado un abono interesante..» Permítame que le diga que peca usted de ingenuo, y más si de verdad pensaba que iban a bajar los precios de los abonos. La actitud chulesca, irrespetuosa, mezquina, negligente, etc, etc de la empresa de Sevilla, no se merece ni un comenta rio a su favor, para eso están los impresentables, de los periodistas locales, que se venden por entrar gratis en los toros. A ver D. Ignacio, la verdad solo es una, estos tíos se tienen que ir de Sevilla. El problema es que en los últimos años su actitud se ha tornado en mafiosa, y le explico, y a ver si nos enteramos de una vez, Canorea lo que quiere es el fracaso a más estrepitoso mejor, de la feria de Sevilla, de forma que que coja su indemnización millonaria, llámese subrogación del contrato, rescisión , resolución o modificación, me da igual, por eso su estrategia el año pasado fue la de los carteles penosos, como diciendo a ver si revienta esto ya, y me dan mi taco, pero no contaba con la pasividad de los maestrantes, la falta de interés y de afición de los mismos, mientras tanto gano más dinero que nunca, porque hay 2.000 tontos que se siguen sacando el abono. Es perverso, pero es así . Entonces, llega este año, y le falla Manzanares, vaya hombre, lo tengo que poner y pagarle, y aquí, ni viene el mejicano con el taco, ni chopera, ni los maestrantes me dicen nada, ni la madre que me parió , vaya, con las ganas de prejubilarme con mi taco que tengo, encima Morante mete la pata, con las declaraciones, los periodistas locales me siguen aplaudiendo mi maravillosa gestión, …..¿qué hago para llevármelo calentito, pero al mismo tiempo que la mecha siga encendida para que esto estallé de una vez? Esta claro, subir escandalosamente los abonos, para encabronar aún más a los abonados. Que divertido. No hay límite , es frío y calculador, seguirá apretando a los toreros, ganaderos, abonados, empleados, y a todo el que se le ponga por delante, porque nadie , nadie le pone freno.

Bien dicho julio, Lo mismo pensé cuando lo leí. Mucho hablar del boicot de las figuras – se publico en portada – de lo «atractivo de los carteles», del «señorio» de espartaco y ni una mención a la subida del 20% en los precios del abono.

Lo mismo habría que decir del resto de la prensa sevillana y autoridades locales, con dignas excepciones. Ni una mención ni una cita, silencio total.

En otro espectáculo – futbol, opera, conciertos – ocurre estos y sería el tema continuo de debate en la prensa e intervendría la autoridad competente.

Aqui no pasa nada.

¿es que los aficionados a los toros estamos condenados, como una maldición eterna, a sufrir a esta empresa y sus abusos?

Vean lo que dice la prestigiosa pluma de Paco Aguado en un blog. Es lo mismo que llevo diciendo años, pero nadie hace nada, léanlo , no tiene desperdicio:

Qué gran oportunidad han vuelto a desaprovechar los cuñados Canorea y Valencia para hacer una feria de Sevilla, por lo menos, interesante. Y no sólo porque falten cinco –no olviden nunca al desterrado José Tomás– de las primeras figuras en su carteles, sino porque, una vez planteada su ausencia como un hecho irreversible, los herederos de Pagés bien podrían haber aprovechado para rematar unas combinaciones frescas y con una mínima visión de futuro.

Con un escalafón plagado de toreros punteros con más de quince y hasta de veinte años de alternativa, temporada a temporada se hace más urgente un relevo generacional que, precisamente, podía haber tenido su primera gran oportunidad en una Feria de Abril infinitamente más ilusionante que la ofertada, tan rutinaria y gris como la actitud de sus empresarios.

El mayor error de la casa Pagés en 2015, añadido al de la falta de acuerdos y al cantado maltrato a las figuras, es el de volver a incidir en los mismos nombres mil veces repetidos o hasta en franca decadencia, por mucho que para su contratación se alegue un pretendido tirón taquillero que, seamos realistas, la mayoría de ellos tiene ya más desgastado que la nariz de la esfinge de Guiza.

Probablemente, un abono salpicado de nombres nuevos y bien combinados, con los toreros que en realidad ilusionan a los aficionados y se han ganado en el ruedo estar presentes en la cita, provocaría una demanda mucho mayor que la que van a tener estos carteles con tan fuerte olor a rancio y a intereses baratos de taurinos mediocres.

Por mucho que haya tres alternativas en los carteles, a la feria de Abril de 2015 le falta imaginación y le sobran monotonía y desgana empresarial. Porque parece como si, una vez Manzanares se ofreció como «salvador» de los muebles de Pagés, su apoderado salmantino se haya sentido con autoridad suficiente como para manejarla al aire de sus intereses y de sus fobias personales, entre la complacencia displicente de quienes no ven ni van más allá de las fronteras de la calle Adriano.

La impresión general que se desprende de todo este triste asunto es que a nadie dentro de la empresa ni de la propia Maestranza de Caballería le importan un bledo ni el futuro de la Fiesta ni la categoría del bello coso del Arenal, por mucho que los portavoces de la «sevillanía» se empeñen en buscar otros culpables del verdadero problema de fondo.

Reconozcamos de una vez que, contrastada su persistente actitud, no parece que los herederos de Pagés tengan muchas ganas de continuar al frente de la plaza, sino que más bien anden buscando una salida bien retribuida para poder seguir manteniendo sus caras aficiones cinegéticas y sus viajes a Amsterdam. Y, en ese sentido, podrían haber hecho del «cuanto peor, mejor» el mejor lema para conseguir sus intenciones.

Claro que para ello deben estar chocando contra el eterno muro maestrante, el de una corporación anclada en el siglo XIX que se lleva cómodamente el gran pedazo de la tarta sin ceder ni un ápice de sus privilegios heredados. Son también los maestrantes, que estarían resistiéndose a soltar la mosca de una indemnización multimillonaria por la rescisión del misterioso contrato, quienes en un pulso de malos pagadores también están haciendo que su joya arquitectónica cada vez tenga menos trascendencia en el toreo.

Por eso extraña –o quizá no tanto– que hasta la Cámara de Comercio local haya salido en defensa de la empresa y de los maestrantes, para acusar a las figuras de ir incluso contra la ciudad de Sevilla. Es cierto que, un año más, hasta la orilla del Guadalquivir no se desplazará el siempre generoso turismo taurino, y que los hoteles, restaurantes y bares del Baratillo y alrededores presentarán un aspecto tan desolador como el que ya tuvieron en la triste edición de 2014, pero en esta historia no todo es tan sencillo como para volcar la mierda en un solo contenedor.

El caso es que, entre la avaricia de unos y la torpeza de otros, pierde el toreo y pierde Sevilla, que sigue permitiéndose el estúpido lujo de que, un año más y entre el silencio cómplice de los palmeros, no pisen su incomparable escenario toreros tan incomparables como José Tomás y Morante de la Puebla. Claro que el de Galapagar, aquel al que Canorea mandó al Senegal, hace ya bastante tiempo que se adelantó a la jugada. Como en tantas otras cosas.