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Los asientos de La Maestranza

Leo en la prensa que la Junta de Andalucía ha instado a los propietarios de La Maestranza a otorgarnos a los asistentes 50 centímetros de sitio por almohadilla. A lo que estos han respondido, entre otras cosas, que estos 50 centímetros no los tienen ni las sillas de la carrera oficial ni los asientos de los estadios del Betis y del Sevilla.

Ignoro las medidas estándares de las posaderas en España, pero sí les puedo asegurar que yo, que en la plaza de toros estoy rodeado de vecinos digamos fornidos, agradecería algo más de sitio lateral. Pero el mayor problema de la comodidad de La Maestranza no son los vecinos de los lados, son los de delante y los de detrás. En esto de la separación entre filas seguro que no se cumple ninguna normativa. Para sentarse en el tendido tienes que hacerlo con las piernas abiertas y “encajar” la espalda del vecino de delante en el hueco así formado. Igualmente, tienes que encajar la tuya entre las piernas del de detrás, en caso contrario tienes que soportar rodillazos en las espaldas durante 19 días seguidos.

Pero el gran problema viene cuando las asistentes son mujeres, que no tiene la misma libertad que los hombres para hacer ciertas cosas con las piernas y más si vienen de la feria vestidas a modo. No sé cómo nuestra extinguida ministra de igualdad no cayó en este detalle, porque hubiera obligado a los maestrantes a cambiar las medidas de las filas bajo pena de cierre perpetuo.

Resumiendo, si me van a dar algo más de sitio lo prefiero por delante y por detrás, pero comprendo que eso sí que es delicado porque habría que cambiar toda la estructura del tendido. Seguiremos con los rodillazos en las espaldas.

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14 respuestas a «Los asientos de La Maestranza»

Aqui uno que taurinamente est cáriado en la Grada 8, fila 5, número 12. Antes de remodelarse. Lo más parecido al infierno. Holgura cero,columnita que te crió y calor asfixiate,pero aqui estamos y sigo viendo por la plaza a muchos de aquellos del «abono joven»,¿sigue existiendo?.

Recuerdo un año que la señora de mi izquierda admás de ocupar asiento y tres cuarto traía de añadido una muleta. De las de andar no de Pedro Algaba. Nos contaba que se había operado de un «minisco» y que no podía doblar la rodilla así que además de lo orondo se sentaba con la pierna tiesa por un lado y la muletita por otro.

En el quinto toro la queríamos matar. El señor de alante le preguntó si pensaba venir todos los días y que si eso se pasaba pronto. La señora nos contestó que el marido le había regalado el abono y que allí iba estar. Este señor alzó la mirada y la voz y nos advirtió «señores por favor, que nadie más se vaya a operar hasta que caiga el sexto guardiola»

En mi fugaz paso por la Facultad de Arquitectura, recuerdo un libro, «El Arte de Proyectar en Arquitectura», de Neufert, mismo que proponía una serie de mínimos en las dimensiones de algunas cosas. Entre ellos se encontraban los asientos en estadios y otro tipo de locales y si mal no recuerdo (hace más de 30 años de eso), esa medida mínima recomendada era de 60 centímetros. Aunque varía con los reglamentos de cada localidad.

Saludos.

Desde el 4, hablar de la antigua grada es hablar de territorio comanche. Allí no es que tuvieras que encajar las espaldas en de detrás, es que te tenías que sentar sobre sus pies y el de delante sobre los tuyos. Eso sólo lo aguantaba en mis años mozos.
Amigo Xavier, en 60 centímetros nos metemos dos aquí.

Ignacio:
Perdón por las risa que me echado a costa de su incomodidad y la de todo el público de la Maestranza, pero al mismo tiempo admiro esa forma tan «personal» de denunciar algo tan importante. Pero parece que es un mal extendido a todas las plazas, a unas más que a otras. La causa será porque las entradas a los toros son o muy baratas o regaladas, o los asistentes son personas sin derechos o simplemente se tienen que aguantar. Yo todos los años tengo mi bronca de la feria a costa de esto, porque además uno tiene un tamaño, mi localidad está descuadrada de la de delante y el contorsionismo no ha sido nunca mi fuerte. Pero la gente en lugar de protestar, asume que el ir a los toros es eso, el puro, el clavel, el canapé, el güisqui y las rodillas, espaldas y costados de los vecinos de localidad. Igual los señores maestrantes, la CAM y algunos propietarios más de las plazas del mundo se tendrían que pensar algo al respecto.
Un saludo y feliz y taurino año nuevo, y si es con más holgura, mejor

Llevais razón todos, recuerdo cuando vivía D. Eduardo Canorea, que todos recordamos el tamaño del trasero, la gente decía que el tamaño del asiento deberian de tomarlo de las dimensiones del trasero del pobre de D. Eduardo. Lo que si os recuerdo que cuando las agranden, las localidades que se pierdan, repercutiran su importe sobre las que queden, porque de perder esta gente ni un duro.

Amigos que quejicas sois. Y el botijo, ¿No os acordáis del botijo? Y de cuando las neveras se Enfriaban metiendole barras de hielo? Y del filtro de carboncillo para depurar el agua?
En fin que eso es lo que hay, que las entradas nos las subirán, y que locos de remate por nuestra afición, seguiremos aguantando carros y carretas en la plaza mas bonita y con mas arte de España.
Y acordandome del amigo de la grada del Cuatro se me ocurre decir, ojo los del Tendido Dos no os vayáis a partir una pata antes de feria.
Un abrazo a todos los sufrientes

Dando de barato que las plazas de toros son de los lugares más inhóspitos en los que se paga dinero por un sufrimiento asegurado,algo me dice en mi interior, que al igual que hace el GOBIERNO DE ESPAÑA , frase con las que se les llena la boca a los que tienen una tibia fé en ella,promulgando imposiciones a destajo para que el personal se entretenga con ello y mande al baúl de los trastos cuestiones de mucho mayor calado,el asunto de las dimensiones de los asientos puede que vaya dirigido a que nos entretengamos con él y así pasar por alto otras minucias ,como las dimensiones de los toros que salen por el enorme portón de la Maestranza y sobre todo la «antropomorfia» de sus pitones.
Que aquí el más tonto se mete a político, o a gerente de los Maestrantes y los listos a pagar.

Coincido plenamente con el autor, y doy fe de que es la plaza más incómoda de cuantas he probado (una decena)… Es la mejor plaza para ver los toros (ambiente, seriedad, puntualidad), pero el más incómodo.

Cuando he leido el aerticulo, no he tenido mas remedio que esbozar una sonrisa de complacencia, cuanta verdad y con que gracia lo explica el autor. Lo de las señoras es verdad, mi vecina «de arriba» cuando lleva una invitada, que no sabe por donde van los tiros, lo primero que hace es, zas rodillazo en mi espalda, lo que se reperitá a lo largo de toda la corrida, eso sin contar los que llegan tarde y al pasar , sistematicamente, el pelo y por tanto el peinado se va a hacer puñetas. Total no se que es mas insufible, los rodillazos o lo que pasa en el ruedo.
Un saludo

Me gustaría saber si el ancho de los asientos de las plazas de toros está reglamentado o se debe al albedrío de los empresarios taurinos. Gracias.

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